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CONOCE A TU PROFE | La terapeuta ocupacional y bailarina de danzas africanas que sueña con una sociedad más justa

A sus casi 40 años, Marcela Herrera Sandoval es académica de la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello, disfruta de la vida en familia, de la danza y busca contribuir a una sociedad más justa que respete la diversidad y donde existan espacios de participación para todas y todos.

Trabajó durante muchos años con personas con problemáticas de salud mental de personas que llevaban una larga data de vulneración de derechos y exclusión social. Hoy, casi a sus 40 años, Marcela Herrera Sandoval es académica de la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello, tiene a cargo de la autoevaluación de carrera 2018/19 y está preparando un documental investigativo sobre “sobreviviente de la psiquiatría”.

Esta es la vida de una santiaguina que disfruta de la docencia, de vivir en pareja, de ser madre de un niño de 11 años, de sus clases de Danzas Africanas, pero que constantemente busca contribuir al desarrollo de una sociedad más justa, que respete la diversidad y donde existan espacios de participación para todas y todos.

 ¿Por qué estudiaste Terapia Ocupacional?

Decidí estudiar Terapia Ocupacional en la Universidad de Chile hace 22 años atrás, porque me gustó la malla curricular, tenía asignaturas de ciencias, humanistas y de arte. Me encantó el énfasis en la relación terapéutica y tener la posibilidad de trabajar en algo que pudiese aportar en la inclusión social.

¿Cómo y cuándo llegaste a la UNAB?

Realicé el magíster de Terapia Ocupacional en UNAB desde el año 2010 y fue un potente espacio de desarrollo del conocimiento a través de la problematización de nuestra disciplina y de profundas reflexiones que me permitieron cuestionar mis propias prácticas. Durante ese tiempo, observaba con gran respeto y admiración el Perfil de Egreso de la Escuela de TO UNAB, basado en una perspectiva social y de derechos humanos; por lo tanto, me alegré muchísimo cuando me invitaron a trabajar en la Escuela. Varios años trabajé como docente adjunta hasta que existió la posibilidad de participar en el concurso para un cargo docente, hace ya un año y medio.

«Intento transmitir mi experiencia y aprender de las nuevas generaciones, me encanta que se motiven y realicen trabajos hermosos y tan creativos. Nos reímos harto en clases, siempre en un clima de respeto y confianza».

¿Cómo nació tu gusto por la docencia?

Creo que desde el colegio me gustaba explicar la materia a mis compañeros, recuerdo que contaba con entusiasmo el libro que había que leer (a veces con mis sui generis interpretaciones), unos minutos antes de la prueba, a un grupo de compañeros que no se lo habían leído.  Sin embargo, durante mis estudios de carrera nunca se me pasó por la mente que me dedicaría a la docencia. Hasta que hace 11 años, mi colega y gran amigo, Rodrigo Gutiérrez, me invitó a postular a un cargo de docencia en la Universidad Autónoma. Entonces, descubrí la docencia, me formé y me enamoré de las múltiples posibilidades, del trabajo con jóvenes que comparten el cariño por Terapia Ocupacional y en cómo podemos transformar micromundos a través de la enseñanza y contribuir al desarrollo de una sociedad más justa, que respete la diversidad y donde existan espacios de participación para todas y todos. Hoy, Rodrigo ya no está, pues falleció el año pasado y la pena por la pérdida de este amigo tan querido, poco a poco se está transformando en una profunda gratitud por el bello regalo que me dejó, el amor por la docencia.

¿Cómo es tu relación con los estudiantes?

¡¡Las y los estudiantes me encantan!! Disfruto mucho hacer clases y trabajar con estudiantes; creo en la educación democrática y en nuestro rol como formadores más allá de lo técnico, en cómo es posible transformar modos de comprender el mundo y las nociones de sujetos, pues la enseñanza en el aula debe reflejar nuestro compromiso ético-político con los sujetos con quienes trabajamos como Terapeutas Ocupacionales. Intento transmitir mi experiencia y aprender de las nuevas generaciones, me encanta que se motiven y realicen trabajos hermosos y tan creativos. Nos reímos harto en clases, siempre en un clima de respeto y confianza.

¿Por qué decidiste vincularte con la investigación?

A partir del magíster, comprendí lo importante que es para una disciplina la producción de conocimiento y más aún cómo este conocimiento puede abrir nuevas ventanas hacia la problematización de situaciones humanas y generar intervenciones situadas. El para qué investigamos puede constituirse en una forma de aportar al desarrollo de comunidad y escribirlo permite que exista para otros colegas, estudiantes y comunidades.

«Trabajé durante muchos años con personas con problemáticas de salud mental; vivir y contribuir a procesos de desinstitucionalización en el Hospital El Peral de personas que llevaban una larga data de vulneración de derechos y exclusión social (por ejemplo 25 años viviendo en el hospital) y podían acceder a vivir en hogares protegidos en la comunidad ha sido una de las experiencias más emocionantes que he vivido como Terapeuta Ocupacional».

 

Sé que estás preparando un documental investigativo sobre “sobreviviente de la psiquiatría”. ¿Qué me puedes decir de ello?

Es un maravilloso proyecto, pues estamos en una construcción colectiva entre 11 alumnas de cuarto año, el docente experto por experiencia, Marcelo Sanhueza y yo como docente de la escuela de Terapia Ocupacional. Estamos iniciando el proceso, con el objetivo de trabajar en formas menos tradicionales de realizar investigación, como lo es un documental. Esperamos visibilizar historias de sobrevivientes de la psiquiatrización, entrevistar a distintos actores nacionales de la Salud Mental desde una perspectiva biográfica del docente Marcelo, quien es el gestor de la idea y quien nos aporta desde el conocimiento de la experiencia en primera persona y desde su formación en artes y sociología. Estamos comenzando el proceso para que se transforme en una creación colectiva. No quiero adelantar mucho más, hasta que lo terminemos.

¿Cuáles han sido tus máximos logros en lo profesional?

Trabajé durante muchos años con personas con problemáticas de salud mental; vivir y contribuir a procesos de desinstitucionalización en el Hospital El Peral de personas que llevaban una larga data de vulneración de derechos y exclusión social (por ejemplo 25 años viviendo en el hospital) y podían acceder a vivir en hogares protegidos en la comunidad ha sido una de las experiencias más emocionantes que he vivido como Terapeuta Ocupacional. Y como docente, cada año es una satisfacción y un logro compartido que se titulen nuevos colegas. También, el año pasado tuve la posibilidad de exponer en el Congreso Mundial de Terapeutas Ocupacionales en Sudáfrica, fue una tremenda experiencia estar allá, conocer más sobre la Terapia Ocupacional en África y la historia del Apartheid.

¿Cómo llegaste al mundo de la danza afro?

Hace 16 años que bailo danzas orientales y durante los últimos años participo en un grupo de la academia de danzas orientales de Paola Jara, donde he conocido danzas de distintas culturas, es un espacio bellísimo de conexión con lo femenino y contacto con mi propio cuerpo a través del baile, me siento parte de una tribu de mujeres que comparten su amor por la danza. Sin embargo, el año pasado decidí darme vacaciones del oriental y probar otros bailes y tal vez, debido a mi pasada por Sudáfrica, escogí entrar a clases de Danzas Africanas de Guinea y…¡¡¡ guau!!! Nunca había realizado un baile con tanto despliegue de energía y alegría, es muy pero muy intenso físicamente, pero cautivador. Creo que entro en un trance y me conecto con mis ancestros africanos al practicar este baile, entre tambores en vivo y un Maestro de Guinea que enseña maravilloso.  Así que este año decidí participar en ambos, afro y oriental.

¿Qué más te gusta hacer en tu tiempo libre?

Me encanta pasar tiempo con mi familia, disfrutamos ir al cine, escuchar música, ver series de Netflix y, desde el año pasado de manera sistemática, estamos realizando senderismo en el Cerro San Cristóbal y en los alrededores de Santiago. También, me gusta mucho leer y aprender idiomas.

¿Qué te pone contenta y qué cosas te enojan?

Disfruto conversar con mi hijo y que me cuente lo que ha hecho en el colegio, porque a veces es muy reservado, eso me pone muy contenta. También, estar y caminar en la naturaleza, claramente bailar y me pone feliz cuando los estudiantes me hacen preguntas y la clase se vuelve dinámica y de mucha interacción. Y en términos más globales me produce tanta alegría cuando se lucha por causas justas, por ejemplo, la última marcha feminista fue gloriosa, jamás había visto a tantas personas en una manifestación. Me enoja mucho que no se respete la libertad de pensamiento y la diversidad, que exista tanta injusticia e inequidad social en nuestro país.

En una frase, ¿cómo te definirías?

Soy una persona alegre, sencilla, amante de la paz, de la vida y luchadora por el respeto a la diversidad.

Escrito por: Sonia Tamayo