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La revolución más allá de las aulas

A través de testimonios de nuestros estudiantes y académicos conoceremos en terreno la implementación del modelo educativo que impulsa UNAB, el que se ha mantenido en un proceso constante de desarrollo y avance.

-Por María José Marconi, Patricia Zvaighaft, Inger Ambler-

Nuestros docentes han trascendido de la habitual sala de clases al incorporar herramientas innovadoras en el proceso de enseñanza, tales como plataformas tecnológicas, juegos de aprendizajes, actualidad y trabajo en terreno, entre otras.

Así, quienes son parte de estos proyectos, logran mejorar su rendimiento académico y estar preparados, una vez egresan, para afrontar las necesidades del contexto donde se desempeñarán.

Nuevas estrategias para apoyar el aprendizaje de matemáticas 

Aleks es una plataforma de ejercitación y retroalimentación en matemáticas, un sistema de inteligencia artificial de ejercicios matemáticos para el aprendizaje en línea que durante el 2017 fue utilizado de manera innovadora por más de 2 mil 500 estudiantes en Santiago, Viña del Mar y Concepción.

El proceso de implementación de este proyecto estuvo a cargo de Felipe Marín, coordinador del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias Exactas, el cual comenzó como un piloto en 2016, en un curso vespertino de Matemática I de Ingeniería Comercial, abarcando 100 estudiantes.

La plataforma pertenece a la editorial Mcgraw Hill, opera las 24 horas del día, todos los días el año y se accede desde cualquier computador o dispositivo móvil. Cuenta con más de 16 mil ejercicios y su respectivo feedback, por lo que resulta prácticamente inabarcable. Sin embargo, gracias a un minucioso rediseño, el profesor Marín adaptó el sistema para que se entrelace con las clases presenciales de los alumnos UNAB.

Tras revisar cada programa de matemática inicial de las carreras de la Facultad de Economía y Negocios, se extendió el uso de la plataforma a todas ellas. Ya en 2017 Aleks cubrió a las cuatro carreras a nivel nacional, en régimen diurno, vespertino y Advance.

Se trata de un desafío educacional, ya que rompe el paradigma tradicional de enseñanza vertical pues el profesor es un facilitador de estrategias y metodologías de aprendizaje. “Estamos apostando a hacer cambios metodológicos, pensando siempre en cómo podemos ayudarlos, cómo llegar a ellos de una forma lúdica y simple”, dice Felipe Marín.

Educar a través del juego

Diez juegos pedagógicos de lenguaje y matemáticas, para estudiantes de enseñanza básica y media, fue el resultado del proyecto realizado por alumnos de cuarto año de la Carrera de Psicopedagogía, además de segundo y tercer año de las carreras de Diseño Gráfico y de Diseño de Juegos Digitales.

Se trató del programa “Jugando Creo Significado”, un trabajo colaborativo, elaborado durante un semestre, en que diseñaron y construyeron distintos juegos de tablero. Esto permitió la transferencia de los conocimientos curriculares de las tres disciplinas a una aplicación práctica, en la que los académicos guías utilizaron una metodología innovadora a través del juego.

Los estudiantes se dividieron en 10 grupos, uno de ellos creó Conosex para jóvenes de segundo a cuarto medio, un tablero de educación sexual compuesto por tarjetas de preguntas. “Somos uno de los últimos países en educación sexual, entonces necesitábamos buscar algo innovador y creativo”, explica Camila Abugarade, estudiante de Psicopedagogía quien es parte de este proyecto.

Por otra parte, nació Crea Book, iniciativa que lleva a los jugadores en una expedición interplanetaria que enfrenta desafíos resueltos gracias a la narración y problemas matemáticos. “Acá se fortalece el trabajo en equipo y la idea es que entre todos se puedan ayudar” explica Fernanda Lora, alumna de Psicopedagogía.

Jugando Creo pertenece a la Dirección de Escuela de Educación, de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales, que desde el 2015 ha desarrollado un Laboratorio de Aprendizaje (LAp).

Mejorando la calidad de la educación económica

Desde que llegó a UNAB, Gabriela Ahumada, académica de Ingeniería Comercial, se interesó por la Metodología Activa de Aprendizaje y dada su experiencia en importantes instituciones, como el Banco Central o el Ministerio de Economía, comenzó a desarrollar una serie de instrumentos que ha aplicado en distintos ramos, con el objetivo que los estudiantes salgan de su zona de confort.

Entre las metodologías que ha desarrollado está la denominada ‘La primera clase de Macroeconomía’, que busca que sean ellos mismos quienes identifiquen las variables macroeconómicas.

Se trata de una actividad grupal en la que deben elegir tres noticias y exponerlas ante el curso, tras lo cual la profesora las anota en el pizarrón y las agrupa. Posteriormente, realiza las preguntas necesarias para que indiquen el nombre de cada conjunto, que corresponden a los objetivos macroeconómicos: Crecimiento, Empleo, Precios, Equilibrio externo y Equilibrio fiscal.

Luego deben identificar el indicador económico para cada uno, la institución que lo elabora y la autoridad a cargo. Con toda esta información, se termina de completar el cuadro y la clase termina con lo que usualmente comienza: qué es la macroeconomía. «Usar las noticias que escuchan a diario les proporciona sensibilidad con las cifras y le permite constatar que los temas macroeconómicos están presentes en su vida», destaca.

Precisamente esta metodología fue la que expuso el año pasado en la Conference on Teaching & Research in Economic Education en Denver (EE.UU.) del Comité en Educación Económica de la American Economic Association, que busca mejorar la calidad de la educación económica.

Alfabetización para adultos 

Cuando cuatro alumnas de la Carrera de Psicopedagogía vespertino recibieron la propuesta de alfabetizar a personas adultas, comenzaron a investigar. Notaron que la bibliografía vinculada era escasa, por lo que decidieron crear su propia metodología con la guía de Isabel Rivera, directora de la escuela.

“Lo primero fue preguntarse por qué no aprendió a leer, si fue falta de estimulación, porque nunca fue al colegio o lo retiraron antes. Ese fue el proceso que hicieron las chicas en marzo, evaluarlos uno a uno”, explica la profesora Rivera.

Tras esa etapa, las practicantes dividieron al curso de nueve alumnos en grupos, según su grado de conocimiento, para una educación más personalizada. Las clases se realizan todos los viernes en dependencias de Grupo Eulen, la empresa que decidió apoyar a sus funcionarios con la alfabetización. La iniciativa empezó hace seis años, pero fue en 2018 que la Carrera de Psicopedagogía de UNAB asumió este trabajo.

El proceso de alfabetización fue un desafío planteado en el contexto de las prácticas que deben realizar para su carrera, por eso tomaron herramientas de su formación académica, pero con una variable: los adultos aprenden del entorno.

Daniela Brito, estudiantes de Psicopedagogía, indica que fue necesario hacer una alfabetización de adultos: “Utilizamos conceptos de su contexto habitual, por eso partimos por las temáticas de alimentación y luego seguridad”.

En el proceso notaron que ellos presentan una disminución de la memoria o problemas de orientación espacial, por eso el desafío era atraerlos al aprendizaje. Las futuras psicopedagogas crearon ejercicios para que adultos pudieran seguir instrucciones y relacionar conceptos.

Escrito por: Inger Ambler