Experto internacional sostiene que parques y reservas no resguardan 100% las especies silvestres
Producto de diversos factores como el cambio climático, el crecimiento industrial y poblacional, los planteamientos políticos y el desarrollo económico, entre muchos otros aspectos, al parecer impiden que estas áreas protegidas cumplan su propósito: preservar el ecosistema. Torres del Paine, Pan de Azúcar y Fray Jorge son parques nacionales emblemáticos para las numerosas especies de […]
Producto de diversos factores como el cambio climático, el crecimiento industrial y poblacional, los planteamientos políticos y el desarrollo económico, entre muchos otros aspectos, al parecer impiden que estas áreas protegidas cumplan su propósito: preservar el ecosistema.
Torres del Paine, Pan de Azúcar y Fray Jorge son parques nacionales emblemáticos para las numerosas especies de flora y fauna que habitan los ecosistemas que representan la diversidad biológica del país. Pero al parecer las áreas protegidas, advierte John Organ, Jefe de la División de Restauración de Vida Silvestre y Pesca Recreativa del Servicio de Pesca y Vida Silvestre en la Región Noreste de EE.UU, no logra cumplir al 100% su propósito: preservar el ecosistema.
Esta realidad no solo ocurre en el país, de hecho trasciende las fronteras. No por nada las estadísticas señalan que en 36 años se ha reducido 1/3 de los animales del planeta y el 25% de las especies conocidas está en riesgo de desaparecer, esto de acuerdo al informe de la ONU sobre biodiversidad dado a conocer recientemente.
El experto norteamericano, que visita Chile invitado por la U. Andrés Bello dictando una clase magistral a los alumnos del doctorado en Medicina de la Conservación, explica que la realidad que acecha a los parques en Norteamérica no dista mucho a la chilena: “Simplemente los parques nacionales no representan la totalidad de la biodiversidad de las especies y no pueden conservarla”, afirma el doctor John Organ.
Áreas protegidas
El doctor Gonzalo Medina, director Escuela de Medicina Veterinaria de la U. Andrés Bello y experto en la conservación de vida silvestre, comenta que en el caso de Estados Unidos la migración de las especies está ocurriendo hacia el norte, en Chile, en tanto, estas se están desplazando hacia el sur. En este momento, sin embargo, las áreas con mayor diversidad no están incluidas en las zonas protegidas estatales.
“Los parques nacionales tienen un futuro incierto en Chile. Incluso no hay investigaciones que midan el impacto que genera el turismo en los parques. Por eso es necesario intervenir los parques e incorporar un trabajo interdisciplinario de conservación”, indica el académico.
Al considerar equipos integrales para el manejo de las áreas protegidas, complementa Gonzalo Medina, lo que se logra es un grupo de gente no solo del Ministerio de Medio Ambiente, sino que también del INNIA, del INAP, del Ministerio de Agricultura y otros organismos trabajando en la conservación.
Redes de parques
De acuerdo a John Organ hay una tendencia mundial para tratar de integrar distintas entidades en la conservación de la fauna silvestre e incorporar un nuevo manejo de los parques nacionales que incluya los llamados networks o corredores biológicos, indispensables para la sobrevivencia de las especies de cada ecosistema.
Otra fórmula para la conservación que entrega el científico estadounidense, es trabajar desde un punto de vista local, de esta forma a la hora de generar políticas se considera a la población que existe en la zona y se utiliza como una estrategia de base. Así no sucedería, por ejemplo, agrega Medina, lo que pasa con la gente que sufrió con el tsunami o con lo de chaitén que se le aplicó políticas de repoblamiento y se sientieron pasadas a llevar”.
A juicio del académico de la U. Andrés Bello, el problema con los parques nacionales en Chile no se ha solucionado porque la ciencia ecológica se ha hecho investigando dentro de los parques y no considerando el entorno. Necesitamos saber, complementa Organ, qué queremos con el paisaje de hoy. Tiene que haber una discusión de base y formarse áreas de absoluta protección, de mediana y otras que no necesitan resguardo.
“Si somos capaces de trabajar, de acuerdo a los antecedentes científicos, con sistemas de mosaicos en base a la biodiversidad y entonces decidir podremos realmente hablar de protección de la biodiversidad”, señala el científico estadounidense. Quién agrega, que es a ciencia, en forma objetiva, la que nos dirá los cambios adaptativos que hay que hacer en distintos grados en estas zonas protegidas del futuro.
Escrito por: Prensa-UNAB