Escritor argentino reflexionó sobre el estigma en jornada UNAB
El dramaturgo, escritor y actor Alan Robinson, a los 16 años permaneció por seis meses en aislamiento psiquiátrico y ha debido enfrentar el estigma de la “locura” .
El dramaturgo, escritor y actor Alan Robinson, a los 16 años permaneció por seis meses en aislamiento psiquiátrico y ha debido enfrentar el estigma de la “locura” .
Para Alan Robinson, el escritor y director teatral argentino, el estigma significó una marca en su vida, pero también una oportunidad. Diagnosticado tempranamente con esquizofrenia, a los 16 años debió permanecer por seis meses internado en una clínica psiquiátrica, en la que conoció de cerca la celda de contención, un cuarto muy pequeño sin ventanas y sólo con un colchón en el suelo. “Para mí eso no fue un tratamiento, fue una locura”, recuerda de pie frente a un auditorio repleto en el marco de la VII Jornada Atiestigma “Des-cubriendo el estigma en la vida cotidiana”, realizadas el martes 16 en la sede Concepción de la Universidad Andrés Bello.
Desde su adolescencia el artista enfrentó el prejuicio y la discriminación por causa de su enfermedad, pero también halló en ella una herramienta de trabajo. “El este estigma en mi vida significó la posibilidad de tener un elemento de trabajo muy potente”, afirma. De hecho, toda su obra la ha dedicado a la locura, abordando en sus piezas teatrales no sólo la experiencia propia, sino también la de otros artistas trasandinos como Jacobo Fijman y Jorge Bonino, ambos diagnosticados psiquiátricamente. “¿Cómo va a haber vanguardia en un país donde nadie quiere estar fuera de la sociedad?”, interrogaba Bonino, quien terminó suicidándose en un hospital psiquiátrico.
Las experiencias de estos artistas retratan la rudeza de enfrentar la marginación. “Es más fuerte estigmatizar a alguien que excluirlo y discriminarlo, la estigmatización se hace crónica. Por eso cuando yo viví esta situación me encontré con un elemento de trabajo en el arte muy potente… En mis procesos creativos está presente el delirio y la alucinación”.
“Las personas con diagnóstico psiquiátrico son estigmatizadas y su vida está en riesgo. Entonces una forma de revertir ese proceso, ese riesgo… es garantizar derechos, al trabajo, a la vivienda…”.
Para Robinson, al arte significó una forma de supervivencia en un contexto en que “los locos son los más marginados de los marginados” y donde las carencias económicas muchas veces no están relacionadas a un tema sanitario, sino a uno de falta de oportunidades laborales”.
En lo social el estigma es un tema urgente, Santiago Maldonado en Argentina desaparece porque su causa está estigmatizada, José Vergara en Chile desaparece porque su causa está estigmatizada, muere en la calle sin hogar. Los procesos de estigmatización son muy violentos, muy agresivos, muy cronificantes y es muy difícil de revertirlos. Me alegro que existan en Chile jornadas antiestigma”.
Pamela Grandón, psicóloga y académica de la Universidad de Concepción, si bien reconoce que hoy se está hablando sobre exclusión y estigmatización, asegura que “estamos lejos todavía de empezar a erradicarlo o disminuirlo».
Agrega que es precisamente en la falta de trabajo a la que aludía Robinson, donde este fenómeno se manifiesta más violentamente. Para encontrar trabajo tienes que ocultar el diagnóstico y eso se vive con ansiedad porque ocultas una parte de ti, entonces en nuestra sociedad tener un diagnóstico psiquiátrico es como tener una mácula que es vergonzosa y que tienes que ocultar. Desde mi perspectiva, donde más se nota es en el trabajo, pero también en las relaciones sociales, en la posibilidad que tienen las personas de interactuar con otros”.
Cristian Valderrama, director de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello explica que el plantel ha venido por cuatro años trabajando el tema y que estas jornadas en particular tuvieron como fin relevar dos aspectos: “reconocer la voz de quienes han sufrido por experiencia propia la estigmatización y cómo también la han sufrido y superado y, por otro lado alcanzar a los jóvenes que se están formando, porque el estigma no forma parte habitualmente de los planes de estudio y sin duda es un aporte para la formación profesional”.
Escrito por: Tania Merino