Mientras la tendencia mundial va a la baja, en América Latina las nuevas infecciones de VIH siguen subiendo. En la última década, los casos en la región han subido un 5% hasta alcanzar las 2,2 millones de personas infectadas en 2021, según el último informe anual de la Agencia de las Naciones Unidas para la lucha contra el VIH, Onusida.
Sobre este tema comenta en una columna de opinión en el diario La Estrella de Valparaíso la Dra. Annabella Arredondo Paz, Epidemióloga y Coordinadora Académica del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.
A la pregunta de por qué esta región está rezagada en la lucha contra el VIH, las respuestas para la profesora son muchas y complejas, pero hay una que le parece particularmente importante a la ONU: El estigma, la discriminación y en su versión más violenta, los crímenes de odio, que desgraciadamente están presentes en nuestro país.
«Disponemos de legislación antidiscriminación, como la Ley SIDA O la Ley Zamudio, por ejemplo, pero son insuficientes. Es un tema complejo, para cuyo enfrentamiento se requiere un trabajo intersectorial, que vaya asociado con el de las organizaciones comunitarias que trabajan con las poblaciones más vulnerabilizadas», explicó la doctora.