Químico farmacéutico explica los riesgos del antijaquecoso más consumido en Chile
José Manuel Delgado, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, explica los efectos de productos con ergotamina, que se venden bajo distintos nombres comerciales como cefalmin y migranol, entre otros.
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La cefalea, comúnmente denominada como “dolor de cabeza”, es uno de los motivos más habituales de ausentismo laboral, disminución del rendimiento intelectual y, como consecuencia, uno de los problemas de salud que con mayor frecuencia requiere de atención tanto a nivel primario como en unidades especializadas del sistema de salud.
La ergotamina es un alcaloide semisintético derivado del hongo denominado cornezuelo de centeno. “Se trata de un medicamento de amplio uso en la actualidad que forma parte de las formulaciones disponibles en el mercado para el tratamiento de la cefalea o migraña”, detalla José Manuel Delgado, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello.
En nuestro país están registrados por el Instituto de Salud Pública más de 27 productos con ergotamina bajo distintos nombres comerciales: cefalmin, migranol, migratam, jaquedryl, entre otros.
“Gran parte de quienes padecen estas molestias admiten no haber consultado a un especialista para el tratamiento de la jaqueca, acudiendo a la automedicación para su tratamiento y empleando para estos fines en gran parte de los casos las formulaciones conocidas como antijaquecosos, siendo los derivados de la Ergotamina, uno de sus componentes más comunes”, dice el químico farmacéutico.
Precisamente, “su venta está limitada a la presentación de receta médica, sin embargo, dicha condición no es debidamente respetada por gran parte de las unidades de farmacia, lo que representa un riesgo, debido a los posibles efectos adversos que se pueden presentar asociados a su utilización”, alerta el profesional.
Nocivo para la salud
Dado su similitud estructural con algunos neurotransmisores endógenos, presenta efectos a nivel del sistema nerviosos central, siendo su principal actividad farmacológica la vasoconstricción e inhibición de la conducción de los estímulos nociceptivos dolorosos mediante el bloqueo del nervio trigémino. “Dicho efecto justifica su empleo como antijaquecoso, comúnmente en asociación con cafeína, debido a que los cuadros de migraña se relacionan en gran parte de los casos con una disminución del flujo sanguíneo a nivel cerebral”, afirma el experto.
Las intoxicaciones causadas por los compuestos ergóticos se remontan a los años 600 a.d.c, reportándose intoxicaciones masivas que causaron un gran número de muertes debido al consumo de granos contaminados con dichos hongos. “Los efectos de los alcaloides del centeno en la intoxicación ergótica se deben a sus propiedades vasoconstrictoras que ocasionan la disminución del flujo sanguíneo a las extremidades y su efecto sobre el sistema nervioso central que se manifiesta por convulsiones, estados depresivos y alucinaciones”, subraya el académico de la U. Andrés Bello.
“Si bien las dosis presentes en las presentaciones que se comercializan actualmente son mucho menores que las cantidades que causaron dichos cuadros de intoxicación, su empleo inadecuado representa un riesgo para la salud, debido a los efectos secundarios asociados a su utilización”, advierte Delgado.
Entre estos efectos están las náuseas, vómitos, dolor abdominal, parestesias, calambres, aborto, colitis, fibrosis pulmonar, edema, trombosis, palpitaciones, entre otros. “Su uso continuado puede provocar un síndrome de dependencia física, referido a la aparición de síntomas corporales al interrumpir el consumo del medicamento, entre los que se describe la cefalea de rebote. Condición que conlleva a la dependencia del medicamento y su uso crónico en muchos pacientes”, agrega.
“El ergotismo se caracteriza por un vasoespasmo que puede provocar isquemia cerebral o periférica, y en algunos casos puede causar la muerte o requerir la amputación de una extremidad. Dicha condición limita el empleo de estos medicamentos al tratamiento de crisis individuales, evitando su uso prolongado como profiláctico. Por esta razón, actualmente se tiende al empleo de otros medicamentos que han mostrado un mejor perfil de seguridad como los triptanos”, comenta el experto.
Otro punto importante a considerar es el hecho de que un gran número de medicamentos pueden disminuir la eliminación de los compuestos ergotamínicos, aumentando el riesgo de intoxicación, entre estos están los miembros de las familias de antibióticos como la azitromicina, algunos antirretrovirales, antifúngicos, e incluso componentes de la dieta como el jugo de pomelo.
Por su parte, los pacientes hipertensos, diabéticos, con antecedentes de enfermedad cardiovascular como infarto del miocardio, angina de pecho, ateroesclerosis, entre otros, deben ser cuidadosamente evaluados antes de utilizar estos medicamentos. Tampoco está recomendado su uso en embarazadas debido al reporte de muerte fetal asociado a su administración.
“Es importante hacer un llamado a la población al uso responsable de estos medicamentos, recalcando además la importancia de acudir a la consulta con un especialista con el fin de evaluar las causas y recibir una orientación profesional con el fin de prevenir la progresión de los cuadros de jaqueca. Son comúnmente conocidos hoy en día los casos de infartos en jóvenes luego del consumo inadecuado de estos fármacos”, concluye.
Escrito por: Sonia Tamayo