Seis razones por las cuales no hay que consumir “comida chatarra”
En los últimos días surgió una polémica respecto de la posibilidad de aplicarle impuesto a la “comida chatarra” para disminuir su consumo. Más allá del tema económico, Evelyn Muñoz, nutricionista de la U. Andrés Bello, detalla por qué las personas no deberían comer este tipo de productos. La «comida chatarra» contiene, por lo general, no […]
En los últimos días surgió una polémica respecto de la posibilidad de aplicarle impuesto a la “comida chatarra” para disminuir su consumo. Más allá del tema económico, Evelyn Muñoz, nutricionista de la U. Andrés Bello, detalla por qué las personas no deberían comer este tipo de productos.
La «comida chatarra» contiene, por lo general, no sólo altos niveles de grasas, sal, condimentos y azúcar refinada, además, estos productos tienen en su fabricación numerosos aditivos alimentarios poco saludable como el glutamato monosódico (potenciador del sabor), ampliamente utilizado en alimentos procesados como sopas y caldos concentrados, que según estudios, sería responsable del incremento de la obesidad al producir un aumento del tejido graso y disminuir la saciedad aumentando la cantidad de comida que se ingiere.
Evelyn Muñoz, académica de las Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, apoya la moción del Ministro de Salud, Jaime Mañalich, de aplicar un alza en impuestos a la “comida chatarra” y expone cuáles son las seis razones para dejar de consumir este tipo de alimentos que define como dañinos para la salud.
1.- Alto contenido de colesterol: a pesar de ser necesario para el buen funcionamiento del organismo, su consumo en exceso aumenta el riesgo de sufrir embolia, aterosclerosis e infartos.
2.- Alto contenido de grasas saturadas: producen un aumento en los niveles de colesterol LDL (malo) y el total. Por lo tanto, se encuentra altos niveles de colesterol en las arterias y otros tejidos lo que aumenta el riesgo cardiovascular. La grasa saturada, además, provoca irritación gástrica al demorar en vaciamiento del estómago.
3.- Alto contenido de sodio: si el organismo aumenta los niveles de sodio, el cuerpo retiene agua y aumenta la presión arterial, que sostenida en el tiempo, puede llevar a una persona a sufrir hipertensión y con ello tener también mayor riesgo cardiovascular.
4.- Alto contenido de hidratos de carbono simples: su exceso aumenta la cantidad de grasa en el cuerpo. Con una ingesta aumentada en el tiempo, suben los niveles de trigliceridos y con ello los riegos de presentar resistencia a la insulina y diabetes mellitus II.
5.- Bajo contenido de fibra: el tránsito intestinal se hace más lento, por lo que las toxinas del bolo fecal permanecen en contacto con la mucosa del intestino por un tiempo prolongado, aumentando el riesgo de tener cáncer de colon. Además la presión que ejercen las deposiciones sobre las paredes del intestino las van debilitando, razón por la cual, se puede presentar una diverticulosis.
6.- Son hipercáloricas y parte de un estilo poco saludable de vida: Como su nombre lo dice, se comen rápido impidiendo que el cerebro procese la información correctamente y envíe las señales de saciedad. Por lo general, las personas se alimentan de pie, apuradas, lo que sumado a lo anteriormente, tiene como consecuencia aumento de peso, molestias gastrointestinales, enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión, diabetes, dislipidemia, etc.), falta de ánimo, cansancio, estrés y finalmente disminución de la calidad de vida.
Escrito por: Prensa-UNAB