CONOCE A TU PROFE: Carmen Gloria Fernández, una nutricionista que apuesta por desterrar las dietas caras
Su sonrisa encanta y su inteligencia seduce, Carmen Gloria Fernández, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, conoce a la perfección la salud comunitaria y lo que es el trabajo espiritual basado en que la consciencia otorga bienestar y calidad de vida. Ella es una profesora que se siente querida y reconocida por sus estudiantes.
Trabajó 15 años en el Hospital Comunitario de Til Til, una comuna que está ubicada en el área norte de la Región Metropolitana. Ahí Carmen Gloria Fernández simplemente puso en marcha su capacidad: fue jefa de programa adolescente, jefa del programa de salud cardiovascular, jefa del policlínico del hospital, jefa de la unidad de capacitación funcionaria, subdirectora administrativa y, finalmente, terminó como Directora de recinto.
Escuela de Nutrición y Dietética, donde hoy encabeza la coordinación de las asignaturas que preparan a los estudiantes para la atención primaria de salud.
“Mi polo de desarrollo académico es la salud pública. Estoy enfocada en desarrollar pensamiento crítico, habilidades para el trabajo comunitario, conciencia social y realzar los aspectos actitudinales relacionados con la acogida, acompañamiento y rol facilitador que debe tener el nutricionista de este nivel – siempre comentamos cómo son las nutricionistas y la respuesta es pesada, te piden hacer dietas caras, cero empatía y de eso ¡no más! No nos ha ido muy bien con esa estrategia, apuntamos a un modelo más amoroso, de amor verdadero basado en la ética de la alteridad, sumado al conocimiento técnico, contexto epidemiológico y también administrativo”, abre el diálogo la nutricionista formada en la U. de Chile con la experiencia y conocimiento que le entregan sus 44 años y el ser madre de una niña de 11 años.
¿Por qué estudió Nutrición?
Me di una vuelta larga antes de descubrir que era lo que me gustaba. Me encanta la vida al aire libre, las plantas, los huertos, y pensé en estudiar agronomía. Siempre me ha gustado cocinar y creo hacerlo bastante bien, aunque viene de cerca el comentario. Al salir del colegio, estudié estética integral y me motivó mucho el tema de la obesidad y como hacerle frente, así que decidí estudiar nutrición para combinar lo que me gusta con lo que deseo contribuir a la sociedad.
¿Qué le aportó la carrera a su vida?
Aparte de conocimiento, esta carrera me ha abierto las puertas a redes virtuosas que hoy me sostienen como profesional y que también son parte de mi vida personal. He construido bellas relaciones de amistad, confianza y compañerismo. Esta carrera también me ha permitido vincularme con la comunidad, involucrarme en las vidas de muchas personas, conocer a la población in situ. Estoy enormemente agradecida de cada persona que me abrió las puertas de su intimidad o de su casa, confiando en mi aporte, sin saber que en todo momento la que aprendía era yo.
¿Cuáles son sus logros en lo académico y profesional?
He tenido varios reconocimientos por mi trabajo, cargos importantes, estoy muy orgullosa de haber obtenido una beca Presidente de la República para hacer mi magister en Salud Pública en la Universidad de Chile y que mi tesis haya sido evaluada con nota 7. Pero la verdad es que lo que más me reconforta es cuando algún paciente se acuerda de mí y me agradece porque le sirvió mi orientación, o cuando algún estudiante me recuerda y me hace un lindo comentario. Me enorgullece muchísimo cuando alguno de mis estudiantes logra algo y lo comparte conmigo.
¿Cómo es su relación con los alumnos?
En general, considero que es muy buena. No sé qué pensarán todos y está claro que no puedes agradar a todo el mundo. Yo hago clases a los últimos años con estudiantes que pronto serán mis colegas y tiendo a confiar en su propio proceso, me siento querida y reconocida por ellos.
Lo que más me reconforta es cuando algún paciente se acuerda de mí y me agradece porque le sirvió mi orientación, o cuando algún estudiante me recuerda y me hace un lindo comentario. Me enorgullece muchísimo cuando alguno de mis estudiantes logra algo y lo comparte conmigo.
¿Cuáles son sus desafíos en lo profesional?
El desafío es siempre seguir creciendo, adaptándose a las nuevas circunstancias y a los avances del nuevo conocimiento. Tengo pendiente investigar y me gustaría en un futuro cercano abrir camino por ahí. También me gusta la gestión y espero fortalecer la línea de atención primaria que tengo a cargo en la escuela.
¿Su mayor gusto en la vida?
Reír! Ojalá a carcajadas, idealmente acompañada. No se puede reír todo el tiempo, así que cuando existe el momento lo gozo a concho.
¿Cuál es su libro preferido y por qué?
Me encanta leer. Soy una fanática de Hernán Rivera Letelier y me cuesta elegir un libro en particular, me conmueve particularmente “Santa María de las Flores Negras” por el significado que tiene en nuestra historia la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, la lucha por los derechos sociales, la historia minera y porque parece que olvidamos rápido y aprendemos poco. Y otro libro que significa mucho para mi es “El Principito”, que me lo regaló mi papá que ya no está conmigo y que lo puedo leer cien veces y las cien me hace sentido.
¿Su película de culto?
De culto, “Tango feroz” ¡Sin duda! Me encanta esa película, me emociona profundamente y la considero atemporal. Y tengo como favorita “Como Agua para Chocolate”, me siento muy conectada con esa película.
¿Qué tipo de música escucha?
Escucho mucho música chilena, Manuel García es de mis favoritos, siempre suena por ahí Víctor Jara, Violeta Parra, Inti Illimani, Los Jaivas, Los Tres y Los Bunkers, entre otros. Me encanta Joaquín Sabina y confieso ser fanática de SKA-P
¿Su máximo sueño?
Vivir con mi compañero en Chiloé (con quien tiene una relación hace 15 años), en el campo o playa. Un lugar lejos de la cuidad que invite a cocinar, a compartir con la familia, los amigos, un buen fuego y vino para conversar, con buenos libros y dedicar la mayor parte del día a contemplar un hermoso paisaje.
¿Cómo se definiría en una frase?
Una mujer valiente, intensa y muy agradecida de la vida.
Si pudiera viajar al pasado, ¿qué hecho o decisión cambiarías de su vida?
Soy lo que soy, gracias a mi pasado. No cambiaría nada. Las cosas malas o tristes tienen significado para mí y todo es aprendizaje.
Escrito por: Sonia Tamayo