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Médico de la U. Andrés Bello pone a prueba sus conocimientos y compromiso social en Isla de Pascua

Durante 42 días, Luis Ávila González, médico-cirujano titulado de la Facultad de Medicina de nuestra Casa de Estudios, atendió a adultos, niños, e incluso turistas en Rapa-Nui. Dice que sólo demoró tres minutos en decidirse a viajar a Isla de Pascua para cumplir como médico. Efectivamente, Luis Ávila González, médico-cirujano titulado este año de la […]

Durante 42 días, Luis Ávila González, médico-cirujano titulado de la Facultad de Medicina de nuestra Casa de Estudios, atendió a adultos, niños, e incluso turistas en Rapa-Nui.

Dice que sólo demoró tres minutos en decidirse a viajar a Isla de Pascua para cumplir como médico. Efectivamente, Luis Ávila González, médico-cirujano titulado este año de la Facultad de Medicina de la U. Andrés Bello, reconoce que terminó su carrera sin tener claro a qué quería dedicarse en medio de varias ofertas laborales, hasta que una amiga le ofreció ir a hacer un reemplazo como médico en el Hospital de Hanga Roa. “Le dije que iría, incluso sin tener muy claro como sería el viaje, cuándo me pagarían ni donde me quedaría, solo pensé: es una de esas oportunidades que no puedes dejar pasar… fue un nuevo desafío”, relata el joven de 27 años.

-¿En qué consistió tu labor en ese lugar? ¿Cómo era tu día a día?

-La gracia de vivir al lado del hospital, en una isla, te permite levantarte tranquilamente y caminar hasta el recinto. Con un clima exquisito, llegaba en la mañana a ver a los pacientes hospitalizados, chequeaba si había algún cambio, los examinaba, definía cuando se daban de alta, era el médico tratante. Luego de la visita de la mañana en hospitalización, debía cumplir con horas de atención primaria, en el consultorio adosado al hospital. Atendía a todos los pacientes que solicitaban una hora, con cualquier dolencia, desde resfríos, hasta pacientes que requerían alguna hospitalización, pasando por gran parte de las patologías que a uno le toca revisar mientras estudia. Luego de eso, en algunas jornadas, fui el médico de turno en la urgencia, quedando a cargo de los pacientes hospitalizados durante las noches o en horarios inhábiles.

– ¿Qué es lo más difícil de enfrentar?

– Darte cuenta de que eres el médico y los problemas que enfrentas tienes que solucionarlos tú y no tu profesor. Desde atender a pacientes que llegan en paro, tanto adultos como niños, como recibir llamadas en conferencia desde Estados Unidos y Río de Janeiro, por el seguro de salud de una paciente turista, que debíamos trasladar. Se pone frente a ti la decisión sobre el traslado de urgencia al continente de un paciente, considerando el costo de ello, tanto para la familia como para el Hospital. Son cosas que en ninguna universidad te las pueden enseñar, las tienes que aprender in situ.

-¿Qué herramientas te entregó la Facultad de Medicina de la U. Andrés Bello para hacer frente a este desafío?

-Me entregó la práctica de hacer una y otra vez las cosas, para que en el momento que me tocara hacerlas por mí mismo, tuviera la seguridad de hacerlas bien. La inseguridad carcome y el hecho de tener claro que hacer en determinado momento, tranquiliza tanto a ti como al paciente. En la Universidad también me enseñaron a tener la valentía de que en el instante en que no sepas qué hacer, decirlo. Tener la tranquilidad de conciencia: si no se sabe algo, hay que averiguarlo, todo sea por el bien de tus pacientes.

-¿Qué otra labor social has realizado?

-Mientras estudiaba realicé diversos trabajos sociales en salud, tanto organizados por la Universidad como un operativo en La Legua de atención sanitaria y educación o aquellos liderados por estudiantes de diversas universidades, como proyectos de IFMSA (International Federation of Medical Students Association). Creo que siempre hay oportunidades de hacer cosas, el tema es querer hacerlas.

-¿Cuáles son tus proyecciones en lo profesional?

-Actualmente dirijo proyectos de utilización de Internet, tecnología y redes sociales en beneficio de la salud, asesorando a diversas instituciones tanto públicas como privadas para utilizar estas nuevas tecnologías. Pese a que me estoy dedicando a tareas no clínicas, no quiero dejar de atender pacientes, por lo cual realizo turnos de urgencia de forma esporádica. Tengo intenciones de seguir estudiando, aunque aún no decido claramente qué especialidad.

Sonia Tamayo Herrera

stamayo@unab.cl


Escrito por: Sonia Tamayo