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DIARIO UNAB | Egresados del Diploma en Habilidades Laborales y la inclusión laboral

Más del 60% de los 317 jóvenes que en estos 12 años han egresado de este programa de formación socio-laboral dirigido a jóvenes con discapacidad cognitiva están trabajando. Tres de ellos comparten sus victorias en el camino a la inclusión.

SIN BARRERAS

Christian Durney

Amor al trabajo, los libros y la amistad

Si alguna vez has pasado a pedir un libro o un notebook a la Biblioteca de Casona, posiblemente fue Christian Durney el que amablemente te atendió.

Colaborador UNAB desde 2011, él disfruta su trabajo, sobre todo, dice, por el “gran equipo” con el que comparte todos los días.

Christian egresó de la primera generación del Diploma en Habilidades Laborales. “La experiencia fue muy bonita. Me gustó conocer gente y hacer amistades que hasta hoy mantengo. Eso es un privilegio”, valora.

Luego de obtener su especialidad en Administración, hizo su práctica profesional en la Biblioteca de Campus República. Pero sus ojos siempre estuvieron en Campus Casona, lugar donde estudió y siempre quiso volver.

Y lo consiguió. En 2011 llegó a esa biblioteca a asumir -entre otras- la ingrata labor de pedir silencio cuando los alumnos suben el volumen.

Pero este concentrado y metódico joven este no es solo un trabajo, es “un sueño hecho realidad”, confiesa. Y no solo porque le gusta lo que hace, sino porque a su lado está Camila Robledo, quien también cursó el diploma dos años después que él.

“Es la mejor amistad que ha tenido en la vida”, dice. Con sus 32 años, más de 20 los ha pasado junto a ella, con quien se organiza para tomar el bus de acercamiento hace ocho años, cuando llegaron juntos al campus.

Jorge Muñoz Vera, un líder de excelencia

Respetuoso, ordenado, colaborador y con constantes deseos de superarse. Así describen a Jorge Muñoz Vera sus ex profesores.

Este joven de 25 años, con diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista, demostró desde el primer día una gran capacidad de aprendizaje, que le valió el premio a la excelencia académica en la sede Concepción.

Escogió la especialidad de Apoyo a la Función Administrativa y luego hizo sus prácticas laborales en Refinerías Enap y en Isapre Nueva MásVida. Tan bueno fue su desempeño que esta última empresa lo contrató como asistente de valija, puesto que cumple con esmero y responsabilidad.

“Estoy muy orgulloso de haber estudiado en la universidad, haber hecho la práctica y hoy estar trabajando”, dice.

Para Jorge su experiencia laboral ha sido satisfactoria no sólo por la buena acogida de sus compañeros, sino también porque le ha permitido contribuir económicamente a su casa. Su familia enfrenta un complicado momento tras la muerte de su padre, hace seis años, y el diagnóstico de cáncer que mantiene a su madre en tratamiento con quimioterapia.

“Gano mi sueldo y tengo mis ahorros y eso me permite aportar, ayudar a mi mamá. Yo compro las comidas y las cosas que hacen falta y hago las cosas en la casa”, describe con orgullo.

En diciembre pasado, Jorge fue elegido entre los 50 Líderes de El Sur, una distinción que entrega este diario regional.

“Es importante que las personas puedan ayudar. A mí me echaron una manito y gracias a eso fui aprendiendo, pero hay muchos como yo que necesitan y quieren trabajar”, subraya.

Las victorias de Manuel Sanhueza

Fanático de la U. de Chile, Manuel Sanhueza recuerda entre risas su paso como practicante en el equipo Santiago Wanderers de Valparaíso. Su interés por el fútbol era tan grande que no le importó teñir de verde -por un rato- su corazón azul.

Esta pasión se despertó mientras estudiaba en el Diploma de Habilidades Laborables UNAB de Viña del Mar, en la especialización en administración, que conoció por un amigo del colegio. No lo pensó mucho, habló con sus papás y decidió enfrentar sus dificultades.

Su segunda práctica la hizo en la carrera de Educación Física UNAB con el profesor Juan Pablo Zavala. “Así reafirmé mi gusto por la Educación Física”, asegura.

Uno de sus mayores orgullos entonces fue organizar un campeonato de fútbol. Aunque nada se compara con el desafío que hoy enfrenta: terminar su carrera de Preparador Físico en DUOC.

“Me ha gustado mucho la carrera y los compañeros son un siete. Al principio fue complejo, no todos los profesores están familiarizados con las metodologías de trabajo que requieren los alumnos con necesidades educativas especiales”, advierte, pero tiene una gran convicción: “Tengo un ritmo distinto, pero finalmente llegaré a la meta”, asegura.

Manuel confía en sus capacidades y valora que el diploma lo ayudara a encontrar sus debilidades y fortalezas. “Si yo no hubiese entrado al diploma no estaría acá estudiando en la educación superior regular, imposible”, asegura orgulloso.

Ley de Inclusión Laboral

El 1 de abril pasado entró en vigencia la Ley de Inclusión Laboral para empresas con 200 o más trabajadores, que incentiva la contratación de personas en situación de discapacidad.

Pero más allá de lo legal, el desarrollo de una cultura inclusiva en una organización trae beneficios a corto, mediano y largo plazo.

“Contribuye en la generación de confianza y credibilidad de la empresa, mejora el clima organizacional y la gestión productiva, entre otros aspectos”, explica María Theresa von Furstenberg, directora del Diploma en Habilidades Laborales UNAB.

A su juicio, la visión del mundo laboral ha cambiado radicalmente y con ello su genuino interés en la inclusión: hay ofertas y las empresas se acercan a las instituciones educativas para alinear esfuerzos. “Una inserción laboral programada, preparada y monitoreada asegura el éxito y los beneficios para ambos: trabajador y empresa”, subraya.

Educación inclusiva en UNAB

Hasta 2017, había al menos 73 estudiantes en situación de discapacidad en UNAB. Durante el ingreso 2018, a través del Sistema Único de Admisión, la Universidad recibió la declaración de más de 130 estudiantes que informaron estar en esta situación, que pueden ser visual, auditiva, físicas y psíquicas.

“La educación inclusiva nos enriquece a todos quienes conformamos la comunidad universitaria y el fomento del respeto nos permite reconocer y reconocernos. Ser una universidad inclusiva, es reconocer, asumir y respetar la diversidad, así como valorarla y potenciarla para formar mejores profesionales”, subraya Verónica Águila, directora de Educación Inclusiva UNAB.

 

Escrito por: Inger Ambler