ORGULLO UNAB | El kinesiólogo que trabaja con tenista top 20 del mundo y tiene su emprendimiento

Dice que no sabía qué estudiar. La elección estaba entre arquitectura y bachillerato en ciencias. Finalmente, se decidió por esta última opción. “Pensé que podría descubrir algo distinto a lo que ya sabía, que me gustaba el diseño y la arquitectura. Y descubrí la Kinesiología”, reconoce.

Hoy a sus 35 años y tras titularse en la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello en 2009, este santiaguino ha ido cumpliendo sus sueños. En marzo de 2014 comenzó a trabajar con la segunda raqueta canadiense, Vasek Pospisil (estuvo 3 años y medio trabajando con él y la raqueta llegó a ser 25 del ATP), quien fue una de las sorpresas en Wimbledon del año siguiente, alcanzando los cuartos de final, cayendo en un cerrado duelo con el local Andy Murray.

Real Madrid -uno de los clubes de fútbol más importantes del mundo- llegó a hacer una práctica por el máster en Fisioterapia-Kinesiología que cursó en la capital española y que tenía un convenio con el club merengue.

¿Es verdad que durante tus años de formación en la UNAB, te ilusionaste con trabajar en el Real Madrid y en el ATP Tour?
Sí, desde el primer año comencé a visualizar donde quería trabajar como Kinesiólogo. Soñé donde quería llegar y lo decía abiertamente, luego de egresado lo seguía pensando y como ayudante en la UNAB les decía esto mismo a los nuevos estudiantes. Pienso que muchos se reían por mis ideas (risas).

¿Cómo se gestó el camino para cumplir estas metas?
No he parado nunca de soñar. Me tracé varios objetivos y los fui cumpliendo poco a poco, según cuando se podía y tenía los medios para hacerlo.

«Para mi, la universidad fue una excelente base, en conocimientos y también en lo humano. Conocí gente muy buena, desde compañeros y profesores. Soy una persona muy observadora y receptiva, supe quedarme con lo bueno de cada momento y luego utilizarlo en las instancias indicadas».

¿En qué estás actualmente?
Trabajo en un emprendimiento personal (MUV), del cual soy el director, y además trabajo privadamente con un jugador de tenis profesional (Félix Auger Aliassime, N°20 del ranking ATP).

¿Cómo es el trabajo con Auger Aliassime? ¿Viajas con él?
Sí, viajo con él en el circuito 25 semanas al año.

¿Cuál es el objetivo que tienen trazado?
La meta es que logre ser el mejor jugador de tenis que pueda, tiene un potencial enorme, fuera de toda estadística.  Ahora, la ambición está en un Grand Slam.

¿Cuáles son las herramientas que te entregó la UNAB para desempeñarte en el mundo laboral y, especialmente, en lo deportivo a nivel de la elite mundial?
Para mi, la universidad fue una excelente base, en conocimientos y también en lo humano. Conocí gente muy buena, desde compañeros y profesores. Soy una persona muy observadora y receptiva, supe quedarme con lo bueno de cada momento y luego utilizarlo en las instancias indicadas. De lo malo, aprendí, y supe no repetir ni caer en eso.

¿Cómo es trabajar con tenista o futbolistas de elite?
Es igual que trabajar con cualquier persona. Tiene, obviamente, cosas muy entretenidas y emocionantes, inherentes al deporte. He vivido experiencias únicas, pero sé que lo que me llevó a poder vivir eso, en gran parte es porque para mí no existe gran diferencia entre el deportista y un sujeto común y corriente.

¿Cómo surge la idea de conformar MUVCHILE?
Es una idea que llevo desarrollando desde el primer día de clases. MUV es la expresión de cómo yo entendí, entiendo y sigo aprendiendo sobre esta carrera, la salud y el movimiento. Para mi, el proceso fue natural, siempre supe y sigo pensando en poder trabajar en un ambiente donde todo haga sentido para mí.

¿Cuáles han sido los momentos de mayor satisfacción en tu trabajo o de logros? ¿Alguno que recuerdes en particular?
Muchísimos, los interesantes para ustedes quizás son los relacionados más con el deporte, como cuartos de final en Wimbledon, final en ATP 500 de Rio, conocer a mis ídolos como Roger Federer y Rafael Nadal. En especial, recuerdo el momento cuando pude independizarme totalmente por MUV.

¿Cómo te imaginas en 10 años más?
Intento no realizar ese ejercicio mucho. Pensar mucho las cosas, a veces impone límites en el proceso, prefiero pensar que en 10 años más seré y logrará estar 10 años más adelante en todo lo relacionado a lo que actualmente estoy haciendo. He aprendido a disfrutar mucho los procesos y eso para mí no obedece a mucha programación.