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Influencia económica de la región del Bío Bío como polo Industrial del país

¡Va a pasar, va a pasar, va a pasar! 27 de febrero del 2010, sin duda un evento que llegó para quedarse en todos los que vivimos ese movimiento de 8,8 grados Richter, y justo cuando creíamos que dábamos el salto a una mejor economía. ¿Cómo llegamos a ese momento? Veamos, hagamos un poco de […]

¡Va a pasar, va a pasar, va a pasar! 27 de febrero del 2010, sin duda un evento que llegó para quedarse en todos los que vivimos ese movimiento de 8,8 grados Richter, y justo cuando creíamos que dábamos el salto a una mejor economía. ¿Cómo llegamos a ese momento? Veamos, hagamos un poco de historia económica de nuestra Región.

Por Claudio Lapostol

La población regional a principios del siglo XVIII estaba en los 10.000 habitantes y ya para fines del mismo siglo ésta se situaba en los 77.000 habitantes. Concepción emprendía entonces un largo camino (100 años, desde 1730 a 1830) para dejar de ser ciudad militar y pasar a ser una ciudad comercial. Esto comienza a lograrse gracias a que Santiago asume la mitad del costo de la guerra y Concepción comienza a ser un polo agrícola muy importante para la demanda de trigo que viene del Perú y es así como aparecen polos graneros como Rere, Puchacay, Laja y otros que abastecen de buena manera las demandas ya señaladas. Es tan fuerte la influencia de Rere que llegó a tener un Banco, hoy es un pueblo rural muy cercano a Yumbel, sin tener para nada la fuerza económica que alguna vez tuvo.

El gran problema de esta región fue siempre el lento crecimiento de personas, dado, seguramente a su calidad de ciudad fronteriza, y las destrucciones producto de la guerra, que se tradujeron en costos de vidas y construcciones. Aún así esta zona es la segunda del país en entregar una fuerza económica al Reino de Chile.

Primera mitad del Siglo XIX

A principios del siglo XIX se instala en Chile un hombre brillante, de mirada económica de avanzada, Don Diego Portales, que hace que Chile crezca en comercio exterior y se codee con el resto del mundo en establecer transacciones comerciales que hacen que Chile comience a ser un país que se abre al mundo. Cuando se lee a Diego Portales, es leer lo que pasa actualmente en el mundo en cuanto a comercio y relaciones económicas. Este Ministro, con sus propuestas de trabajo, hace que nuestra zona se afirme aún más y durante la primera mitad del siglo XIX nuestro comercio es muy potente, haciendo que una década las exportaciones agrícolas se sextupliquen, llegando a efectuar transacciones por 7 millones de dólares anuales.

Segunda mitad del siglo XIX

Con todo esto ya la población comienza a crecer, aparecen ciudades como Lota y Coronel, producto del carbón allí encontrado (se debe entender que eso era el petróleo del momento), Concepción para estos años 1865 cuenta con 15.000 habitantes, y Lota y Coronel en su conjunto cuentan con 5.700 habitantes y decir que Coronel es del mismo tamaño que Talcahuano para esos años, 2.000 habitantes.

Ya en la década del 40 (1840) con la apertura de lo mercados en California, nuestra zona vuelve con fuerza a ser la principal salida de productos cerealeros de Chile. Se establecen molinos en la zona de Tomé, con capacidades de hasta 100.000 quintales por año, en esta zona estaban los mayores molinos del país, Penco, Lirquén y Tomé.

Paralelamente, en el norte de Chile la actividad minera no se dejaba estar y es por esto que las ciudades de Lebu, Curanilahue, Coronel, Lota, Lirquén, son lugares importantes respecto de la explotación del carbón. Comienzan las inversiones de personas como Sanders, Lillivack y Délano quienes apuestan por la extracción de este combustible para los vapores del Pacífico. Ya en 1852 Don Matías Cousiño empieza la explotación de los terrenos de Colcura, trabajo que adquiere singular relevancia en el aporte económico de la zona, cabe destacar en este punto que la familia Cousiño llegó a ser una de las 10 familias más adineradas del mundo. Estos cambios significaron aumentar de 18.000 toneladas anuales de carbón a 37.000 toneladas anuales.

Otro producto muy importante, dada la minería fue la construcción de ladrillos refractarios, necesarios para la molienda de minerales, que tanto auge tenía en el Norte. Tomé en esos años (1860) con 5.000 habitantes, pasa a ser el principal puerto de Chile en cuanto a despacho de harina y trigo, representando en este último producto el 60% de lo que el país exportaba.-

 

Camino al siglo XX

Ya hacia la segunda mitad del siglo XIX, 1860 en adelante, el dinamismo del carbón es muy fuerte llegando a producciones de casi 1.000.000 de toneladas por año, los refractarios eran 3 millones de unidades al año.

La expansión urbana ya no la detiene nadie y las ciudades comienzan a crecer a tasas muy altas, Lota por ejemplo, pasa de 3.000 habitantes a 10.000 habitantes, Coronel se convierte en el segundo puerto del país, Talcahuano comienza a tomar protagonismo y le quita la fuerza a Tomé por allá en los años 1870, la salida de cereales se reparte en 50 % para cada ciudad.

Al aquietarse el conflicto con La Araucanía, se anexan dos grandes regiones en Chile, La Araucanía y Los Lagos, las cuales junto con el Bío-Bío en su conjunto pasan a comercializar de 132.000 quintales anuales a 2.203.000 quintales siendo Don Jorge Bunster el principal empresario en este rubro, aquí ya estamos en el siglo XX, año 1908.

Se agrega a todo esto las vías de comunicación terrestre, trenes específicamente que juntan ciudades como Chillán, Talcahuano y ciudades de la zona de la frontera, las cuales obviamente llevan a que se puede generar un mejor comercio, mucho más rápido, con las consecuencias de poder ser un buen proveedor a los mercados que se abrían, que en este caso eran Europa y Australia, puesto que California ya perdía su fuerza compradora.

Ya en 1900 Concepción pasaba a ser la tercera ciudad del país y el litoral del Bío-Bío concentraba el 41% de las personas de la provincia.

Siglo XX

La depresión de la década del 30 sin duda impacta a la zona, marcando un fin al auge exportador que se venía teniendo durante el siglo XIX y principios del siglo XX, y es a partir de aquí que el estado entra en un programa de desarrollo (1938) activo y planificado, llamado Corporación De Fomento de la Producción (CORFO) hace que ya las tradicionales industrias, alimentos, textiles, vestuarios que se habían instalado a principios del siglo XX en Tomé con textiles, Bellavista Oveja, Fábrica Italiana de Telas y en Penco con su fábrica de loza y la planta de elaboración de azúcar, crezcan y se mantengan con este motor interno que genera el estado para sostener el empleo y el trabajo.-

CORFO, a través de sus proyectos, crea un polo industrial haciendo que se construyan empresas como la CAP o Compañía de Aceros del Pacífico (Huachipato), Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), Empresa Nacional de Electricidad, y alrededor de todas estas industrias de genera un polo industrial muy potente, que lleva a la generación de empresas generadoras de energía para abastecer termoeléctricamente a ENAP. De la Siderúrgica se construye Cementos Bío-Bío, cemento que ocupa como materia prima la escoria que deja CAP, se instala Inchalam (Industria Chilena del Alambre) con capitales Belgas, quienes hasta el día de hoy funcionan así, Molycop, fábrica de bolas de acero para la molienda del Norte y otros molinos y todo un polo de servicios de maestranzas, empresas metal-mecánicas, servicios de transportes, de alimentación que hacen que el polo industrial de Concepción sea muy interesante. Todo esto en lo que podríamos encerrar entre los años 1945 – 1970, sin duda un gran aporte para la Región, debiendo indicar que nuestra economía era más bien cerrada en esos años, lo que hacía que consumiéramos productos que no estaban con los valores de mercado. Esto conlleva a que la migración rural hacia polos urbanos sea muy rápida y expansiva y ya en la década del 70 la población urbana era del 75% sobre el total del país, ésta fue una de las expansiones más rápidas del mundo.

Así es como se genera este gran polo de industrias, los ya existentes, carbón, textiles comienzan a ver mermadas sus condiciones y sus otrora grandes e importantes cifras ya no pueden ser alcanzadas, sobre todo el carbón, que es sustituido por petróleo o por carbones con mejor ley, haciendo que de 15.000 trabajadores se baje a 9.000, con los consiguientes problemas laborales y de descontento en la zona. Luego, en la década de los 90 se realiza una reconversión de labores, la cual no logra los resultados deseados en la zona de Lota. Respecto de los textiles, fueron reemplazados por las telas sintéticas.

En la zona (Región del Bío – Bío) ya no están los dueños de las empresas ni los grandes Gerentes de empresas, ya todos están viviendo y trabajando en Santiago y eso genera un desmedro en el crecimiento de la Región.

Una mirada solo financiera, podemos ver que ya no existen los Bancos con nombres de los nombres de las ciudades que los vieron nacer, como el Banco Concepción, Banco de Cauquenes, Banco Osorno y La Unión, Banco de Llanquihue, Banco de Rere (mucho más lejano), hoy ya entrado en el siglo XX, los bancos son instituciones muy concentradas y en general con nombres de Bancos que se han ido fusionando, actualmente lo que fue el Banco Concepción, hoy día es parte del Banco Itaú.

Siglo XXI

Para este siglo, XXI, vemos una Región que se transforma fuertemente de ser un polo industrial a un polo de servicios, como son el Financiero, de Educación, de Turismo y como industria importante solo queda lo que es la madera, que hoy por hoy absorbe uno de cuatro puestos de trabajo en la zona.

La pesca aún está, pero sin la fuerza que tenía antes y de nuevo, todos los dueños de estas grandes pesqueras, por lo general están en Santiago, dado el fortísimo imán del centralismo.

Nuestro tema como región, ahora, es enfocar estos nuevos temas de trabajo, servicios, a que sean los mejores y de calidad, y se ve en el turismo algo que se deberá abordar con fuerza, inteligencia y con falta de egoísmos.

La región de Ñuble quitó a la región del Bío – Bío varios polos de turismo, como son la ruta del vino (Itata) y los nevados de Chillán, lugares muy emblemáticos como aporte de turismo. Parte del reto para el Bío – Bío es minimizar este efecto y generar otros lugares de atracción turística para la Región, como son en Arauco por ejemplo, una ruta gastronómica, en la provincia del Bío – Bío definitivamente abrir de manera estable el paso fronterizo “Pichachén”, para así generar una mejor llegada de los turistas de Argentina.

En Concepción establecer rutas de paseos, rutas de museos, encuentros culturales como gran ciudad universitaria que es.

Hoy día la representatividad del PIB Regional frente al PIB Nacional no es mucho mejor que lo vino ocurriendo hacia fines del Siglo XX, siendo éste en los últimos cuatro años de alrededor de un 7,5%. La buena noticia, es que solo resta crecer, e intentar llegar a los números que teníamos en la década de los 80, que era de un 10%.

Esta es una región que debe capitalizar sus conocimientos y mano de obra existentes y entender que la estructura ya no es solo industrial, sino que entran estructuras de servicios que deben ser absorbidas por los habitantes de la Región.

Las personas de nuestra región que lean este artículo deben sentir y saber que hay un grado de responsabilidad en este crecimiento, eso significará una mejor vida para nosotros, nuestros hijos y los que vendrán.

Escrito por: Tania Merino