UNAB presentó informe que revela estrés post traumático de los chilenos tras el terremoto
El estudio, primero en su tipo en América Latina, muestra que el porcentaje de afectados es similar entre quienes lo vivieron en la zona del epicentro, Concepción y Talcahuano, y los habitantes de Santiago. Una de cada cinco personas de la Región Metropolitana y de la zona del epicentro sufrió estrés post traumático como consecuencia del impacto que tuvo en su salud […]
El estudio, primero en su tipo en América Latina, muestra que el porcentaje de afectados es similar entre quienes lo vivieron en la zona del epicentro, Concepción y Talcahuano, y los habitantes de Santiago.
Una de cada cinco personas de la Región Metropolitana y de la zona del epicentro sufrió estrés post traumático como consecuencia del impacto que tuvo en su salud mental el terremoto del 27 de febrero pasado.
Así lo demuestra el resultado de una investigación conjunta entre los académicos del Instituto Salud y Futuro de la Universidad Andrés Bello, Dr. Manuel Inostroza y Francisco Ugalde, y sus pares de la Universidad Irvine de California, Roxane Silver y Dana Garfin. El estudio se realizó en terreno, a los tres meses de ocurrido el sismo de magnitud 8,8.
Los resultados se presentaron en una conferencia de prensa encabezada por el Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Pedro Uribe, junto a los académicos Inostroza y Ugalde, quienes informaron que el estudio es el primero en su tipo en Chile y América Latina, pese a ser una zona altamente expuesta a desastres naturales.
“La investigación implicó un levantamiento a nivel país. Muchos estudios efectuados tras una catástrofe se preocupan sólo de la zona afectada y no del resto de las regiones, pero nuestra investigación se enfocó en analizar qué sucedía con localidades más alejadas del epicentro”, comentó el Dr. Pedro Uribe.
Radiografía emocional
Para la investigación se encuestaron a 2.108 personas, muestra representativa a nivel nacional. De ellos, 299 fueron del norte, 351 del Centro, 199 del Sur, 255 de la Región Metropolitana y 1004 de la zona del epicentro.
Una de las conclusiones revela que el porcentaje de personas con estrés post traumático EPT en la Región Metropolitana llegó a niveles tan altos como en quienes están en la zona del epicentro. De esta manera el porcentaje de EPT en la capital llega a 21,4%, mientras que en el epicentro asciende a 22,9%.
Además los encuestados afectados señalaron sentir diversos síntomas que han perdurado en el tiempo. Entre ellos, un 41,3% vuelve a experimentar el temor ante los movimientos sísmicos; un 20,5% sufre trastorno por evitación (inhibición social e hipersensibilidad); agitación o ansiedad 24,4%; sintomatología de estrés post traumático 14,8%, y un 56,1% pensó que su vida o la de alguien cercano estaba en peligro.
El estudio concluyó que las personas más vulnerables al estrés post traumático son las de menor nivel socioeconómico y las que tenían problemas de salud mental previos. Son también agravantes para este cuadro siquiátrico, la pérdida de bienes como el hogar, fuente laboral y continuar experimentando réplicas.
Otro resultado interesante del estudio muestra que las mujeres son las que más se afectan frente a las réplicas, repitiéndose también los demás perfiles de personas que padecen estrés post traumático.
Recomendaciones
Según explica Francisco Ugalde, psicólogo de la UNAB, existen estudios internacionales que demuestran que pasados seis meses de una catástrofe, el 25 por ciento de las personas debería retomar su normalidad, mientras que al año debería ser del 40%, pero para ello hay que realizar un seguimiento de las personas ya encuestadas.
Además, advirtió, que quienes tienen problemas de salud mental preexistentes están en riesgo de tener dificultades a largo plazo.
Respecto del estrés post-traumático, los expertos señalaron que éste puede permanecer en carácter residual por largos períodos de tiempo por lo que los profesionales de la salud deben estar atentos a los efectos que pueden manifestarse posteriormente en la población.
Manuel Inostroza explicó que, si bien es normal haber sentido síntomas como ansiedad, evitación o pensar que su vida o la de alguien cercano estaba en peligro, se debe realizar un seguimiento para evitar que esto se transforme en una patología. “Los datos del estudio debe servir como un antecedente a la hora de planificar para los próximos cuatro años las políticas públicas de intervención comunitaria y asistencial de Salud Mental, si queremos prevenir o reducir los riesgos futuros del Estrés Post Traumático en la población afectada”, concluyó.
Sonia Tamayo
stamayo@unab.cl
Escrito por: Prensa-UNAB