Investigan emociones asociadas a lugares de memoria
La investigación Fondecyt, representa un esfuerzo por continuar la línea de trabajo académico de tipo interdisciplinario desde el espacio regional e investigar sobre la memoria histórica reciente y derechos humanos en lugares claves vinculados a la represión política en Concepción.
Camarines con puertas de hierro y sin ventilación alguna eran utilizados como lugares de incomunicación y torturas. El único medio de ventilación era el resquicio que dejaba la puerta en su parte inferior. De ese modo los incomunicados podían saber si era día o noche. Después de muchos días sin agua ni alimento alguno, los detenidos salían con problemas de visión debido al encierro”.
La descripción, realizada en el informe de la Comisión Nacional sobre Política y Tortura, corresponde al Estadio Municipal de Concepción Ester Roa Rebolledo, en la época en que funcionó como campo de prisioneros (septiembre de 1973 – enero de 1974).
El establecimiento es hoy uno de los principales lugares de memoria en la región, asociados con la represión política y la violación de los derechos humanos durante dictadura cívico – militar, donde hubo en promedio 600 detenidos por mes. Según el mismo informe, en el Bío Bío hubo 159 centros de detención y tortura. ¿Qué representan estos para la comunidad hoy? O, más bien, ¿Cuáles son las emociones con las que se vinculan? es parte de la investigación realizada por profesionales de la Universidades Andrés Bello y De Concepción, liderada por la académica, Dra. Paula Tesche Roa.
Memorias Colectivas
La investigación, “Memorias colectivas de lugares y/o sitios de memoria en Concepción: emociones desde los imaginarios locales vividos” reúne a especialistas de la psicología social, sociología, historia, intervención social y comunicación para identificar, explorar y describir las emociones asociadas con lugares de memoria.
Germán Lagos, sociólogo y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción, explicó que, “metodológicamente la investigación ha contemplado tres tipos de estudios: cualitativo, con el objetivo de describir las emociones asociadas con los discursos sobre los lugares de memoria, donde se utilizaron entrevistas y grupos focales; cuantitativo, con el propósito de medir las emociones en torno a los sitios de memoria y establecer su relación con el grado de conocimiento sobre la represión política y la violación de los DDHH durante la dictadura, entre otros, donde se aplicó una encuesta compuesta por escalas que evalúan variables sociodemográficas, conocimiento acerca de la represión política y la violación de los derechos humanos, emociones positivas y negativas (Fredrickson) y Clima Político Emocional; y un tercer estudio o taller investigativo, dirigido a socializar los resultados de la investigación, al levantamiento de un diagnóstico socio – comunitario y a la elaboración de propuestas de transformación a través de talleres abiertos a la comunidad”.
Entre los lugares explorados se cuentan además el frontis de la Catedral de la Santísima Concepción (lugar de la inmolación de Sebastián Acevedo en 1983), el Memorial “La ronda de la unidad” (obra de Lautaro Labbé que se instaló en 1993 para recordar a estudiantes y profesores UdeC detenidos desaparecidos), y el Cuartel Bahamondes (centro de detención y tortura de la CNI que funcionó entre 1980 y 1985 aproximadamente).
La investigadora responsable, Dra. Paula Tesche, detalló que “los resultados de los tres estudios demuestran la relevancia del diagnóstico social como una forma de planificar y orientar futuras intervenciones asociadas con lugares de memoria vinculados con la represión política y la violación de los derechos humanos durante la dictadura cívico militar”.
Además, agregó “se evidencia la falta de conocimiento respecto a los cuatro lugares de memoria estudiados. Así, de los 400 casos encuestados al azar en las proximidades donde estos sitios se emplazan, un 44% de las personas no tienen ninguna información sobre el lugar ni sobre lo acontecido en él. Un 16, 8% de las personas, si bien conocen el lugar o tienen noticia de su ubicación, no tienen un relato acorde a lo que allí sucedió y solo un 39, 2% tiene conocimiento sobre la existencia del lugar y sabe con qué hecho se relaciona. La invisibilización de los lugares de memoria, plantea desafíos respecto a la educación, la investigación académica que mediante datos promueva la necesidad de estudios científicos en regiones y la difusión de la información a la comunidad en general”.
Escrito por: Tania Merino