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Necropsia de cetáceo poco conocido se realizó en Hospital Clínico Veterinario UNAB

La Fundación MERI realizó el rescate y traslado de un zifio varado en el sur de Chile hasta el Hospital Veterinario de la U. Andrés Bello, donde se practicó una necropsia completa. Los resultados de este análisis y los estudios de las muestras extraídas aportarán valiosa información sobre esta especie, actualmente una de las menos conocidas a nivel global.

El pasado 20 de marzo los vecinos de Caleta Tortel, en la Región de Aysén, fueron testigos del inusual varamiento de un zifio en un roquerío costero. El animal corresponde a un tipo de cetáceo dentado (odontoceto) que se distingue por su hocico alargado, similar al de los delfines, que suele bucear por largos periodos en aguas oceánicas de gran profundidad: rasgos que lo hacen uno de los grupos de mamíferos menos conocidos en la actualidad.

Tras enterarse de este evento, la Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Andrés Bello (UNAB).

A su arribo, el cetáceo fue llevado a la sala de necropsia para, una vez descongelado, realizar la disección necesaria para el análisis de este ejemplar de más de 5 metros de longitud y un peso estimado de 1.5 toneladas. El Dr. Carlos González, Director de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB, supervisó el progreso del descongelamiento del animal para finalmente determinar la realización de la necropsia completa el pasado martes 2 de abril.

“Ha sido un trabajo extraordinario”, dice Sonia Español, refiriéndose al éxito de las complejas labores de gestión, levantamiento de recursos y coordinación que permitieron un traslado eficiente, a contrarreloj y cumpliendo con las autorizaciones y protocolos requeridos.

Alcances para el mundo científico y académico

“Ésta es una oportunidad única de estudiar y extraer mucha información sobre una especie de la que se sabe muy poco”, dice Carlos González. La realización de este procedimiento, explica, involucró la participación de especialistas de diversas instituciones y áreas de estudio -biología de cetáceos, patología, bioquímica, genética, entre otras-, a la vez que permite los estudios toxicológicos y ambientales pertinentes. Previo a la disección, fue posible realizar análisis morfométricos, anatómicos y patológicos del animal que, de acuerdo a Sonia Español, pertenecería a la especie del tipo Layard.

La experta detalla que, a partir de ahora, se abren dos líneas de investigación y análisis paralelas: “Una relativa a la causa de muerte, y por otra parte la generación de los conocimientos científicos básicos sobre el animal”. Respecto a la causa de muerte, ambos científicos afirman que el tiempo estimado es muy variable, y no se podrá conocer antes de un mes en razón de las restricciones legales y permisos que implica un animal de esta naturaleza. No obstante, adelantan que el zifio estaba en buenas condiciones y no se observó ninguna lesión significativa, ni contenidos plásticos u otros contaminantes humanos en su interior.

Desde este momento, de acuerdo a las regulaciones de Sernapesca, los investigadores interesados en estudiar los distintos tejidos podrán solicitarlo a dicha entidad estatal. El resto de las muestras se almacenarán en el Museo de Historia Natural y estarán también disponibles para los análisis de las diversas instituciones y expertos interesados.

“Desde un comienzo la Fundación MERI tuvo la intención de facilitar el estudio del animal y disponer de todos los accesos necesarios. Se ha hecho un esfuerzo inmenso por trasladarlo (al Hospital), y ambas partes han trabajado arduamente para que quede a disposición de quien se interese en analizar las muestras», dice Sonia Español.

“Esto dará pie a muchas publicaciones científicas y antecedentes que quedarán a disposición internacional, para la comunidad científica en general y toda la sociedad”, dice Carlos González.

La experta concuerda: “Tener un zifio congelado, y hacer una necropsia, es realmente una novedad no solo para Chile sino a nivel internacional; de ahí la necesidad de que estos esfuerzos se llevaran a cabo de la mejor forma, con la mayor información y con el máximo respeto, porque hay una lupa internacional pendiente de lo que se haga acá”.

Ambos científicos coinciden en recalcar la importancia de este evento para el aprendizaje y la formación académica. Destacan la presencia de estudiantes de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNAB en el procedimiento, a la vez que el registro audiovisual de la necropsia por parte de Fundación MERI, que aportará en la formación de distintas generaciones de estudiantes.

Fotografías: Fundación MERI

Escrito por: Prensa-UNAB