Programa After School: Universidad Andrés Bello participa en proyecto piloto en Chile
Tan relevante cómo las actividades que hacen los niños en el colegio, es a qué se decican después de terminar las clases. Talleres de reforzamiento, deportes y aprender a desarrollar su estima, son algunas de las formas en que este sistema, probado a nivel internacional, busca evitar que ese tiempo se convierta en un riesgo […]
Tan relevante cómo las actividades que hacen los niños en el colegio, es a qué se decican después de terminar las clases. Talleres de reforzamiento, deportes y aprender a desarrollar su estima, son algunas de las formas en que este sistema, probado a nivel internacional, busca evitar que ese tiempo se convierta en un riesgo social.
Las actividades que tienen los escolares en sus colegios se planifican con objetivo de favorecer su aprendizaje y desarrollo. Pero lo que sucede con los niños luego de finalizar las horas de clases muchas veces de descuida, desperdiciando la oportunidad de aprovechar esa instancia para su aprendizaje y dejando el espacio a riesgos sociales como el consumo de drogas o abandono escolar.
Para evitarlo es que se creó en Estados Unidos el programa After School. La experiencia más exitosa hasta ahora fue la desarrollada en 2004 por el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que luego de invertir más de cien millones de dólares al año en su implementación, logro reducir en un 50% la drogadicción y deserción.
La Municipalidad de Peñalolén, en 2009 invitó a Mark Levine, director ejecutivo del Center for After School Excellence de Nueva York, para replicar la iniciativa en Chile. En junio se dará inicio a la primera experiencia After School o “Después de clases, sí importa”, con el propósito de entregar ayuda a familias vulnerables que por trabajo deben dejar a sus hijos sin cuidado. De esa forma, más de 400 niños y jóvenes podrán asistir a talleres de reforzamiento, de desarrollo personal y actividades deportivas después del horario de clases.
Experiencia piloto
En el directorio de esta experiencia piloto participa Mahía Saracostti, directora de Trabajo Social de la Universidad Andrés Bello, como única representante del mundo académico, junto a Claudio Orrego, alcalde de Peñalolén y Juan Carlos Cabezas, director nacional de Junaeb, junto a representantes del Gabinete de la Primera Dama, de los ministerios de Educación, Salud, del Interior y Sernam; Sename, INJUV, la Unesco, Unicef, la Fundación Paz Ciudadana y el Banco Interamericano de Desarrollo.
A partir de julio la iniciativa debutará en cuatro colegios municipales de la comuna: Unión Nacional Árabe (Peñalolén Alto), Luis Arrieta Cañas (La Faena), Santa María de Peñalolén (Lo Hermida) y Centro Educacional Eduardo De la Barra (San Luis), beneficiando a cerca de 400 alumnos de familias de escasos recursos, con un costo de 100 millones de pesos. El objetivo es obtener resultados similares a los de EE.UU: mejorar el comportamiento de los menores, 30% menos de probabilidades de tener problemas con la justicia.
Apoyo para padres
Con sus hijos en talleres los padres podrán destinar ese tiempo al trabajo y de ese modo favorecer el bienestar familiar. La experiencia norteamericana ha demostrado beneficios también para los padres, un 59% logró conservar su empleo y un 54% pudo trabajar más horas.
Las nuevas tendencias implican que los horarios de trabajo son cada vez menos amigables para las familias, explica Saracostti. La densificación de la jornada laboral es mayor, aumentan las distancias entre el hogar y el trabajo y se incrementan los trabajos informales y atípicos sin posibilidades de medidas de conciliación, entre otras características.
“Esta iniciativa apunta a generar un espacio seguro para niños, niñas y adolescentes, dentro de las escuelas u otras organizaciones comunitarias, hasta la hora de regreso de sus madres y/ o padre al hogar”, argumenta la experta. Para lo anterior, se incentiva la participación y organización de la comunidad (estudiantes universitarios, madres, jubilados, entre otros) para apoyar a los niños de la enseñanza básica en la realización de tareas escolares, reforzamiento educativo, talleres de desarrollo de habilidades sociales y actividades lúdicas y deportivas.
Escrito por: Prensa-UNAB