Trabajadores Sociales reunieron más de 200 personas en coloquio sobre Acuerdo de Vida en Pareja (AVP)
rel=»attachment wp-att-173119″>Los efectos que tendría el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) —proyecto de ley aún en discusión en el Congreso— en las actuales conformaciones familiares despertaron la inquietud de los estudiantes de Trabajo Social de la UNAB. Ayer, el tema convocó a más de 200 estudiantes, dirigentes vecinales, clubes de adultos mayores y académicos, […]
rel=»attachment wp-att-173119″>Los efectos que tendría el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) —proyecto de ley aún en discusión en el Congreso— en las actuales conformaciones familiares despertaron la inquietud de los estudiantes de Trabajo Social de la UNAB.
Ayer, el tema convocó a más de 200 estudiantes, dirigentes vecinales, clubes de adultos mayores y académicos, en el coloquio “AVP. Una mirada a las nuevas familias desde el Trabajo Social”, que se realizó en el Auditórium Salón Andrés Bello.
Luis Larraín, presidente de Fundación Iguales, en la ocasión planteó que el AVP no sólo es una necesidad mínima, sino también urgente. “Es mínima porque entrega una solución a parejas de distinto y del mismo sexo que hoy no están casadas porque no pueden y otras porque no quieren (…) Y es urgente por la total vulnerabilidad en que se encuentran las parejas del mismo sexto”, dijo.
Subrayó el caso de las parejas de gays y lesbianas de la tercera edad, que tienen 70, 80 o 90 años, que se están muriendo y quedan en la desprotección, así como también de quienes no han podido asistir o acompañar a sus parejas en la agonía e incluso en sus funerales.
En ese escenario, dijo Oscar Rementeria, vocero del Movilh, el AVP será clave, pues “viene a dar otra alternativa a aquellas personas que quieren vivir en pareja y que, por una infinidad de razones, no quieren casarse aunque sí necesitan la protección del Estado en relación al proyecto de vida y felicidad que construyen en conjunto”.
En la apertura, Margarita Errázuriz, Decana Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales UNAB, valoró el encuentro como “una actividad que da vida al quehacer más propio y noble de una Universidad” y, a la vez, da cuenta del sello de la UNAB. “Ser pluralista es una declaración que significa la aceptación de las diferencias que se manifiestan en la convergencia social, humana, buscando, cuando son conflictivas, zanjarlas gracias al intercambio y articulación de ideas que permitan superar el conflicto o al menos convivir sin problemas con el otro diferente”, expresó.
Familia
Según Manfred Svensson, doctor en Filosofía y académico U. de Los Andes, “uno podría decir que el AVP es una concepción más privatizante del matrimonio, en el sentido de que prima el acuerdo de las partes por sobre consideraciones respecto a la naturaleza de la institución. Lo interesante es que el matrimonio ha sufrido una transformación al acentuar ese mismo tipo de elementos. De modo que uno podría decir que el matrimonio, en la sociedad occidental, en general, se ha ido entendiendoa sí mismo como un AVP”. Una transformación que, a su juicio, se ha dado en los últimos 100 años.
De ahí que para Larraín los trabajadores sociales jugarán un rol fundamental. “Ellos tienen que actualizar su concepto de familia, darse cuenta de que hay distintos tipos, ninguno mejor que otro, que merecen igual protección (…) ya que muchas veces ellos son quienes acercan las leyes y los instrumentos legales a la comunidad leyes”.
Los académicos UNAB Marcela Flotts, Directora de la Escuela de Trabajo Social, y el abogado Claudio Medina, aportaron respetivamente un análisis sobre “la complejidad de lo social y los puntos de quiebre del Trabajo Social hoy” y “La (in)definición de la familia chilena. Breve repaso histórico de la re-visión jurídica del concepto”.
Escrito por: Prensa-UNAB