Licenciatura en Historia realizó el segundo conversatorio basado en los modelos educativos implementados en Chile durante el siglo XIX
La sección tomó como tema central también, la medida impuesta por el gobierno de tomar como opcional la asignatura de Historia en tercero y cuarto medio.
La educación, y en especial, los planes curriculares aprobados en un tiempo determinado, siempre han estado en el centro del debate social, ya que ellos son los que definen, en gran medida, el tipo de sociedad que se quiere construir.
Esta fue la segunda versión del Conversatorio de Historia, en esta ocasión el tema estuvo centrado en el desarrollo educacional de Chile en el siglo XIX, su importancia en la conformación del Estado, y sus proyecciones en el tiempo.
Para el caso del siglo XIX, la discusión no fue menor, tomando en consideración las posturas distantes entre conservadores y liberales. Por otro lado, es evidente que este tipo de debates cobra más fuerza en la actualidad debido a las recomendaciones hechas por el Consejo Nacional de Educación al querer establecer el carácter optativo del curso de Historia en los niveles de Tercero y Cuarto Medio.
Este evento, que estuvo dirigido por el Dr. Fernando Castillo el cual sostuvo una interesante conversación con su invitada la Dra. Sol Serrano, profesora de la Pontificia Universidad Católica de Chile y premio Nacional de Historia 2018 por “su aporte a la historiografía nacional en ámbitos relevantes, como la formación de Estado en el siglo XX, las trayectorias políticas e institucionales, y la historia de la educación”.
La conversación se dividió en tres momentos, en el primero se planteó el tema de la formación de un sistema nacional de educación para el Chile del siglo XIX, ahí la Dra. Serrano, junto con repasar su obra historiográfica, explicó las características, las fortalezas y debilidades del Estado chileno durante el siglo XIX, y desde una perspectiva política, profundizó sobre la extensión del Estado, los tipos de enseñanza, la importancia de la alfabetización, entre otros aspectos, y de cómo llegaba el liceo a espacios periféricos como los rurales o fronterizos como los mapuche o los de las provincias del norte de Chile, recientemente incorporadas tras la guerra del Pacífico.
En un segundo momento, Castillo la invitó a reflexionar sobre su vida como historiadora, en el marco de la desigualdad de género, y en ese contexto la Dra. Serrano enfatizó que la desigualdad era algo “evidente y normal” para la época en que ella desarrolló sus estudios de pre y post grado, y que su trabajo intelectual lo desarrolló básicamente en “mi casa, porque si iba a ser interrumpida en mis investigaciones prefería siempre que fuese mi hijo y no un colega”. Eso si profundizó en la discriminación que sufrío de sus pares historiadores, desde una perspectiva política, opositora a la dictadura, y sin militancia política, cuestionó públicamente, y en varias ocasiones, al régimen de Pinochet, cuestión que le significó una serie de inconvenientes con aquellas personas, que desde la academia, defendían a la dictadura.
Finalmente, la Dra. Serrano se tomó el tiempo para plantear su postura de rechazo a la medida del gobierno de reducir las horas de historia en los niveles de tercero y cuarto medio, sosteniendo que “la idea de la continuidad de la historia humana se estaba perdiendo”.
El estudio del pasado es esencial para ubicar a las personas en el tiempo; necesitamos saber de dónde venimos, para saber a dónde vamos. Conocer la historia es esencial para comprender la condición del ser humano, ya que esto le permite construir, avanzar y si es necesario cambiar.
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Por Marcio Vivanco
Escrito por: Natalia Cabrera