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Consejos para celebrar este “18” sin problemas con el alcohol

Este Bicentenario muchos compatriotas darán rienda suelta a las celebraciones y beberán en exceso diversos tipos de bebidas alcohólicas, lo que puede provocar más de un problema. La doctora Ximena Freitte, experta en urgencias y académica de la Universidad Andrés Bello, explica las consecuencias y los cuidados de abusar de los tragos. Para que una […]

Este Bicentenario muchos compatriotas darán rienda suelta a las celebraciones y beberán en exceso diversos tipos de bebidas alcohólicas, lo que puede provocar más de un problema. La doctora Ximena Freitte, experta en urgencias y académica de la Universidad Andrés Bello, explica las consecuencias y los cuidados de abusar de los tragos.

Para que una persona sufra de intoxicación alcohólica tienen que conjugarse múltiples factores: si es mujer o hombre, la edad, enfermedades que afecten el hígado o el riñón, si ingirió alimentos, si tomó medicamentos antiepilépticos por ejemplo, si lo consume con otras drogas o cuánto tiempo demora en tomar ese trago, entre otros.

Pero los efectos no deseables del alcohol se pueden apreciar desde los 50 a 100 mg/dl a nivel sanguíneo, vale decir, 800 cc de cerveza, medio litro de vino o 100cc de tragos como el pisco, ron o whisky, explica la doctora Ximena Freitte, académica de la Universidad Andrés Bello. Por lo tanto, la consigna para esta celebración Bicentenario es la “moderación”.

A pesar de que con niveles menores de alcohol en la sangre (una copa de vino), una persona ya manifiesta euforia, conductas osadas, desinhibición y lentitud en las reacciones, esto es considerado de igual manera intoxicación, asegura la experta. “Para el común de la gente la intoxicación ocurre con niveles de alcoholemia de 1 gr/dl (un litro de alcohol fuerte) y esto origina dificultades en la marcha, deterioro de las funciones cognitivas. A medida que va aumentando aparece la disartria, que es la dificultad para hablar, dificultad en la marcha y en la coordinación de los movimientos”, explica.

Euforia e irritabilidad

A esto se suma otros síntomas clásicos como la visión doble, vómitos, sensación de fatiga y enfriamiento. Cuando una persona abusa en el consumo de alcohol ocurren cambios a nivel interno del organismo. Según la doctora Freitte, el más dañado es el sistema nervioso central, ya que por la acción depresora se alteran todas las sensaciones auditivas, visuales y sensibilidad al dolor. “El estado emocional es inestable pasando de la euforia y la excitación a un nivel de mayor irritabilidad, menor tolerancia y desubicación social”, asegura.

Los individuos que no toman con moderación habitualmente, complementa la académica, ingieren muy poco alimento, lo que les genera una hipoglicemia (baja de azúcar en la sangre) aumentando la depresión del sistema nervioso central. Esto estimula la secreción ácida lo que irrita la mucosa gástrica pudiendo ocurrir una hemorragia digestiva por gastritis erosiva.

Ante estas evidencias, para estas celebraciones tenga en cuenta que si alguno de sus compañeros de fiesta presenta signos de franca «borrachera», es mejor llevarlo a un centro asistencial, ya que como advierte la doctora Ximena Freitte “si el individuo continúa tomando y aún le queda alcohol en el estómago, este seguirá absorbiéndose y por lo tanto seguirá subiendo el nivel de alcohol en la sangre peligrosos incluso con riesgo de llegar al coma”.

En el caso que sea solo niveles tolerables de borrachera, es mejor acostar al individuo de lado para evitar que se ahogue con sus propios vómitos, hay que despertarlo cada cierto tiempo para asegurarse que no entre en estado de coma. Y en el caso que el individuo recién este manifestando algún síntoma o signo de embriaguez, un buen consejo es parar de tomar, beber agua e ingerir alimentos para retardar la absorción del alcohol.

Otro aspecto que la doctora Freitte destaca es impedir, que durante estas celebraciones, los niños tomen algún tipo de alcohol. En cuanto a los jóvenes, la experta recomienda a los padres educarlos para que consuman alcohol lo más tardíamente posible. “Los adultos deben ser responsables y dar el ejemplo, idealmente sus hijos no deben verlo nunca bajo los efectos del alcohol, para no pensar que es normal o que es necesario estar embriagado para pasarlo bien”, opina la experta.

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Pamela Pérez G.

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Escrito por: Prensa-UNAB