VOZ DEL EXPERTO | Cómo equilibrar el peso de fin de año con el contexto social y las expectativas familiares
Entender que los cambios de humor y permanente tensión son reacciones esperables es parte de los consejos para enfrentar la actualidad nacional. Mientras recurrir a las redes de apoyo y hablar con sinceridad con los hijos son algunas de las soluciones que ayudan a enfrentar el cierre del año.
Aparece fin de año y los padres enfrentan una situación adversa al considerar el contexto de movilización que se mantiene y el peso de cerrar el 2019. Para equilibrar las demandas la psicóloga y directora de la Clínica de Atención Psicológica de UNAB, Pilar Palacios profundizó en cómo compensar la vida familiar y la exigencia cotidiana.
Para la académica es difícil encontrar una receta que nos asegure el éxito en una situación de crisis. Sin embargo, estas fiestas se insertan en un contexto especial donde el retorno a las actividades laborales, en la mayoría de los casos, ha sido paulatino y se ha visto además interrumpido en términos de horario.
¿Cuáles son las señales a las que deben prestar atención los padres?
Creo que en primer lugar en este tiempo los padres tienen que saber que frente a situaciones como las que atravesamos hay reacciones normales, tanto en ellos como en sus hijos, en diferentes esferas como la afectiva, cognitiva y síntomas físicos. Un ejemplo de esto es la tendencia a estar más ansioso, irritable, las dificultades para dormir, episodios de angustia, rabia, incluso una dificultad para sentir amor y simpatía por los otros. En este sentido lo primero que es importante saber y recalcar es que esto es absolutamente normal y esperable.
¿Cómo deben enfrentar los compromisos familiares y el mundo laboral para no sentirse sobrepasados?
En este contexto, creo que los compromisos familiares deben ser manejados sin forzarse a asistir, a comportarse de una determinada forma y ejerciendo el derecho de quedarse en casa y siendo sincero con los familiares de los motivos de la ausencia. El mundo laboral a mi juicio se maneja de un modo similar, algunos prefieren dar cuenta a los compañeros de que el conflicto nos ha afectado de A, B o C modo, otros prefieren el repliegue, sin embargo, recalco que lo importante es saber que cualquier manifestación psicológica o física del estrés sostenido de esta época es normal. En este panorama es relevante recordar que si se siente la necesidad de hablar o elaborar el tema, hay espacios de ayuda y contención a donde se puede acudir y si es que la angustia o el estrés afectan significativamente las actividades de la vida cotidiana, más allá del ‘no funciono como antes’, es importante consultar a un especialista en salud mental, puesto que si un estrés agudo se mantiene y tiene excesiva intensidad se corre el riesgo de desarrollar algún otro problema de salud mental o física.
«Lo importante es saber que cualquier manifestación psicológica o física del estrés sostenido de esta época es normal».
¿Cómo pueden equilibrar el contexto social, inestabilidad en lo cotidiano, miedo por el panorama económico y dejar de lado ese peso cuando entran a la casa?
El equilibro no es muy posible en estos tiempos de crisis, donde ha reinado un clima de incertidumbre y temor frente a lo que no termina de resolverse. En primer lugar, creo que es importante, además de lo que ya se dijo de saber que hay reacciones que son normales y no patológicas; poder mantenerse en familia, y si se tienen niños pequeños es fundamental intentar mantener las rutinas lo más posible; horarios, sueño, alimentación. A los niños las rutinas los estructuran y como adultos debemos procurar brindárselas del mejor modo que logremos sostener. Si eso no es posible, no hay que dejar al niño en ascuas o generar una mentira respecto de esto, sino que explicar lo que ocurre de acuerdo con cada edad, de modo concreto y sin infundir terror. Además, sobre todo en términos de estado de excepción de cualquier índole, siempre hay que explicar a los niños que esto es excepcional y que ya pronto va a volver a su ritmo. Situarse como una figura segura a quien el niño puede acudir, obteniendo una respuesta clara por parte de él o ella, asimismo brindando cariño y contención.
¿Qué hacer si es imposible abstraerse del contexto?
Insisto en que otra de las claves que puede hacer el adulto si se siente sobrepasado e incapaz de cambiar el switch al llegar a la casa es pedir ayuda; lo que no necesariamente significa ir al psicólogo, sino que acudir a las propias redes, contar a los amigos, familiares de modo de poder llegar a la casa al menos habiendo tramitado de algún modo lo que ocurre.
¿Es bueno dejar de lado redes sociales?
Efectivamente se recomienda evitar el uso de redes sociales en los niños, puesto que esto puede aumentar su angustia, y en los adultos limitar el uso de éstas según el criterio de cada quién respecto de lo que puede o no tolerar ver.
¿Cómo explicar a los hijos que será una navidad más austera y evitar las presiones de las expectativas?
Lo más importante es mantener la calma. Creo que con calma los niños entienden y aceptan lo que ocurren. Esto no es un problema del estallido social. Si un hijo tiene altas expectativas en los regalos de Navidad, tiene que ver con un estilo de crianza determinado, y ésta puede ser una ocasión para mostrarle con calma que hay una situación más grande, a saber, la situación del país, que nos influye a todos. En este caso con los menores de 5-6 años hay que ser muy concretos y decirles que hay gente que pide vivir mejor en el país, explicarles que para eso ocurra deben conversar y planificar tanto quienes piden derechos como las autoridades. A los más grandes, directamente explicar que éste es un estallido movido por demandas sociales y de dignidad para gran parte del país; y que como toda situación que mueve la vida social y laboral de la gente, influye tanto en la economía como en la manera de concebir las cosas y según la postura de cada quien ante la crisis, explicar que la Navidad será más austera por sensibilidad y solidaridad por ejemplo con un momento determinado del país, así como por otra parte, por las posibles influencias que esto ha traído en el funcionamiento laboral, familiar. Lo que sí, nunca se debe instalar una política del terror porque eso no ayuda ni a explicar ni a tranquilizar.
¿Cómo sanar y sobrellevar esta tensión social que continuará hasta el 2020?
Esta es una pregunta de la cual nos encantaría tener la respuesta, por mi parte, creo que para poder sobrellevar cualquier tipo de conflicto hay que respetar los ritmos de cada uno. Como ya señalaba, hay quienes prefieren replegarse y hay quienes no. Tengo la convicción de que las redes de cada uno son muy importantes, nos repleguemos o no. Saber que cuentas con alguien que podrá escucharte, recibirte y compartir las sensaciones referentes al conflicto, ayuda enormemente, aunque no sepamos cuándo éste pueda terminar.
Escrito por: Inger Ambler