ORGULLO UNAB | Psiquiatra cuenta cómo declinó tener un cargo en un Hospital de Inglaterra por su compromiso con El Pino y su universidad
Tiene 37 años y es Jefe de Servicio de la Unidad de hospitalización Psiquiátrica del Hospital El Pino. El Dr. Luis Felipe Varela hizo su pre y postgrado en la Facultad de Medicina de la U. Andrés Bello entre los años 2001 y 2011. Hoy cuenta su historia como ex estudiante, médico, docente y autoridad.
“Casi un tercio de mi vida he estado en la UNAB”, reflexiona el Dr. Luis Felipe Varela Espinoza. Titulado en el 2007 en la U. Andrés Bello.
Efectivamente, el Dr. Varela lo demuestra a través de su historia como estudiante y como profesional. Este es el camino de un Orgullo UNAB.
¿Por qué eligió estudiar Medicina y especializarse en psiquiatría?
Porque en la Medicina convergían los temas que más me interesaban (y que me siguen interesando) que son las Ciencias Biológicas y las Humanidades. Aunque al comienzo prácticamente todo era Biología, ya en tercer año comenzó el contacto con los pacientes y lo que más me gustó (y que me sigue gustando) es que el acercamiento a las Humanidades – o a lo humano como fenómeno – se nos presentó en vivo y en directo: el dolor de la muerte, la angustia de la enfermedad, pero también el milagro de un nacimiento y la alegría de la recuperación. Poder participar del proceso de recuperación de una persona es absolutamente asombroso y es lo que me fascina de ser
Médico. La psiquiatría siempre fue el área que más me interesó de la Medicina, pero el factor determinante en mi elección fue el privilegio de haber sido alumno de la Dra. Verónica Larach Walters. En el primer curso de Psiquiatría dictado en la Escuela de Medicina de la UNAB el año 2004, la Dra. Larach llevó a la mayoría de los mejores exponentes de la Psiquiatría en Chile a hacernos clases: los Dres. Hernán Silva, Eduardo Durán, Jorge Cabrera, Sergio Gloger, entre otros. Al egresar, postulé y gané una Beca de Especialización en Psiquiatría en la Universidad de Valparaíso. Sin embargo, en ese período, siendo el Dr. Pedro Uribe el Decano de la Facultad de Medicina, se dio inicio al posgrado en la Escuela de Medicina con la Especialización en Psiquiatría y fui distinguido con la posibilidad de ser el primer Becado de posgrado de la Escuela junto con mi compañera de curso, amiga y actual colega psiquiatra, la Dra. Pilar López Mateo.
«El factor determinante en mi elección fue el privilegio de haber sido alumno de la Dra. Verónica Larach Walters», comenta el Dr. Varela.¿Qué recuerdos tiene de tu paso por la UNAB como estudiante?
Hice mi pre y posgrado en la UNAB entre los años 2001 y 2011 – casi un tercio de mi vida – por lo que son muchos los recuerdos que tengo. Uno de los recuerdos más importantes es el de haber creado una obra de teatro al finalizar la carrera junto con mis grandes amigos Pedro Swinburn Larrain, Blas Alid Cordera y Sebastián Acevedo Mellafe, y que logramos montar gracias a la participación de un grupo muy grande de estudiantes de Medicina que hoy son todos colegas. La obra “La Llamada” fue íntegramente creada y montada por nosotros y se trata del viaje de un joven a lo largo de la carrera. Es una visión que reflejaba nuestro sentir respecto a la ingenuidad con la que uno comienza, a las renuncias que hay que hacer, a las dificultades del camino y a la transformación que se experimenta al terminar. Para mí fue una satisfacción incomparable y requirió tanto trabajo me permitió entender el esfuerzo titánico que significa la creación artística. La obra se presentó el 2008 y 2009 y no ha vuelto a ver la luz. Esperemos que eso cambie en el futuro…
¿Cuáles han sido sus logros en lo profesional?
Entre 2016 y 2017 vivimos en Londres con mi Señora e hija, gracias a una Beca Chile de Magister en el Extranjero y el apoyo de la Facultad de Medicina y del Hospital el Pino. Aprovecho de agradecer al Dr. Jaime Contreras y al Dr. Guillermo Vergara por su fundamental apoyo en este proyecto. Hice mi Magister (MSc in Psychiatric Research) en el Institute of Psychiatry, Psychology and Neurosciences del King’s College London y aprobé con distinción que es el grado máximo. Fue un tremendo esfuerzo por que el nivel de exigencia de ese centro es altísimo, pero lo volvería a hacer sin lugar a dudas. En paralelo, tuve la posibilidad de realizar una pasantía en la National Psychosis Unit del Royal Bethlem Hospital, institución fundadada en el año 1247. A esa unidad llegan los casos más complejos del Reino Unido, incluidas las colonias que aún existen. Fue muy gratificante el haber sido capaz de ganarme un espacio en las reuniones clínicas y haber llegado al punto que mis observaciones fuesen valoradas. Eso no fue nada de fácil, ya que hay que aprender todos los códigos que tienen los ingleses para expresarse y entenderse. ¡Te pueden decir que lo estás haciendo pésimo o que lo estás haciendo fantástico con la misma expresión facial y con el mismo tono de voz! Hacia el final de la pasantía me ofrecieron un cargo en la unidad, ofrecimiento que tuve que declinar ya que mi compromiso esta acá en la Universidad y en el Hospital El Pino.
Pero ahora está con un desafío nuevo…
Sí, el logro y desafío más reciente es haber asumido como Jefe de Servicio de la Unidad de hospitalización Psiquiátrica del Hospital El Pino. Esta es una unidad forma parte del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental que es probablemente el servicio más grande de nuestro hospital. La unidad está inserta dentro del hospital y fue creada el 2011 gracias a la brillante gestión del Dr. Guillermo Vergara Harris, a la vasta experiencia y determinación de la Dra. Anamaría Gazmuri Ortiz y al arrojo y solidez del Dr. Iván Guzmán González, quien ad portas de terminar su beca, fue el primer Jefe de Servicio. Somos un equipo grande, formado por Psiquiatras, Enfermeras Universitarias, un Terapeuta Ocupacional, una Asistente Social, una Psicóloga y un potente y comprometido equipo de TENS y auxiliares. ¡Es un proyecto muy interesante!
«Ser psiquiatra es un privilegio. Uno tiene la posibilidad de acceder a conocimientos de última línea, así como lecturas de investigadores que vivieron siglos atrás».
¿Cómo nace la faceta de docente?
La docencia surgió en el contexto de mi formación de posgrado ya que el compromiso asociado con la beca que recibí era formar parte de la unidad de psiquiatría cuando egresara. Nunca lo vi como una obligación, sino que ha sido una oportunidad única para seguir estudiando y aprendiendo todos los años. La docencia es una tarea muy exigente y que requiere de un grado de preparación mucho más sofisticado del que uno puede pensar inicialmente. No basta con saber muy bien los temas que a uno le competen. Implica estructurar un tremendo esfuerzo para que el estudiante pueda aprender a aprender y a pensar crítica y creativamente. Pero tan importante como eso, es que aprendan a ser ciudadanos responsables y comprometidos. He tenido la fortuna de tener una maestra en este ámbito, la Dra. Anamaría Gazmuri Ortiz, quien además de ser una de las mejores psiquiatras que conozco, es esencialmente una gran pedagoga y le debo a ella y al Dr. Carlos Cruz Marín (Q.E.P.D), esta comprensión sobre lo que significa la docencia.
¿Qué significa en su vida ser psiquiatra?
Soy un privilegiado por el hecho de estar haciendo lo que más me gusta. Me encanta mi trabajo. Me encanta ser Médico Psiquiatra y le agradezco a mis padres por haberme guiado y apoyado para tomar la decisión de ser Médico, tanto como le agradezco a mi esposa, Maricarmen Olivos Pérez -quien es Cirujano Infantil- por su incondicional apoyo, compañía y sabiduría.
Habla con una pasión por su profesión….
Ser psiquiatra es un privilegio. Uno tiene la posibilidad de acceder a conocimientos de última línea, así como lecturas de investigadores que vivieron siglos atrás. Enfrentamos desafíos técnicos y profesionales que son apasionantes que permanentemente me sorprenden y al diario me atrae para mí. Por otra parte, ser Psiquiatra, y en general ser Médico supone una enorme responsabilidad por los niveles de confidencialidad que se manejan y por las situaciones límite que muchas tenemos que enfrentar y que hacen que uno a veces se cuestione ideas que se dan por obvias. Ser psiquiatra es algo que disfruto intensamente.
«El logro y desafío más reciente es haber asumido como Jefe de Servicio de la Unidad de hospitalización Psiquiátrica del Hospital El Pino. Esta es una unidad forma parte del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental que es probablemente el servicio más grande de nuestro hospital»
¿Cuáles son sus planes a futuro en lo profesional?
Quisiera contribuir en que se la investigación se instale como práctica habitual en nuestro hospital, partiendo por el servicio de psiquiatría y salud mental.
¿Qué le gusta hacer en tu tiempo libre?
Junto con empezar a estudiar Medicina, en el 2001 empecé a estudiar flauta traversa. Practicar y tocar flauta es una de las cosas que más me gusta hacer cuando tengo tiempo libre.
¿Qué le gusta comer?
Otra de las cosas que disfruto mucho es cocinar y estoy “obsesionado” con la carne mechada. He leído mucho sobre su origen y sobre sus distintos componentes y formas de preparación. Ya la he preparado de muchas formas distintas y actualmente tengo una receta propia que pongo a prueba varias veces al mes.
¿Cuál es el colmo de un psiquiatra?
Que un Psiquiatra le diga a uno “Ud. no es Psiquiatra”
¿Un placer culpable?
Disfruto enormemente viendo programas de televisión y películas banales y sin ninguna gran complejidad conceptual. Habitualmente se tiene la imagen del psiquiatra como alguien que se dedica a ver cine difícil de entender, con metáforas abstrusas, largos tiempos en silencio y tomas infinitamente largas filmadas, habitualmente, por directores rusos, escandinavos o alemanes. Y eso a mí me aburre a decir basta. Admito que puedo estar diciendo una barbaridad y que puedo estar perdiendo una enorme posibilidad de conocimiento, pero no me da la paciencia.
Si tuviera que definirse en una frase ¿cuál sería?
Diría que soy alguien apasionado, trabajador y, sobre todo, muy perseverante.
Finalmente, ¿qué le aconsejaría a quienes están estudiando Medicina en la UNAB?
Autogestión y colaboración y autocuidado. Autogestión porque, si uno quiere hacer las cosas bien, muchas veces se deben hacer cosas que no están en ningún manual y que nadie va a venir a hacer por nosotros. Colaboración porque la complejidad del ámbito en que nos movemos como Médicos nos sobrepasa como individuos y formando redes, existen muchas más probabilidades de llegar a puerto. Autocuidado porque nuestra profesión es en extremo exigente y si uno no aprende a conocer y respetar los propios límites, se expondrá a riesgos y expondrá a otros a riegos. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero me parece importante tenerlo muy presente.
Escrito por: Sonia Tamayo