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El desafío del inicio del año escolar tras el terremoto

El primer día del año escolar 2010 no será igual a los anteriores. Miles de estudiantes perdieron a seres queridos o sufrieron la destrucción de sus casas, situación que no deja indiferente al resto de sus compañeros. Darles la certeza de que el colegio es un lugar seguro y que poco a poco volveremos a la […]

El primer día del año escolar 2010 no será igual a los anteriores. Miles de estudiantes perdieron a seres queridos o sufrieron la destrucción de sus casas, situación que no deja indiferente al resto de sus compañeros. Darles la certeza de que el colegio es un lugar seguro y que poco a poco volveremos a la normalidad son mensajes que les permiten comenzar un nuevo año escolar en calma.

El terremoto trastornó el comienzo del año escolar, modificando la fecha inicial y cambiando los recuerdos del descanso por fuertes experiencias, muy distintas a jugar en la playa, por ejemplo. Pese a que no todos los niños fueron afectados de igual manera, aquel que no sufrió la pérdida de un familiar o la destrucción de su casa, al entrar al colegio se enterará del drama de sus amigos o profesores.

A su vez los padres están temerosos. Las constantes réplicas y estar lejos de sus hijos luego, no es una tarea fácil. ¿Cómo lograr un normal retorno a clases? Para la psicóloga, Paz Valenzuela, Directora del Centro de Atención Psicológica de la Universidad Andrés Bello, el mejor modo de ayudar a los niños es entregándoles seguridad. Ésta debe ser transmitida por los padres con un discurso claro: «el colegio es un lugar seguro, que tienen un plan de emergencia para enfrentar situaciones como ésta y que existen adultos que se harán cargo de ellos”, sostiene Paz Valenzuela.

Para no aumentar la sensación de alarma es recomendable alejar a los niños de los medios de comunicación. Por la gravedad de la tragedia, dice la experta, la exposición a testimonios e imágenes del terremoto sólo logran elevar la angustia, lo que no les permite procesar la experiencia traumática.

Hablando con el terremoto

Un modo de disminuir el temor de los niños es conversar con ellos sus experiencias en relación al terremoto. “Se debe dar cabida a los contenidos de los niños, lo cual es complejo en momentos en que hay muchos adultos desbordados, quienes empiezan a hablar a cada rato del tema y no toman conciencia de que están los menores cerca”, dice la sicóloga.

En estos momentos es tanta la urgencia por la satisfacción de las necesidades básicas que no se dimensiona lo que les puede ocurrir a nivel emocional a los niños. Por lo mismo los profesores deben considerar un espacio para hablar de las experiencias post terremoto con los niños. Al compartir y exponer sus vivencias pueden simbolizar y elaborar su dolor.

“Los niños han perdido lugares y espacio para el juego, no los dejan salir por temor a las réplicas, han sentido muy fuerte el golpe, por lo que es importante hablar con ellos desde qué es un terremoto y las réplicas, hasta explicarles que Chile ha pasado por estas situaciones muchas veces y que lo ha superado y que en la medida que ellos puedan, siempre los van a proteger”, dice Valenzuela.

Para los padres, además, el separarse de sus hijos puede ser la oportunidad para preocuparse e iniciar el proceso de reconstrucción. Con el inicio del año escolar los adultos podrán, de cierta manera, volver a un ritmo de vida más normal.

Si las medidas de seguridad están dadas lo más importante es retomar los ritmos habituales. Retomar el juego, que vuelvan a su pieza, entrar al colegio, son formas de normalizar la vida. Junto con eso, se debe estar atento a situaciones como crisis de angustia, pérdida de apetito y consultar, “no se debe ni exagerar los efectos emocionales del terremoto en los niños, ya que se sabe que después de un evento como éste los efectos se pueden dar hasta tres meses después del evento”, sostiene Valenzuela.

Paulina Sepúlveda

Paulinasepulveda@unab.cl

Escrito por: Prensa-UNAB