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CONOCE A TU PROFE | Líder de oftalmología en Tecnología Médica revela su máximo orgullo y su sueño

Katherina Pavani tiene a la UNAB como su “alma mater”. En esta institución se formó como profesional y descubrió su pasión por la docencia. Esta es la historia de la coordinadora de la mención Oftalmología y Optometría de la Escuela de Tecnología Médica de la U. Andrés Bello.

“Soy motivadora y muy paciente”, se define Katherina Pavani Aravena. La tecnólogo médico llegó a la U. Andrés Bello como estudiante para egresar en el 2011 y, desde entonces, hacer una carrera en la docencia.

A sus 33 años, la coordinadora de la mención Oftalmología y Optometría de la Escuela de Tecnología Médica de la U. Andrés Bello confiesa lo feliz que se siente en la UNAB, sus logros, su pasión por esta profesión, sus gustos, sueños y desafíos como académica. Esta es su historia.

¿Por qué estudió Tecnología Médica?
En segundo medio, en mi liceo, Carmela Carvajal de Prat, escogimos electivos y yo decidí ser bióloga matemática. En ese momento, apareció la carrera ante mis ojos, al mismo tiempo una tía empezó a tener problemas visuales por glaucoma. Ahí descubrí que los Tecnólogos Médicos realizaban los exámenes para esta enfermedad. Entonces, una vez que salí de cuarto medio, postulé a esta hermosa carrera, siempre queriendo entrar a Oftalmología.

¿Qué significa para usted ser Coordinadora Oftalmología de la Escuela de Tecnología Médica?
Tiene un gran significado, primero esta Universidad es mi “Alma Mater”. Esta Escuela significa mucho en mi formación, tuve grandes profesores a quienes admiro hasta el día de hoy, respeto lo que significó mi formación de pregrado aquí. Me siento orgullosa de liderar un equipo de docentes, colegas Tecnólogos Médicos de Oftalmología, tan humano y de excelencia profesional, somos un gran equipo y me siento muy respaldada por ellos. Deseamos lo mejor para nuestros estudiantes. Además, doy lo mejor de mí, todos los días, me planteó desafíos constantemente, trato de motivarlos en lo que me apasiona, deseo que ellos sean grandes profesionales y, sobre todo, que no se olviden que son personas examinando personas, que se sientan orgullosos de su formación tanto clínica como valórica.

«Hoy lo que más me apasiona de mi trabajo es enseñar, ver cómo cambian de expresión los ojos de mis estudiantes cuando entienden el porqué de algo, o aprenden a realizar algún examen».

¿Cómo nació su gusto por la docencia?
La verdad es que nunca me planteé ser docente, sino que una vez dado mi examen de título, la directora de la Escuela de aquel entonces, la Sra. Cecilia Poblete, me invitó a ser parte del cuerpo docente debido a mi desempeño durante los años de estudiante. Lo tomé como un desafío y fue difícil, tuve que hacer clases prácticas a ex compañeros, tuve que estudiar mucho y ser muy constante, ahí me encanté de lo que significa enseñar y decidí estudiar un Magíster en Educación Superior, sabía que para enseñar necesitaba herramientas. Hoy lo que más me apasiona de mi trabajo es enseñar, ver cómo cambian de expresión los ojos de mis estudiantes cuando entienden el porqué de algo, o aprenden a realizar algún examen.

¿Cómo es su relación con los estudiantes?
Creo que es una relación cercana, los conozco a todos por su nombre, se dónde están, que ramos están cursando, como les está yendo y, además, saben que pueden acercarse a mi ante cualquier duda académica o personal. Deseo ser para ellos un acompañamiento durante su proceso de formación, lo demás ya queda sujeto a lo que piense cada uno de ellos en su experiencia universitaria.

¿Cuáles han sido sus máximos logros en lo profesional?
Todos los pasos que he dado han sido logros, desde mis estudios de postítulo, los lugares donde he trabajado, ganarme el reconocimiento de mis colegas, tener una consulta, y así te podría nombrar muchas cosas. Pero sin duda lo que más me enorgullece es ver como las personas que he formado hoy se están desempeñando en el mundo laboral con mucho éxito.

¿Cuáles son sus planes en lo profesional?
Dedicarme a la rehabilitación de personas con baja visión y, sin duda, seguir siempre ligada a la docencia.

¿Alguna anécdota que recuerde como profesor?
¡Anécdotas, muchas sin duda! Creo que la que más recuerdo es estar evaluando a mis estudiantes campo visual (examen que se realiza con luz apagada) y llego una colega a ofrecerme un dulce, la miré con sospecha, pero como ya me faltaba energía, lo acepté. ¡Al salir de la evaluación descubrí que entre los estudiantes y las profesoras habían decidido hacerme una broma, y el dulce pintaba la boca! Salí de la sala a llamar a unos estudiantes y todos se reían. Ahí entendí que había caído en su trampa (risas). Después, tuve que interrogar seriamente a todos y lo hice con mi boca azul! nunca pude planificar mi venganza (risas).

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Mucho tiempo libre no tengo, ya que siempre trato de estar en algo, haciendo algún taller o estudiando otra cosa. Pero si me pidieras escoger, yo todo mi tiempo libre lo pasaría viajando. Amo viajar, conocer nuevos lugares y no me importa si es sola o acompañada, porque siempre hago amigos nuevos donde voy.

¿Alguna película o libro que le guste?
Amo los libros Gabriel García Márquez, entre mis favoritos “Del amor y otros demonios”, como también uno de los últimos que leí por recomendación de una alumna: “Un monstruo viene a verme”, muy recomendable, de lectura rápida. ¡Y películas, casi todas, series también!

¿Qué le gusta comer?
La comida italiana, ¡mi favorita!

¿Qué cosas le molestan y cuáles le alegran?
Me alegra ver a la gente cumplir sueños, a pasar tiempo con la gente que quiero, una buena conversación. Me molesta sin duda el machismo.

¿Algún sueño no cumplido aún?
Ya he cumplido varios y quedan muchos por cumplir. Pero mi sueño más grande es formar una ONG en Chile, para entregar apoyo a personas que padecen discapacidad visual o baja visión.

Escrito por: Sonia Tamayo