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Ex alumno y académico UNAB habla de su pasión como DT de la Selección Nacional de Rugby en silla de ruedas

Hace tres años que Pablo Benavides egresó de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello. Hoy se destaca como un reconocido kinesiólogo en trabajo con niños con necesidades especiales y como líder de un equipo deportivo de alto rendimiento. Esta es su historia.

Dicen que es un todo terreno. A sus 26 años, Pablo Benavides ha sabido compatibilizar su vida personal, el alto rendimiento, la educación, la kinesiología y el deporte.

Tras egresar de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello en el 2014 y rendir su examen de título en el Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda (INRPAC), enfocó su carrera a mejorar la calidad de vida de niños y jóvenes en situación de discapacidad.

Fue en este camino cuando se involucró en el mundo del deporte, lo que lo llevó a ser Head Coach de la Selección Nacional de Rugby en silla de ruedas.

-¿Cómo llegaste al Rugby en silla de ruedas y cuál es tu rol en esta área?
-Jugué rugby casi toda mi vida, desde los 6 a los 20 años. Ahí tuve una lesión que me “jubiló” y tuve que dejar de practicar rugby. Claramente quedé con mucho tiempo libre, siempre estuve acostumbrado a hacer muchas cosas. Estuve participando dentro de otras disciplinas como Handball en silla de ruedas, boccias y otros proyectos que coordinaba el profesor Alan Martínez (académico de la Escuela de Kinesiología UNAB) en el INRPAC. Entre estas disciplinas que fueron apareciendo, Alan me comentó que llegaría el Rugby en silla de ruedas y si quería participar. De inmediato dije que sí.

-¿Imaginaste que este proyecto tomaría tanto revuelo?
-Claramente nunca pensé que el proyecto sería tan grande y menos que llegaría donde estamos ahora. Partí como ayudante en el Proyecto “Maximus” impulsado por la Fundación Arcángeles de Colombia y la USAID de los Estados Unidos y, al poco tiempo, asumí el rol de Entrenador, en ese entonces era un “circo pobre” y las pocas personas involucradas hacíamos el rol de mecánicos, kinesiólogos, paramédicos, etc. Actualmente, soy el Head Coach de la selección nacional de Rugby en Silla de Ruedas y, en conjunto con el Staff y la Federación, estamos encargados de llevar a cabo los procesos de selección y el desarrollo de este deporte en Chile.

-¿Qué significa para ti haber estudiado en la UNAB, ser ahora profesor y desarrollarte en el área de la discapacidad e inclusión?
-Realmente me enorgullece muchísimo, siempre es rico volver a casa (la que fue por aproximadamente 5 años). Hoy como profesor, es sumamente significativo, ver a futuros colegas que no me cabe duda que tendrán mucho que entregar en un futuro y transmitir las ganas de aportar cosas nuevas al mundo, es muy enriquecedor.

-¿Cuáles han sido las competencias más destacadas que han tenido como equipo?
-Hemos estado en tres competencias significativas, pese a que todas nos han marcado. Sin embargo, en septiembre de 2014 en Brasil participamos del Torneo Sudamericano “Big Maximus”, donde obtuvimos el cuarto lugar de Latinoamérica, lo que nos permitió clasificar a los Juegos Parapanamericanos de Toronto, Canadá 2015, convirtiéndonos en la primera disciplina colectiva paralímpica de Chile en clasificar a un mega evento “en cancha”. Por mi parte, fui el entrenador más joven de los juegos y fuimos el deporte de Chile que llevó más deportistas aquel año. Recientemente, en septiembre, participamos de los juegos Panamericanos en Paraguay donde alcanzamos el sexto lugar, tuvimos una destacada participación.

-¿Cuál es el nivel de Chile en relación a otros países en este deporte?
-En América estamos en sexto lugar, por sobre Uruguay, Paraguay, Perú y Ecuador, quienes partieron al mismo tiempo que nosotros. Sobre nosotros está Argentina, Colombia y Brasil con aproximadamente cinco años más de trayectoria, Canadá (desde 1977) y EE.UU. (desde 1981). Esperamos dentro de poco alcanzar a Argentina, quien está inmediatamente sobre nosotros en ranking.

-A tu juicio, ¿por qué en Chile cuesta aún el tema de la inclusión? ¿Qué falta?
-Pregunta sumamente amplia, partiendo por las políticas públicas para que regularicen mejor los problemas de accesibilidad. Hace poco tiempo, solo un 2% de los establecimientos deportivos en Chile cumplía con requerimientos mínimos de accesibilidad, hoy la cifra debe ser un poco mayor. Sin embargo, no se ve reflejado en nuestra realidad. Las calles son poco amigables, movilizarse con lluvia para un peatón que deambula con sus dos piernas ya es hostil, en una silla de ruedas es casi una misión imposible. Otra cosa es el acceso a indumentaria deportiva, unos zapatos de fútbol cuestan $80.000-$120.000 a lo sumo, en cambio una silla de ruedas bordea $4.000.000; sumado a lo anterior, se hace difícil y complejo para una persona en situación de discapacidad encontrar empleo bien remunerado.

-¿Cuáles son los objetivos que tienes como profesional a corto y mediano plazo?
-El deporte paralímpico es sólo una de mis aristas, espero a corto plazo seguir desarrollando y formando más gente en el tema. Me encantaría comenzar una carrera de investigación, actualmente estoy cursando un Magister y espero continuar estudiando. Pretendo continuar desarrollándome a nivel de docencia universitaria y ejerciendo como kinesiólogo con mis pacientitos particulares (niños con Síndrome de Down y con problemas neurológicos), ya que me encanta mi profesión y no podría no ejercerla.

-¿Qué mensaje le puedes entregar a los futuros kinesiólogos?
-Lo importante es innovar, atreverse a buscar y hacer cosas que nadie ha hecho, no es que el campo laboral esté lleno y colapsado, es que seguimos esperando a que las cosas aparezcan por arte de magia. Debemos ser personas que cambien al mundo y felices de hacer lo que más queremos. Cuando se hacen las cosas felices, se hacen bien y en excelencia. En mi caso, he podido compatibilizar el alto rendimiento, la educación, la kinesiología y el deporte que amo desde los seis años de edad.

Escrito por: Prensa-UNAB