CONOCE A TU PROFE | La enfermera que busca transmitir la humanización de la atención

Tamara Pavlov Sepúlveda pasa por un gran momento: En lo personal, está a punto de casarse, mientras que en lo laboral, sigue los genes familiares en la docencia y busca consolidarse en la investigación.

Esta santiaguina de 36 años, llegó en mayo de 2017 a la retribuyendo de alguna manera a la sociedad, y una de las cosas que me interesaba era la docencia e investigación, entonces envíe mi currículo a Enfermería de la UNAB, hasta que me llamaron y me invitaron a ser parte de este cuerpo académico”, abre el diálogo la enfermera.

¿Por qué estudió Enfermería?
Antes de pensar en Enfermería, la carrera que quería estudiar en primer lugar era psicología. Principalmente buscaba una carrera en la que pudiera ayudar a las personas. Como estaba en bachillerato asistí a distintas charlas de carreras, en eso descubrí la Enfermería y cuando estaba a punto de ingresar a psicología, me decidí finalmente por esta carrera, ya que sentí que podría ayudar desde una mirada más integral y completa a los pacientes.

¿Cómo nació su gusto por la docencia?
Yo creo que mi gusto por la docencia fue heredado. Lo adquirí por osmosis, de ver a mi mamá y tía que eran profesoras, dedicando su vida a la educación, Mi papá, ingeniero, hizo clases toda su vida en la universidad.

¿Cuál es su sello personal que le imprime a sus clases?
Lo que intento transmitir siempre es la humanización de la atención. Cuando entregamos una atención de enfermería, no estamos atendiendo a la patología, a un pie o una mano, sino que estamos atendiendo a una persona, la cual tiene características propias, tanto biológicas, como psicológicas, tiene creencias diversas, una familia, un entorno social, está inmersa en una cultura y ambiente determinado. Características que debemos considerar siempre en cada cuidado que entregamos, en cada relación enfermera/o paciente que establezcamos.

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?
Lo que más me gusta y es lo que me encantó al momento de estudiar la carrera, es justamente esta visión holística del ser humano que es inherente en nuestro que hacer.

¿Cuáles han sido sus máximos logros en lo profesional?
Para mí el hecho de estar trabajando acá en esta universidad, haciendo docencia e iniciándome en la investigación, lo considero como uno de mis mayores logros y a la vez un gran desafío, sobre todo, el poder lograr transmitir a mis estudiantes tener esta visión de la humanización en la atención de enfermería.

«Lo que intento transmitir siempre es la humanización de la atención. Cuando entregamos una atención de enfermería, no estamos atendiendo a la patología, a un pie o una mano, sino que estamos atendiendo a una persona, la cual tiene características propias, tanto biológicas, como psicológicas, tiene creencias diversas, una familia, un entorno social, está inmersa en una cultura y ambiente determinado».

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Disfruto compartir con las personas que son importantes para mí: mi familia, amistades, colegas. Me gusta mucho cocinar, hacer creaciones en la cocina y que las personas disfruten de lo que hago. También me encanta viajar, conocer nuevos lugares, conocer distintas culturas. Escuchar música, leer un buen libro, hacer actividades al aire libre, tener contacto con la naturaleza, meditar, hacer flores de Bach, entre tantas otras cosas.

¿Cuál es su plato preferido?
Me encanta comer, por lo que me es difícil elegir un plato, pero las cosas que más me gustan son las pastas, pescados y mariscos, platos vegetarianos e idealmente acompañado de una copita de vino.

¿Qué episodio de su infancia le marcó?
Yo creo que una de las cosas que más me marcó es el hecho de haber vivido en un colegio, o sea, mi casa era también mi colegio. Yo creo que eso marcó en parte el camino que estoy siguiendo ahora.

Si se encuentra con la lámpara de Aladin ¿Qué deseo le pide?
La paz mundial.