Experta de la U. Andrés Bello enseña a optimizar el tiempo a menos de un mes de la PSU
Pese a ser un periodo breve, Josefina Guerra, coordinadora del PREUNAB, asegura que se puede aprovechar para incorporar nuevos conocimientos. Si se realiza un autodiagnóstico para resaltar fortalezas y trabajar en las debilidades, es posible reforzar los estudios de forma eficiente y aumentar las posibilidades de éxito. A menos de un mes para rendir la PSU […]
Pese a ser un periodo breve, Josefina Guerra, coordinadora del PREUNAB, asegura que se puede aprovechar para incorporar nuevos conocimientos. Si se realiza un autodiagnóstico para resaltar fortalezas y trabajar en las debilidades, es posible reforzar los estudios de forma eficiente y aumentar las posibilidades de éxito.
A menos de un mes para rendir la PSU aún es posible aprovechar el tiempo para sacar un buen resultado. Josefina Guerra, Coordinadora de PREUNAB, indica que los resultados que se obtienen en la prueba, dependen en gran medida, de los conocimientos y habilidades cognitivas desarrolladas por el estudiante a lo largo de su vida. Sin embargo, asegura, en un periodo breve aún es posible incorporar nuevos conocimientos y reforzar los ya adquiridos.
Pero para lograrlo es necesario tener determinación para trabajar en forma sistemática y continua en las semanas que quedan para rendir el examen. Luego, es necesario fijarse un horario de preparación de la PSU. La experta recomienda partir por destinar un tiempo todos los días al estudio para realizar un aprendizaje gradual. “No es lo mismo estudiar dos horas diarias a lo largo de 7 días que 14 horas ininterrumpidas en un mismo día”, aclara.
Una vez determinado el tiempo de estudio, es necesario priorizar las materias que se abordarán. Para ello, dice Josefina Guerra, es imprescindible contar con un auto diagnóstico. “Conocer qué temas se dominan completamente, los que solo se manejan a un nivel básico y aquellos que se ignoran casi completamente. También es importante saber el grado de dificultad que presenta cada uno de ellos a lo hora de enfrentarse a los ensayos, por ejemplo”, explica.
Estudio productivo
Para lograr sacar el máximo provecho al escaso tiempo que queda, las técnicas de estudio deben adecuarse a los estilos de aprendizaje de cada uno. Se debe alternar el reforzamiento con algunos pequeños descansos y cuando se está estudiando, combinar el aprendizaje teórico con abundante ejercitación.
En el caso particular de la Prueba de Lenguaje y Comunicación el estudio debe enfocarse en la capacidad para leer comprensivamente, identificar información puntual en un texto, hacer generalizaciones que permitan reconocer su temática y propósito comunicativo e identificar la función de determinados segmentos del texto. Para mejorarlas no hay camino corto, es necesario practicar desarrollando al menos una comprensión de lectura diaria en este último período. Esto ayudará también a mejorar la capacidad de concentración, destaca Guerra.
El dominio de los conceptos, el lenguaje matemático y la ejercitación, en cambio son fundamentales en la Prueba de Matemáticas. Para ello, Guerra recomienda ejercitar con problemas matemáticos y cuando se tiene dificultad en la operatoria, estudiar ejercicios resueltos y luego desarrollarlos en forma independiente.
En Ciencias, es fundamental el dominio de conceptos y lenguaje científico; el manejo de gran cantidad de información y la fluidez operatoria. “Justamente por la cantidad de información involucrada en estas disciplinas, se recomienda elaborar esquemas y mapas conceptuales que permitan sintetizar contenidos, organizándolos jerárquicamente y que operan, a la vez, como ayuda memoria”, aconseja.
En el caso de la Prueba de Historia y Ciencias Sociales se exige el manejo de mucha información organizada en el tiempo y el espacio. En este caso, se pueden elaborar cuadros sinópticos y líneas de tiempo, y trabajar siempre con un mapa a la vista, incluso cuando se estudia Historia. Situar geográficamente los fenómenos es muy útil para comprenderlos mejor, recordarlos con más facilidad y relacionar la historia de las distintas regiones, concluye.
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Paulina Sepúlveda
paulinasepulveda@unab.cl
Escrito por: Prensa-UNAB