DIARIO UNAB│Rector UNAB: “Nuestros sellos no sólo nos deben enorgullecer, sino que nos respaldan ante cualquier escenario futuro”

rel=»attachment wp-att-188032″>Durante el verano, el Rector de la UNAB, José Rodríguez, junto a los demás rectores de las universidades chilenas, fue invitado a un encuentro con la ministra de Educación, Adriana Delpiano, quien les presentó un borrador del trabajo prelegislativo en base al cual se diseñará el proyecto de Ley de Reforma a la Educación Superior.

“Considero que más allá del tiempo (que tome diseñar la Reforma), lo importante es lograr un buen proyecto de Reforma donde se busque y valore las opiniones de los diversos actores de la sociedad”, expresó. Aquí, el Dr. Rodríguez analiza el escenario actual y la posición de la UNAB al respecto. 

—¿Cuál es su visión del actual proyecto de Reforma Educacional del gobierno?

—Me parece que establecer una postura frente a la Reforma Educacional es complejo ya que aún no conocemos el futuro proyecto. Hasta el momento sólo se han presentado borradores, sería irresponsable dar una postura. En enero, lo que vimos era un atisbo de lo que sería el proyecto. Hoy está finalizando marzo y aún las autoridades no contactan a las universidades para presentar la Reforma al Sistema de Educación Superior.

—¿Cómo ve a la UNAB dentro de la discusión pública en torno al proyecto de Reforma a la Educación Superior?

—La UNAB juega un rol importante en la sociedad y como parte del sistema de Educación Superior chileno. En 27 años hemos construido un proyecto con 68 carreras de pregrado, 45 magísteres y 9 doctorados. Está acreditada en Chile y en Estados Unidos. Somos una universidad privada compleja, no todas pueden decir esto. Además nuestro compromiso con la calidad es intransable, los hechos nos avalan, y es un eje central de nuestro plan de desarrollo institucional.

Estamos dentro de las universidades más reconocidas de Chile, que respeta fielmente su misión y su orientación a la excelencia académica, al desarrollo de investigación avanzada y a la permanente innovación de sus procesos educativos.

Nuestros sellos no sólo nos deben enorgullecer como comunidad, sino que nos respaldan ante cualquier escenario futuro. Aquí quisiera transmitirles que, como comunidad universitaria, debemos estar más cohesionados que nunca en defender aquellos ejes institucionales que nos destacan y diferencian en el contexto universitario del país.

—Entonces, ¿cuáles cree que serán los aspectos clave que la universidad debe velar ante la Reforma?

—Considero importante, en primera instancia, conocer la iniciativa y estudiarla a fondo cuando sea presentada. Pero si el proyecto legislativo llegara a afectar la calidad, la autonomía y la sustentabilidad que nuestra universidad ha alcanzado, toda la comunidad universitaria puede contar con la seguridad de que lo que hemos sembrado estos años ha dado los frutos necesarios para confiar en el desarrollo futuro de nuestro proyecto educativo, tal como lo hemos establecido a través de nuestra misión y visión.

Hoy nuestra casa de estudios tiene como norte entregar una educación de excelencia y ser un aporte para el país, por lo que estos debiesen ser los principios que primen ante cualquier postura futura que como plantel debamos tener.

Hasta ahora, el anuncio del gobierno es que en abril presentará la Reforma y en ella se incluirá todo lo relativo a aseguramiento de la calidad, regulación (creación de una Subsecretaria y Superintendencia de Educación Superior) y financiamiento. De ser así, es muy probable que la Educación Superior nuevamente sea una de las protagonistas en la discusión pública durante este año.

—¿Cómo ve el aporte de las instituciones privadas a la Educación Superior?

—Toda mi formación universitaria, mi carrera profesional, académica y de investigación la he desarrollado en instituciones privadas: primero en la Universidad Técnica Federico Santa María, que es una universidad privada tradicional, y ahora en la Universidad Andrés Bello.

Creo que como país no podemos obviar que el sistema mixto ha sido exitoso, ya sea porque ha permitido alcanzar niveles de cobertura nunca antes vistos en Chile, como también por su contribución a enriquecer la Educación Superior, entregándole diversidad, calidad y aportando con la generación de nuevo concomiendo al más alto nivel.

Omitir lo anterior en el marco de esta Reforma sería envolver al país en una discusión sesgada y ajena a las reales necesidades de los jóvenes, desviándose de lo más importante: definir qué educación universitaria queremos y cómo ésta responde a lo que se requiere frente a un mundo global y una sociedad diversa, exigente y cada vez más compleja.

Por eso es necesario que los cambios de paradigma que el gobierno plantea sean discutidos abierta y detalladamente, ya que no podemos olvidar que con esta Reforma estamos hablando del futuro de miles de familias y, en definitiva, del desarrollo del país.

 DIARIO UNAB N°24
Marzo/Abril 2016