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Cómo una químico farmacéutico pasó a ser toxicóloga de plaguicidas y empresaria

Egresada en el 2007 de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, Karen Torres, busca seguir perfeccionándose tanto en toxicología como en el desarrollo de otros proyectos que tiene en mente, implementar otras tecnologías y crecer junto a su empresa.

Egresada en el 2007 de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, Karen Torres, busca seguir perfeccionándose tanto en toxicología como en el desarrollo de otros proyectos que tiene en mente, implementar otras tecnologías y crecer junto a su empresa.

>KeyTox.

Oriunda de Linares, llegó a Santiago en 1996 a estudiar en la Sociedad de Toxicología de Chile.

En 2013, cuando trabajaba como toxicóloga de plaguicidas en SAG, la ex estudiante UNAB vio un nicho de trabajo referente al registro de plaguicidas de uso agrícola. Sin embargo, no fue hasta el 2015 cuando logró independizarse y formar su propia empresa.

-¿En qué consiste KeyTox?
Es una empresa que se especializa en asesorías regulatorias donde apoyamos a empresas nacionales e internacionales para que puedan registrar sus productos fitosanitarios, fertilizantes, plaguicidas (químicos y biológicos) y dispositivos médicos (jeringas, agujas, guantes, entre otros). Es decir, registros de productos en Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y en Instituto de Salud Pública (ISP). También realizo evaluaciones de riesgo por exposición de plaguicidas en humanos y medio ambiente, entre otras cosas. Este año, se sumó al proyecto una colega y amiga, Carolina Provoste, quien está a cargo de asesorar a empresas nacionales e internacionales para registro de dispositivos médicos con Instituto de Salud Pública (ISP).

rel=»attachment wp-att-223631″>-¿Qué las diferencia de otras empresas del mismo rubro?
Nos diferenciamos principalmente por dos motivos: Tenemos experiencia de haber trabajado en el área pública y privada y por lo tanto, de alguna manera conocemos las necesidades y requerimientos de la Autoridad y nuestros clientes; y por el servicio que ofrecemos al evaluar los documentos previamente, con el objetivo de detectar posibles errores o falta de información/documentos. Así nuestros clientes aseguran entregar a la autoridad la información/documentos correctos y evitan rechazos de las solicitudes por falta de ellos.

-¿Qué ha sido lo más complicado de emprender?
Trabajar en casa implica ser disciplinada en los horarios y ser ordenada en las cuentas. Yo me hago el sueldo. Además, uno tiene muchas distracciones en casa. Sin embargo, como trabajo en algo que me gusta, se me hace agradable. A veces me siento como un músico o un futbolista, porque me pagan por hacer un trabajo que disfruto y apasiona.

-¿Qué herramientas te entregó la Escuela de Química y Farmacia de la UNAB?
Bueno, primero la base como profesional químico farmacéutico. Estudiar áreas bien actuales, que no tienen otras universidades, y que me han ayudado en mi trabajo, tales como: Biotecnología, bioquímica clínica, comportamiento organizacional, atención farmacéutica, evaluación de proyectos y el trabajo en equipo. Desarrollo de proyectos me ayudo a formar mi empresa. Una cosa más: Hoy soy quien soy, además de las herramientas que me entregó UNAB y mi esfuerzo, gracias a mi madre, quien desde pequeña, me ha apoyado en todo e impulsado a seguir mis sueños. Estoy orgullosa de ella.

-¿Cuáles son tus desafíos en lo profesional y personal para futuro?
En lo profesional, seguir perfeccionándome tanto en toxicología como en el desarrollo de otros proyectos que tengo en mente, implementar otras tecnologías y crecer junto a mi empresa. En lo personal, continuar haciendo lo que más me gusta, ser un aporte para la sociedad y llegar a los 80, mirar hacia atrás y decir «Sí, lo hice y soy feliz».

Escrito por: Sonia Tamayo