Helmuth Goecke: “Hay necesidades del paciente que la medicina tradicional no puede satisfacer”
El director de la carrera de Medicina en la sede Concepción conversó con nuestro boletín de Noticias Unab sobre la medicina complementaria y las posibilidades que ésta abre en el tratamiento de una patología.
No es poco común que parte de la conversación de pasillo con los académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad, sean improvisadas consultas sobre temas de salud. Precisamente en uno de estos diálogos, esta vez arriba de un avión en el tramo Santiago-Concepción, una funcionaria Unab le contó a Helmuth Goecke, el director de la carrera de Medicina en la sede, que estaba realizando un tratamiento con un medicamento fito terapéutico para enfrentar un período de cambio hormonal, el Ginemaxim. “Eso lo hice yo”, le contestó el doctor a una sorprendida interlocutora.
Más allá del rol de cirujano torácico, que todos conocemos, el profesional tiene una faceta algo menos divulgada en la medicina alternativa. Goecke fue por años director médico del Laboratorio Knop y estuvo a cargo de la Fundación Knop, destinada a la investigación para el desarrollo de productos, lo que lo llevo a viajar por Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Holanda Rusia y Rumania, entre otros destinos.
Fue en ese contexto que dio vida, entre otros, a productos como el Ginemaxim, en base a la Cimifuga racemosa, y el Turmerik, extractado de la Cúrcuma longa, que tiene efecto antiinflamatorio y quimioprotector. Ambos fueron registrados en el Instituto de Salud Pública y cuentan con presencia en el mercado a lo largo de todo el país.
La experiencia de Goecke en este sentido es singular. Al contrario de muchos de sus pares que desestiman lo alternativo, él lo considera una herramienta relevante. “Cuando en la parte profesional médica existe mucho desconocimiento, uno a priori tiende a descalificar, sin un sustento científico, pero al rechazarlo permite que gente que no es profesional y que no tiene mucho conocimiento intervenga desprestigiando el tema”, critica el especialista.
Agrega que “cuando uno como médico tiene muchas herramientas puede usar la que necesita, en cambio, cuando tiene una sola la usa para todo. Esto es un poco como el traje de sastre, a la medida del paciente. Es lo mismo que si uno en un taller tiene diez destornilladores, según el tornillo va a usar el que corresponde”, ejemplifica.
¿Cuál es su opinión de la medicina complementaria?
“Me di cuenta que hay muchas situaciones en que el paciente necesita recursos que con la medicina tradicional no pueden ser satisfechas. Lo que más me interesó es que los medicamentos basados en plantas medicinales tienen un mecanismo de acción basado en lo que la plata utiliza y ha seleccionado durante miles de año en un proceso de adaptación, el mismo que explica por qué estas especies no han desaparecido, porque han desarrollado un mecanismo de defensa que podemos utilizar en el paciente con ese mismo concepto y a veces son tanto o más efectivos y también más inocuos que los tradicionales”.
¿Qué tan inocuos? Estamos en un país con altas tasas de automedicación…
“En general tienen menos riesgos, pero no es absoluto. No por el hecho de ser natural significa que es inocuo. Hay fitomedicamentos que tienen efectos secundarios importantes, todo lo derivado del opio, hasta la morfina, que, aunque ha pasado por un proceso, tiene origen natural y tiene efectos. Se requiere de prescripción de un médico que conozca el producto. Pasa muchas veces que el paciente llega donde el médico y le dice que está tomando unas pildoritas naturales y el doctor no tiene idea, entonces qué le va a decir. La respuesta más común es siga usándolas total mal no le van a hacer, pero de repente sí hay cosas que pueden interferir. Hay plantas como la Ginkgo biloba que tienen efecto sobre la coagulación. Un cirujano debiera saber eso, porque ese paciente debería suspender la ingesta 15 días antes de la operación para no tener efectos de sangramiento, por ejemplo”.sedes
Escrito por: Tania Merino