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Profesionales analizaron el lenguaje como instrumento creador

Con éxito se desarrolló en Quintay el Seminario “El lenguaje como instrumento creador”, enfocado en la Terapia Narrativa y Programación neurolingüística y que fue dictado por la psicóloga Michelle Cordovero Laynez, Master-practitioner en Programación Neurolingüística. Con la participación de terapeutas ocupacionales, asistentes sociales, profesoras diferenciales y estudiantes de las tres carreras mencionadas, se realizó este […]

Con éxito se desarrolló en Quintay el Seminario “El lenguaje como instrumento creador”, enfocado en la Terapia Narrativa y Programación neurolingüística y que fue dictado por la psicóloga Michelle Cordovero Laynez, Master-practitioner en Programación Neurolingüística.

Con la participación de terapeutas ocupacionales, asistentes sociales, profesoras diferenciales y estudiantes de las tres carreras mencionadas, se realizó este seminario organizado por la Escuela de Terapia Ocupacional (sede Viña del Mar) y que tuvo como eje central conocer una terapia que contribuye a superar las posibles consecuencias de un evento catastrófico en la vida a través del lenguaje. 

“La actividad resultó todo un éxito y pensamos repetir la experiencia en octubre. La programación neuroligüística es un modelo de comunicación que ayuda a encontrar la capacidad de cada ser humano de usar sus potencialidades al máximo”, explicó Ximena Porras, directora de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello, Viña del Mar. “Es decir –agrega-, permite utilizar los recursos internos de manera efectiva, a través de una buena comunicación y del reconocimiento de los patrones que nos ayudan a aprender mejor de la realidad”.

 La terapia narrativa, a través del lenguaje, busca ampliar y trasladar la historia del dolor o la enfermedad que sufre una persona hacia un anecdotario alternativo. La idea es que el paciente pueda construir una “historia paralela” en algún cuento, carta, alguna narración para un tercero, donde pueda expresar todo lo que siente y afecta.

Escrito por: Prensa-UNAB