Revista Mestizos | Familia multiespecie ¿Perteneces a una de ellas?
María José Ubilla, etóloga y académica de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB, participó en un reportaje de la revista Mestizos explicando el concepto de «Familia Multiespecie», que se refiere a la integración de los animales de compañía como uno más en el grupo familiar: una tendencia cada vez más extendida en el mundo.
Sabemos que muchos consideran a su perro o gato como un integrante de la familia y lo demuestran con una serie de acciones concretas, convirtiéndose hoy en una verdadera tendencia, que va más allá de sólo cuidarlos.
Por Isabel Pinto G. (enlace a la publicación original de Revista Mestizos)
El concepto de familia multiespecie se ha ido generando en países desarrollados, donde el tema de la tenencia responsable y el vínculo humano-animal se ha manejado desde hace tiempo de una forma más empática con los animales.
Gonzalo Chávez, Fabián Espínola y María José Ubilla, representantes de la Comisión Permanente en Tenencia Responsable del Colegio Médico Veterinario de Chile, se refieren a este concepto como ‘’incorporar dentro de la familia a una especie distinta a la humana, que generalmente es una mascota, predominando los perros y gatos. En el fondo, contempla que este animal sea considerado en las decisiones que toma la familia, por ejemplo, salidas de vacaciones, cambio de casa, entre otras”.
La etóloga María José Ubilla escuchó por primera vez este concepto hace unos seis años. Fue en un Congreso de Etología Clínica, donde el doctor Néstor Calderón, quien es una eminencia en el área del vínculo humano-animal, lo mencionó. “Me hizo mucho sentido y es lo que pienso de mi familia, que es multiespecie, porque todos los animales que he tenido para mí han sido un integrante, desde que era muy niña. Cuando conocí este concepto, me sentí muy cómoda y lo mismo le pasó a Gonzalo Chávez y a Fabián Espínola”, cuenta.
Gonzalo Chávez, por su parte, considera que la idea de familia multiespecie lleva implícito, además, un fuerte componente emocional, ya que denota que los humanos son capaces de empatizar y conectarse emocionalmente con su mascota. En sus palabras, “es un concepto que hace justicia y refleja exactamente cómo se constituyen las familias actuales, en las que la mascota es no sólo un integrante más, sino uno protagónico para muchas”.
Convivencia responsable
La familia multiespecie va de la mano con la tenencia responsable, pero desde la mirada humanitaria. “Puedes ser un buen tenedor si cumples ciertas condiciones, como alimentar, prevenir o tratar enfermedades, proporcionar albergue y dar un buen trato. La familia multiespecie profundiza en qué significa ese buen trato, lo que tiene que ver con cubrir las necesidades no solamente físicas del animal, que es lo que generalmente se asocia a un tenedor responsable, sino también las mentales y sociales, e incorporarlo en distintas actividades de la vida diaria. No es humanizar. No porque sea un integrante más lo vas a llevar a un parque de diversiones, a una fonda o a un despliegue pirotécnico… Pero sí se puede compartir espacios de juego, paseos o descanso”, explica el doctor Chávez.
Fabián Espínola recuerda que estando en una charla en Ecuador escuchó a un expositor decir: “Debemos pasar de la tenencia a la convivencia responsable con animales de compañía”, una frase que le hizo mucho sentido. “La familia multiespecie reconoce que convive con animales y que no sólo los tiene. Convivir implica mutualismo, es bidireccional. En cambio, tener es unidireccional: uno es dueño del otro. Espero que cada día más personas hablen de convivencia responsable con animales de compañía en vez de tenencia”.
El caso de Chile
El concepto está instalado entre las personas que trabajan en tenencia responsable o en temas de bienestar animal. Sin embargo, “en Chile todavía falta mucho para poder incorporarlo en la mayoría de las personas, porque la realidad nacional es muy diversa, al igual que las formas de tenencia. Todavía hay ciertas actitudes o manejos hacia los animales que están muy normalizados. Por ejemplo, es usual ver animales en las calles o que las mascotas estén en el patio, sin mucha socialización con el resto de los integrantes de esa familia. Falta hacer y entender más. La ley de tenencia responsable puede ser un gran aporte, porque de alguna manera se están transversalizando las obligaciones mínimas de un tenedor. Si eso va bien asociado a educación, se podría generar un mayor reconocimiento de este tipo de familia”, agrega Ubilla.
Chávez, en tanto, menciona que “actualmente, tanto en nuestro país como en otros, es socialmente muy bien visto mostrarse a favor de la protección animal o declararse como un tenedor responsable de mascotas. Sin embargo, nuestra misión como médicos veterinarios y expertos en el tema es clarificar lo que realmente implica serlo”.
Alerta con la humanización
En una familia multiespecie, está el riesgo de confundir el rol de los animales. “Si sabemos que tienen un porcentaje del día destinado a dormir, otro dedicado a actividad de vigilia o a estar activo, se debe respetar. Así podemos mejorar su calidad de vida, porque muchas veces, las personas quieren que los animales se adecúen a su ritmo: si estoy despierto, que la mascota también lo esté; si me siento triste, que mantenga la calma, o si estoy contento y además invito gente a mi casa, que disfrute incluso de eso y no es así’’, alerta Gonzalo Chávez.
Tener un animal beneficia
Diversos estudios han dado a conocer los beneficios de convivir con un animal. María José Ubilla destaca uno muy importante y es que acerca a las familias. “Con la tecnología y las pantallas se ha ido perdiendo la posibilidad de conversar, del día a día, de lo cotidiano. Cuando hay mascotas, las familias confluyen y esto las obliga a conversar, aunque esa charla inicialmente sólo tenga que ver con obligaciones relativas al animal: ¿le diste la comida?, ¿lo sacaste a pasear?, lo noto decaído…”. Gonzalo Chávez añade que “son considerados como facilitadores o emulsionantes sociales, dentro y fuera de la familia. Efectivamente, favorecen la comunicación, ayudan a aprender sobre empatía y compasión. Nos acompañan e incluso, a veces hasta contienen”.
Hay investigaciones que son muy claras y rotundas en establecer que las personas que pasean con sus mascotas en las calles y, en especial en parques con espacios destinados al paseo y el juego, tienen más interacción con otros humanos. “Para ser más claro aún, existe un ensayo escrito por una mujer norteamericana, joven, estudiante de economía, ciega, que menciona que cambiar el bastón guía por un perro guía, significó una inversión importante, pero que las ganancias superaron por lejos esa inversión. El perro no sólo le dio más seguridad al desplazarse, sino que además la ayudó a interactuar más con sus pares, quienes al verla con un perro se le acercaban más a conversar. Empezó a ser más y mejor incluida. Eso es lo que denominamos facilitación o emulsionante social”, destaca el doctor Espínola.
Nuevas normativas
El concepto de familia multiespecie hace cuestionarse muchas cosas y puede ser un motor impulsor para que las normativas sean más exigentes en temas de protección animal. “Existen países –desarrollados y en vías de, como Argentina–, donde incluso se plantea qué hacer cuando una pareja que tiene un perro o gato se separa. Eso aquí no ha ocurrido, pero debería ser regulado, porque el animal estableció vínculos afectivos con ambos integrantes de esa pareja y la separación es muy dolorosa; incluso, puede llegar a ser más dolorosa que la separación misma de la pareja humana…”, enfatiza Ubilla.
La profesional agrega que “para los niños es importante criarse en ambientes con animales, ya que manifiestan menos problemas de socialización, de empatía y de respeto por los otros. Los animales son facilitadores de la comunicación entre personas y de expresar estas emociones positivas y habilidades que uno pensaba que no tenía”.
Fabián Espínola explica que “así como han aumentado las parejas que tienen menos hijos o deciden no tener, también se ha incrementado el número de familias que quieren compartir sus vidas con un perro o un gato. En Chile, esto ha llevado a una tenencia un tanto indiscriminada de animales, con hasta un 64% de hogares en las urbes que tienen alguna mascota. Se trata de una cifra superior al 50% de hace 20 años y muy por encima de los valores entre 11% y 15% de hogares con perros, que se da en muchos países de Europa.
¿Cómo se traduce esto? El concepto de familia multiespecie y el apoyo de una legislación que valora a los animales no humanos como seres vivos sintientes, ha llevado a las personas de países como Noruega y Holanda, entre otros, a darse cuenta de que no basta con tener una mascota y darle alimento, agua y albergue, sino que es fundamental convivir con ella, velando por cubrir también sus necesidades mentales y sociales”. Además, asegura que en nuestro país ya comenzamos a vivir la transición de tener a convivir con animales. Según sus palabras, en las próximas décadas las personas serán más responsables al momento de decidir si cumplen o no las condiciones para convivir y otorgar todos los cuidados que perros y gatos necesitan. Con ello, habrá menos mascotas por hogar y menos animales serán abandonados.
Escrito por: Prensa-UNAB