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Jabulani: ¿Innovación para el mundial?

El balón de fútbol, estrella de la televisión en blanco y negro durante el mundial de México de 1970, llevó al diseñador, ingeniero e inventor, Buckminster Fuller, a aplicar sus conocimientos de geometría para producir una esfera homogénea a partir de piezas de cuero planas. Con el nombre de los satélites Telstar, el icosaedro truncado, […]

El balón de fútbol, estrella de la televisión en blanco y negro durante el mundial de México de 1970, llevó al diseñador, ingeniero e inventor, Buckminster Fuller, a aplicar sus conocimientos de geometría para producir una esfera homogénea a partir de piezas de cuero planas. Con el nombre de los satélites Telstar, el icosaedro truncado, con veinte cascos exagonales blancos y doce pentagonales negros, se hizo visible en todo el mundo.

Treintaiseis años más tarde, con el foco en el alto desempeño deportivo, surge otra innovación radical: catorce paneles ocupan el lugar de los treintaidós cascos, y las costuras son eliminadas, dando paso a la termofusión. +Teamgeist, el balón del mundial de Alemania 2006, optimiza los esfuerzos de los futbolistas en la cancha, gracias a su geometría de octaedro truncado y a los nuevos procesos productivos. Es más esférico e impermeable que los balones anteriores. Su vuelo es más regular, incluso bajo la lluvia.

A diferencia de lo ocurrido entonces, la innovación en la construcción de Jabulani, centro del mundo por estos días, al margen de la opinión de los jugadores, resultó ser incremental.

La reducción en el número de cascos continúa. Pero los del balón del mundial de Sudáfrica han sido premoldeados con forma esférica. Los ocho paneles corresponden a otro volúmen platónico truncado: el tetraedro. Esta forma ordena el trabajo de acanalamiento de la superficie optimizando el vuelo del balón y su nueva textura responde a la necesidad de fricción para lograr darle efecto.

Sin embargo, la filigrana de once colores impresos en cuatro triángulos revela que los desafíos de su diseño no se limitan al fútbol. Las innovaciones radicales o incrementales que el balón incorpora protegen la inversión y aseguran su retorno: está diseñado para la venta; es un producto de consumo global, que replica las técnicas gráficas del papel moneda para retardar el time to market de la competencia y la falsificación del balón.

Gonzalo Puga

Magister en Diseño Industrial

Director Escuela de Diseño UNAB

Escrito por: Prensa-UNAB