Experto UNAB dice que resiliencia de los 33 mineros fue clave para encontrarlos con vida

El psicólogo de la U. Andrés Bello, Emanuel Rechter, explica que la sobrevivencia de los trabajadores de la mina San José se debe en gran medida a que pudieron organizarse como grupo y sostenerse emocionalmente unidos en la esperanza de ser localizados.

Encontrar fortaleza en medio de una tragedia, se logra. Así lo afirma el psicólogo Emanuel Rechter. El experto de nuestra Universidad explica que esto se debe a factores individuales como la resiliencia, capacidad que permite sobreponerse a la adversidad, tolerar las dificultades y tener una visión optimista.

Pero no siempre la resiliencia está presente en las capacidades individuales, más aún en un escenario tan complejo como el que experimentan los 33 trabajadores en la Mina San José, sostiene el experto. Pero no todo está perdido: la dinámica grupal también es una herramienta para superar la adversidad. “En una situación de crisis es normal que la gente experimente un fenómeno de regresión, es decir, se activan los miedos infantiles y se reacciona como niño, pero dentro del grupo alguna persona resiliente puede actuar como una figura paterna, orientando y dando apoyo”, indica Rechter.

Ocurre entonces, lo mismo que experimenta un niño asustando frente al apoyo de su padre, sentirse integrado y con más certezas, actitud que permite aminorar las angustias y poder afrontar la situación.

Perfil de un minero

Otro elemento importante a considerar en este caso, señala el psicólogo, es que las personas que trabajan en la minería tienen una gran capacidad de sobreponerse a la adversidad, por las condiciones que implica su abnegada labor que no se iguala a otro tipo de trabajo. “No cualquiera puede desempeñarse como minero y todos los días bajar muchos metros bajo tierra, se requiere mucha fortaleza emocional. Además, algunos de los mineros del grupo recibieron preparación ante desastres, lo que les permitió tener las herramientas técnicas para saber, por ejemplo, que los motores de las maquinarias tenían agua que podían purificar y tomar. Enfrentar una situación catastrófica con esos conocimientos y herramientas les permite sentir que tienen el manejo de la situación”, concluye el experto.

Todos esos elementos les han permitido a los mineros estar organizados y cohesionados con la expectativa de ser localizados. Pero aún queda un largo camino emocional, señala el psicólogo: “Lo que viene es una etapa dura que implicara por parte de ellos enorme paciencia para poder esperar que los rescaten”.

Se estima que entre dos a cuatro meses puede extenderse esa espera, panorama complejo por las condiciones en que se encuentran los 33 hombres en un espacio de 32 metros cuadrados. “Ahora que los localizaron tienen que tolerar la convivencia extrema en la que se encuentran, es donde se pone a prueba el grupo y las dinámicas de organización”, sostiene Rechter.

Los expertos en salud mental, además, deben formular un sistema de intervención que implique dar a conocer el cronograma de la actividad de rescate, de esa forma al estar al tanto del avance de las obras ellos no están en un escenario tan incierto. El hacerlos participes de lo que ocurre, indica Rechter, les permite adquirir más dominio de la situación y afrontarla.

Otra estrategia adecuada desde el punto de vista emocional es que los mineros cuenten con una rutina de trabajo. Si día a día cada uno desempeña un rol, no estarán sólo en la espera del rescate, situación podría tender a complicar más las cosas. “Lo que ellos necesitan en estos momentos es sentirse vivos y dejar ese sentimiento de aislamiento, por lo que es recomendable que cada minero pueda tener acceso a apoyo psicológico permanente y que tengan contacto con su familias”, concluye el psicólogo de la U. Andrés Bello.

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Paulina Sepúlveda

paulinasepulveda@unab.cl