CONOCE A TU PROFE | El Químico Farmacéutico que reconoce que gracias a los jóvenes volvió a creer en los sueños colectivos
Mario Navarro, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, no tiene tapujos para definir cómo sería un Chile mejor: “un país menos desigual, más empático y transparente”, dice. Estos son sus logros, aspiraciones, convicciones y deseos.
Mario Filidor Navarro Márquez nació en San Carlos, una pequeña localidad en la Región de Ñuble y si bien, en un comienzo, no sabía qué estudiar, hoy a sus 35 años está orgulloso de la carrera que ha realizado como Químico Farmacéutico y, hace algunos años, como docente.
Desde su “trinchera” advierte en la necesidad de formar profesionales integrales y con compromiso social e incluso revela cómo la nueva generación lo hizo volver a creer en los sueños colectivos.
¿Por qué estudió Química y Farmacia?
No fue una decisión muy consciente, todo fluyó en esa dirección. Siempre me gustaron las ciencias, sobre todo, biología. Al salir del colegio, no sabía que estudiar, así que entré a un Programa de Bachillerato en Ciencias. En el camino estuve a punto de cambiarme a Psicología. Al terminar los dos años de Bachillerato comparé los ramos que había cursado con las mallas de varias carreras, y donde mejor calzaban era en Química y Farmacia y Bioquímica. Me decidí por Farmacia.
«(…) qué es para mí un Chile mejor: un país menos desigual, más empático y transparente. En el área salud eso se logra formando profesionales con vocación de servicio y compromiso social. La ética en un profesional de la salud también es fundamental».
¿Cómo y cuándo llegó a la UNAB?
Llegué a la UNAB por recomendación de una compañera de doctorado, Yennifer Ávalos, el segundo semestre de 2018. Ahí comencé a trabajar con la profesora Catalina Cano y con Liliana Peredo, quién también fue mi compañera en el postgrado. Como docente de jornada completa partí en julio de 2019. Tanto Yennifer como Catalina y Liliana, han sido importantes en mi llegada a esta institución, así que aprovecho esta instancia para agradecerles.
¿Cómo nació su gusto por la docencia?
Fue un gusto adquirido de forma tardía. Tras años en la investigación, me terminé por desilusionar del sistema en que se enmarca hoy la ciencia. Empecé en la docencia el año 2017, y ha sido revitalizador y desafiante trabajar con jóvenes. También me ha servido para reconectarme con la sociedad y sus problemas.
¿Cómo es su relación con los estudiantes?
Trato de mantener una relación distendida y abierta con mis alumnos, basada en el respeto mutuo.
¿Cómo se define como profe?
Eso tendrían que decirlo mis alumnos. El mensaje central que trato de entregar a los jóvenes es el siguiente: Hoy, el conocimiento se actualiza día a día, y el acceso a la información es abierto. El desafío que tienen que enfrentar en este contexto es mantenerse actualizados y ser capaces de discriminar la calidad de la información, integrarla y aplicarla a la solución de problemas reales. Si no nos desarrollamos en estos aspectos, probablemente seremos reemplazados por una máquina pronto.
¿Cuáles han sido sus máximos logros en lo profesional?
Creo que publicar los resultados de mi tesis de doctorado en una buena revista científica. Contribuir en la generación de conocimiento es gratificante. Por lo demás fue el fruto de varios años de trabajo.
¿Algún proyecto pendiente en lo profesional?
Varios. Me interesa hacer algún postgrado en docencia. También creo que adquirir herramientas de salud pública y bioinformática es esencial en la actualidad.
¿Cómo cree que, desde su área, podría aportar a un Chile mejor?
Tendría que empezar por definir qué es para mí un Chile mejor: un país menos desigual, más empático y transparente. En el área salud eso se logra formando profesionales con vocación de servicio y compromiso social. La ética en un profesional de la salud también es fundamental. Desde mi trinchera, ese sería el aporte más directo, contribuyendo en la formación de profesionales integrales.
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Disfruto mucho de la música, el cine y el deporte. Escucho todo tipo de música, sobre todo rock progresivo, blues, rock de los 60´s y 70´s. En el cine me declaro admirador absoluto de toda la obra de David Lynch y detractor del cine de superhéroes. Antes practicaba deporte, ahora lo veo por la TV.
¿Cuál es su plato preferido?
El risotto en todas sus formas posibles.
¿Qué significado tiene para usted Navidad?
Una fiesta íntima, familiar. No soy una persona creyente, así que no tiene un significado religioso para mí. A pesar de lo anterior, me desagrada que se haya convertido en una celebración dominada por el consumismo.
¿Algún personaje de política, religión, entretención a nivel mundial que admire y por qué?
Hoy, Chile vive una crisis de representatividad causada en gran medida por la falta de empatía y probidad de la clase política. En este contexto me parece rescatable la figura de Gladys Marín. Tú puedes estar de acuerdo o no con su visión política, pero nadie puede negar su transparencia, su coherencia entre el discurso y los actos, sin letra chica ni ambigüedades. Eso se extraña hoy en la política.
En lo personal, ¿algún sueño que quiera cumplir a corto y mediano plazo?
No. Después de 35 años persiguiendo sueños personales, en dos meses esta generación de jóvenes me hizo volver a creer en los sueños colectivos.
Escrito por: Sonia Tamayo