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ORGULLO UNAB | El hombre clave en la inclusión laboral en la Municipalidad de Lo Barnechea

Ricardo Lema tiene 28 años y hace cuatro que se tituló en la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello. Hoy es coordinador del Programa de Inclusión Socio Laboral de la Municipalidad de Lo Barnechea, el cual brinda atención a migrantes, personas mayores, con antecedentes penales y en situación de discapacidad.

“Soy una persona en proceso de aprendizaje constante, optimista y perseverante”, se describe Ricardo Lema Núñez, titulado como Terapeuta Ocupacional de la U. Andrés Bello. Y es cien por ciento certera su descripción, porque este joven de 28 años ha sabido desempeñarse con éxito en un mundo difícil y poco desarrollado aún en nuestro país, la inclusión laboral.

Efectivamente, este ex alumno de la Oficina Municipal de Información Laboral de la Municipalidad de Lo Barnechea. Esta es su historia.

¿Por qué estudiaste Terapia Ocupacional?
Mi primera opción, no fue estudiar terapia ocupacional. En un principio, quise estudiar enfermería o kinesiología. En esos años, estas carreras eran más conocidas de lo que se sabía de terapia ocupacional. Conocí la terapia ocupacional por medio de una prima, quien me orientó en la búsqueda de lo que quería. La información que existía sobre la carrera era limitada, existía en pocas universidades (en ese entonces cuatro, de las cuales una universidad era estatal) y la descripción en general en todas las universidades, no lograban retratar lo que realmente es la carrera. Para conocer un poco más, asistí a la Teletón, donde conocí algo más sobre lo que se hacía. Cumplía con varios de los criterios que esperaba de una carrera: Que tuviera contacto directo con las personas; que tuviera un componente científico y humanista; y que fuera parte del proceso de rehabilitación.

¿Qué te motivó a trabajar en el área de inclusión laboral?
Durante mi formación, siempre mi interés fue hacía la neurología, motivo por el cual dos de mis cuatro prácticas profesionales fueron en relación a esa área. El acercamiento al área laboral dentro de la terapia ocupacional en esos años, en la formación, era reducido y no muy explorado, no solo en la Andrés Bello, sino que en las mallas de las otras universidades tampoco se abordaba. Prácticamente solo teníamos un acercamiento desde lo legislativo. Mi última práctica profesional fue en la Mutual de Seguridad, donde conocí el área de orientación laboral con mi docente guía, Andrés López, quien también es terapeuta ocupacional egresado de nuestra universidad. Desde ese momento comenzó mi interés. Entendí que la rehabilitación es fundamental, pero posterior al proceso de rehabilitación ¿qué ocurre con las personas? Actualmente, en la vida de todos existe el trabajo, es parte de una actividad significativa del ser humano en su etapa adulta, genera identidad y sentido de pertenencia. Una persona se siente productivo, siente que genera un impacto en la sociedad.  Por otro lado, el área laboral es dinámica, implica generar un trabajo constante de activación de redes, trabajar con los usuarios y las empresas, y generar los espacios para abrir conciencia inclusiva.

«Desde siempre, el acceso al trabajo para personas en situación de discapacidad ha sido visto como una ayuda social, como parte del área de responsabilidad empresarial inclusiva y no como lo que es, un derecho que tenemos todos, al igual que en otros aspectos. Como digo, nos falta mucho aún, generar un cambio en la conciencia de las personas es un trabajo largo».

¿Cómo ha sido tu experiencia en el plano laboral?
Ha sido un aprendizaje constante, he estado sometido a distintas situaciones que han logrado afinar y mejorar las prácticas día a día. Debo decir que me encuentro agradecido, desde que me titulé nunca me falto el trabajo.

¿Cuáles son las herramientas que te entregó la UNAB para desempeñarte en el mundo laboral?
Si bien no tuve una formación detallada en lo laboral, sí valoro que las herramientas que me entregaron hicieron más fácil el proceso de aprendizaje. El pensamiento crítico, la capacidad de analizar y resolver, el tener una visión amplia de las distintas contingencias que ocurren, hicieron que fuera capaz de tomar mejores decisiones. Desde la vinculación, tuvimos profesores con alta calidad humana, cercanos y atentos, esto favoreció que el proceso fuera acompañado y pudiéramos incorporar y valorar de mejor forma las situaciones vividas en terreno.

¿Cuáles han sido los momentos de mayor satisfacción en tu trabajo o de logros?
Mi mayor satisfacción es ver el impacto que generamos en las personas que son parte del programa, como también, el crecimiento de éste a nivel municipal. Desde que ingresé a trabajar aquí, hasta este momento, el programa ha crecido en número de personas inscritas, en empresas, en redes activas y en la cantidad de profesionales. Las responsabilidades van en aumento y el trabajo colaborativo con otras instituciones a nivel metropolitano y dentro de la comuna es potente. Otra satisfacción es ver el avance de los proyectos que han surgido. Actualmente, tenemos un programa de prácticas con los estudiantes del colegio diferencial de la comuna. Es un trabajo colaborativo que ahora está bien establecido y reconocido. Contamos con prácticas en el área administrativa a nivel municipal y prácticas en empresas privadas. Desde lo personal, el año pasado fui invitado a exponer en un encuentro en Valdivia en representación de una de las redes de la cual somos parte. Y así, espero que se siga potenciando este trabajo.

«Entendí que la rehabilitación es fundamental, pero posterior al proceso de rehabilitación ¿qué ocurre con las personas? Actualmente, en la vida de todos existe el trabajo, es parte de una actividad significativa del ser humano en su etapa adulta, genera identidad y sentido de pertenencia».

¿Qué piensas de la Inclusión en Chile y de la Ley de Inclusión Laboral?
Respecto a la inclusión, pienso que estamos en pañales en todo aspecto, desde la educación, salud y trabajo. Hay mucho por trabajar para que sea parte desde la génesis de los proyectos y para que esté instaurado en la conciencia colectiva. Actualmente, los procesos de inclusión laboral no se dan de forma natural, el contar con la Ley 21.015 es un avance, pero no una solución. Desde siempre, el acceso al trabajo para personas en situación de discapacidad ha sido visto como una ayuda social, como parte del área de responsabilidad empresarial inclusiva y no como lo que es, un derecho que tenemos todos, al igual que en otros aspectos. Como digo, nos falta mucho aún, generar un cambio en la conciencia de las personas es un trabajo largo.

¿Cuáles son tus proyectos a corto y mediano plazo?
A corto plazo, inicio el magister en Gestión y Estrategias de Inclusión Laboral de personas en situación de discapacidad en la Universidad Andrés Bello, con esto pretendo potenciar el programa y generar nuevas ideas para tratar de abarcar a toda la población. A mediano plazo, tengo en mente potenciar la generación de cooperativas inclusivas, para que den una respuesta en lo laboral a las personas que no pueden acceder a un empleo en la modalidad dependiente, enfocado a personas en situación de discapacidad y personas de la cuarta edad.

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
En mi tiempo libre siempre me ha gustado aprender distintas disciplinas. Actualmente, tengo un mini taller de carpintería, “Taller Romadera”, donde realizo pedidos en la medida que puedo calzar los tiempos con mi trabajo. Podría decir que mis dos pasiones actuales son la carpintería y la jardinería. Desde pequeño, todo lo manual llamaba mi interés. En ocasiones, imparto talleres de globoflexia básica, práctico de forma intermitente acrobacia aérea y comparto con mis seres queridos y mi perrito.

¿Cómo te imaginas en 10 años más?
Realizando lo que me gusta, es lo único que espero para mi futuro, sea en este lugar laboral o en otro, pretendo estar realizando lo que me hace feliz al igual que hoy en día.

Escrito por: Sonia Tamayo