Tres siglos de violencia y criminalidad en la historia de Chile son analizadas por investigadores UNAB

 A través del proyecto FONDECYT  “Orden y violencia. Identidades, representaciones y proyectos civilizatorios en un espacio Urbano. Santiago de Chile siglo XVII-XIX”, se analizó las dificultades que ha tenido el Estado para controlar la violencia en el país.

 Con el objetivo de contribuir a la discusión de políticas públicas en torno a comportamientos de la sociedad chilena, es que un grupo de investigadores de la Universidad Andrés Bello, liderado por la doctora en Historia de la U. Católica y académica de la Facultad de Humanidades y Educación de la U. Andrés Bello, Verónica Undurraga, realizaron un estudio desde el punto de vista social y cultural, de las manifestaciones de violencia y su control en la historia de Chile. 

Las manifestaciones de violencia y sus formas de control, indica Undurraga, constituyen una preocupación permanente en el Chile actual.  Los cuestionamientos sobre el papel que desempeña el Estado en el mantenimiento del orden y los fenómenos que desencadenan estructural y coyunturalmente las formas de conflicto, se debaten en los medios y en el espacio público. 

El estudio es financiado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, a través de su programa Fondecyt. En él se analizaron las prácticas de violencia interpersonal en Santiago de los siglos XVII, XVIII y XIX y el rol que desempeñó el Estado en el control de éstas. La investigación se realizó  a través de artículos, capítulos de libros y exposiciones en seminarios y congresos. Se compararon, éxitos, conflictos, soportes y fracasos de las aspiraciones al orden proyectadas desde la esfera de las instituciones entre 1609 a 1875. Este fue el período en que Chile estuvo regido por un ordenamiento jurídico de «Antiguo Régimen», donde se desarrollaron políticas que resultaron relevantes para la formación y consolidación del Estado, y su aspiración al monopolio de la violencia. 

Conflicto y orden social 

La académica de la U. Andrés Bello explicó que el análisis de las permanencias y las transformaciones en la  historia de las formas de conflicto y de orden social,  evidencia la pluralidad de las manifestaciones y su complejidad. “Así, destacamos que el orden no sólo fue producto de la imposición de la autoridad del Estado, a través de sus agentes, normas e instituciones, sino que también se originó en formas de consenso intercomunitarias y a través del ejercicio del poder por parte de sujetos respetados y con ascendiente sobre la comunidad». 

De acuerdo a lo que señala el proyecto, la mantención de antiguas formas de venganza privada, las que se justificaban discursivamente por medio de una retórica del honor, constituyó una de las principales dificultades para la consolidación del rol del Estado y la justicia institucional, en la resolución de los conflictos interpersonales. Estas prácticas eran incluso toleradas por los jueces, receptores de estos discursos. 

Otro dato que aportó la investigación fue la discusión de la función social que desempeñaba la violencia. Si los involucrados en el hecho violento tenían distintas jerarquías, tenía una función de castigo. Ahora, si eran entre iguales, funcionaba como restauración de la reputación y del equilibrio social del grupo al que pertenecieran (por ejemplo el grupo de peones, artesanos o soldados). 

La metodología utilizada  en el estudio analizó parte de los procesos judiciales que criminalizaron las prácticas de violencia interpersonal.  En Chile,  fueron procesos por homicidios,  heridas y lesiones, que se hallaron en los diversos fondos del Archivo Nacional Histórico. Se sumaron además las ordenanzas de policía -como los bandos de buen gobierno- y la documentación contenida en el Fondo Medina, de la Biblioteca Nacional. 

Representaciones de violencia

 Al término de esta investigación se contó con un análisis detallado de las prácticas de violencia interpersonal que se desarrollaron en Santiago de Chile durante los siglos XVII, XVIII y XIX. Se conocieron los agentes de esas prácticas, y los tiempos y espacios en los que éstas se desarrollaron. También se conocieron las representaciones de violencia y orden social que legitimaban o vetaban tales prácticas. 

«Los resultados alcanzados permiten analizar desde una perspectiva histórica una serie de problemas contemporáneos, tales como la criminalización de la violencia, la persistencia de formas de venganza y las dificultades del Estado para controlar estas conductas. Por consiguiente, estas reflexiones pueden contribuir a la discusión de políticas públicas», señaló Verónica Undurraga. 

El equipo de investigación está integrado además por el profesor René Salinas Meza, como investigador patrocinante, y los investigadores Laura Fahrenkrog y William San Martín.

 Más información: http://www.conicyt.cl/573/article-41059.html