Repositorio Noticias UNAB

Investigación FEN UNAB: Estudian efecto del capital tecnológico en la brecha salarial entre trabajadores calificados y no calificados

El Dr. Juan Luis Correa, director de Investigación de la Facultad de Economía y Negocios UNAB explica que se busca analizar qué ocurre cuando las empresas reemplazan maquinaria de baja complejidad por nuevas tecnologías.

El Dr. Juan Luis Correa, director de Investigación de la Facultad de Economía y Negocios UNAB, explica que se busca analizar qué ocurre cuando las empresas reemplazan maquinaria de baja complejidad por nuevas tecnologías.

rel=»attachment wp-att-221911″>En un mundo globalizado como en el que vivimos, tanto el desarrollo como la adopción tecnológica juegan un rol fundamental y traen consigo una serie de efectos en diversas áreas. Si bien pueden permitir aumentar la productividad, también pueden incidir en el aumento de la brecha salarial entre los trabajadores calificados y los no calificados.

Dicho tema es el que estudia el artículo «Complementariedad entre capital y trabajo calificado: ¿Importa el tipo de capital?», realizado por el director de Investigación de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Dr. Juan Luis Correa, junto a Miguel Lorca de la Universidad de Chile y Francisco Parro de la Universidad Adolfo Ibáñez.

«El capital, que por ejemplo puede materializarse en maquinarias utilizadas para la producción, suele ser más complementario con el trabajador calificado», explica el académico, ya que éste cuenta con mayores conocimientos que un trabajador no calificado para utilizar dichas máquinas.

La introducción del uso de computadores y de tecnologías de la información en las empresas ha permitido reemplazar una serie de procesos en los que se necesitaban personas para capturar, procesar y disponer información. «Dichos procesos podían ser bastante mecánicos, por lo que la mano de obra reemplazada tendía a tener competencias básicas. Sin embargo, para la utilización de programas computacionales, por ejemplo, se necesitan competencias más complejas. Por tanto, la mano de obra termina siendo sustituida por computadores y trabajadores especializados», agrega el Dr. Correa.

En esa línea, la investigación buscó establecer de qué manera influye en la brecha salarial la composición del capital: «Lo que analizamos es ver qué pasa si las empresas reemplazan capital del tipo básico, como camiones o maquinaria de baja complejidad, por capital tecnológico, como software computacional».

La brecha salarial

Desde hace unas décadas el número de personas que accede a la educación superior o cursos de capacitación ha experimentado un incremento significativo. Manteniendo todo lo demás constante, esto debería implicar que la brecha salarial debiese reducirse, dado la mayor disponibilidad relativa de trabajadores especializados. Sin embargo, lo que se observa es que esta diferencia no sólo se ha mantenido, sino que incluso ha aumentado.

Para explicar dicha alza, los modelos tradicionales de complementariedad entre capital agregado y trabajadores calificados y no calificados plantean que a medida que el stock de capital crece, fenómeno que se observa en las economías desarrolladas y con aún mayor fuerza en las economías en desarrollo, se requiere un mayor número de profesionales y técnicos para poder hacer uso de éste.

«Si bien la oferta de trabajadores especializados puede ir aumentando, la demanda que tienen las empresas por ellos podría estar aumentando en una proporción igual o mayor al incremento de la oferta, lo que lleva a que la brecha salarial no disminuya», destaca el experto.

Las incidencias del capital tecnológico

Para determinar la influencia del capital tecnológico en este escenario, la investigación tomó datos de la Encuesta Nacional Industrial Anual (ENIA) durante el período 2000-2011, realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para calcular las elasticidades de complementariedad entre el capital tecnológico y no tecnológico respecto de los trabajadores calificados y no calificados.

En cuanto al capital no tecnológico no se encontraron diferencias sustantivas. «Un universitario manejando un camión no tiene un efecto muy distinto al de una persona que estudió educación básica», dice el Dr. Correa. Sin embargo, al analizar la complementariedad con el capital tecnológico, las diferencias son significativas. «Cuanto mayor sea el componente tecnológico del stock de capital, mayor será el tamaño de la complementariedad entre capital y el trabajador calificado».

Los modelos tradicionales prevén que la brecha salarial se eleva a medida que aumenta el stock de capital, no obstante, el trabajo de Correa plantea que esto no solamente está relacionado con un incremento del stock, sino con cambios en la composición de éste: «Simplemente traspasando el capital desde no tecnológico a tecnológico se puede explicar el aumento en el salario relativo de los trabajadores calificados», resalta.

De acuerdo a los resultados obtenidos, si se reemplaza un 50% de capital básico por capital tecnológico, la brecha salarial podría aumentar hasta 9%. Así, aun cuando el stock puede permanecer constante, el diferencial sigue aumentando.

«Este resultado es especialmente importante en el caso de economías en desarrollo, en que si bien en una primera etapa suelen acumular capital de baja complejidad, en una segunda etapa la acumulación de capital tiende a incrementar su contenido tecnológico», asegura.

Escrito por: Patricia Zvaighaft