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Sistema de salud chileno nuevamente obtiene nota deficiente (3,8) pese al aumento del gasto público

Con el objetivo de contribuir en la comprensión de la percepción de usuarios acerca del sistema de salud actual y la manera cómo perciben algunas políticas sociales, el Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, lanzó este 19 de julio la IV Encuesta sobre el Sistema de Salud Chileno. Este estudio realizado de […]

Con el objetivo de contribuir en la comprensión de la percepción de usuarios acerca del sistema de salud actual y la manera cómo perciben algunas políticas sociales, el Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, lanzó este 19 de julio la IV Encuesta sobre el Sistema de Salud Chileno.

Este estudio realizado de forma presencial a 1.201 casos, segmentados según sexo, nivel socioeconómico y edad de las regiones de Santiago, Valparaíso y Concepción, el sistema chileno de salud es mal evaluado por los chilenos. En efecto, la evaluación del sistema de salud obtiene nota deficiente en las tres mediciones (2010-2012), y nota 3,8 en 2013.

“Hay una baja percepción general sobre la calidad del sistema de salud y predomina una visión pesimista de su futuro, tanto a nivel sistema en general como a nivel de acceso personal”, destaca Manuel Inostroza, académico de la U. Andrés Bello y ex Superintendente de Salud.

Existe la percepción de que el gasto personal en salud ha aumentado. Dicho porcentaje pasa de 47% el 2010 a 52% el 2013. Lo anterior, refuerza la segmentación del sistema chileno de salud: “en efecto, el acceso a prestaciones es mejor evaluado por los encuestados que pertenecen al nivel socioeconómico más acomodados (C1 y C2) y por los afiliados a Isapre. Situación contraria sucede con la percepción de riesgo”, destaca el profesional.

La percepción de protección financiera es mayor a nivel personal (24%) que a nivel de población general (6%).

Respecto a la evaluación de la atención, las dimensiones mejor evaluadas corresponden las labores que realizan los profesionales y técnicos de la salud (médicos, enfermeras y auxiliares). Por su parte, las dimensiones peor evaluadas corresponden a las administrativas (tiempos de espera y forma de solicitar hora médica por teléfono).

El 50% de encuestados piensa que “los médicos que le atendieron” son “buenos o muy buenos”, bajando un 8% respecto de 2012. Mientras el porcentaje de encuestados que piensa que “los médicos que le atendieron” son “buenos”, es superior entre los afiliados a Isapre (71%) que entre los afiliados a Fonasa (41%)

A medida que se desciende por nivel socioeconómico, empeora la evaluación que los encuestados realizan de los médicos que le atendieron. En promedio, las calificaciones van desde 5,9 a 5,0.

“La percepción de protección en el sistema de salud se vincula con la percepción de éste: de este modo, mientras peor se evalúe al sistema de salud, es más probable sentirse ‘desprotegido’ en él”, dice Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello.

A nivel general, respecto a los Índices de Experiencia, Percepción, y Expectativas de calidad en la atención en salud, la dimensión peor evaluada es la percepción del sistema de salud, en general; le sigue, las expectativas, y, finalmente, la experiencia de calidad. No obstante, el índice de expectativas de calidad es más homogéneo en el espectro social.

La brecha entre las expectativas y percepción de calidad en salud podría explicarse mediante la deficiente de la gestión y administración del sistema de salud.

Sonia Tamayo Herrera

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Escrito por: Sonia Tamayo