Nueva jornada LAP enseñó a jugar en el aula, pero con sentido

LAP es un Laboratorio de aprendizaje pedagógico impulsado por la Escuela de Educación UNAB. En él los docentes encuentran un espacio centrado en una propuesta educativa que incorpora el arte en sus múltiples expresiones. Todo esto para el logro de comprensiones y aprendizajes en los estudiantes. Asimismo, es un espacio de co-construcción de docentes. En él cuestiones como la reflexión, la creatividad, la sorpresa y la emocionalidad, son los ejes nucleares.

En su tercera versión realizada por la Escuela de Educación de la sede UNAB Concepción, el taller estuvo dirigido a centros educacionales que son actuales centros de prácticas para los estudiantes de las carreras del área.

La iniciativa  estuvo a cargo de los profesores Humberto Castillo, de Educación Física, y Lorena Sáez y Romina Irribarra de Pedagogía en Inglés.

Karina Villarroel, subdirectora de pregrado de la Escuela de Educación, destacó el trabajo colaborativo con las instituciones.

«La Escuela de Educación reconoce el valor de los centros de práctica en la formación de los estudiantes. Por esta razón se abren espacios donde distintos actores que participan de la formación de futuros profesores. Se unen en la reflexión en torno a la transformación de las prácticas pedagógicas».

Todo esto, enfatizó, «con una mirada que acoge la pluralidad de lenguajes, las emociones, la creatividad, las relaciones, el arte, etc.».

Para la especialista «la transformación educativa y la formación de buenos profesores depende de propósitos comunes y del trabajo colaborativo de todos quienes nos constituimos en modelos de referencia e inspiradores para los estudiantes en formación inicial», dijo.

El juego como enseñanza

Silvia Vásquez de la Escuela Artística Enrique Soro Barriga de  San Pedro de la Paz  valoró la iniciativa. “Quedé muy contenta con las presentaciones y la dirección de este Taller».

Contó que la dinámica «fue desarrollándose en el momento con acciones concretas que tuvimos que realizar in situ. No hubo tanta escritura ni  PPTs que son buenas, pero no ayudan en un aula con niños inquietos y sedientos de “tecnología”.

«Sacarlos de ese mundo, cuesta, y con acciones como las que aprendí, innovadoras, se puede”, manifestó.

Igualmente, Paula Meyer destacó  “el darle sentido al juego. Se logra aterrizarlo a la práctica docente creando un mundo de posibilidades. En él el protagonista es el estudiante”.