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CONOCE A TU PROFE | La enfermera que vio en la UNAB una oportunidad para perfeccionarse

Hace 15 años que Pamela Ivanovic llegó a la UNAB. Lo hizo como académica pero también como estudiante, porque para esta enfermera, perfeccionarse es parte de su vida: Obtuvo el grado de Magíster y, actualmente, está finalizando el Doctorado en Enfermería. Esta es la historia y gustos de la Directora de Postgrado y Educación Continua de la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello.

 

Es de aquellas mujeres que se atreven. Pamela Ivanovic nació hace 49 años en Santiago pero en su época de soltera se fue a trabajar a la UCI del Hospital de Coyhaique, “para conocer y aventurarme”, asegura. Ya casada, vivió cinco años en Temuco.

Al regresar a la capital, esta madre de un joven de 18 años y de una hija de 10, buscó trabajo y apareció la U. Andrés Bello en su vida. Este es el diálogo con la Directora deFacultad de Enfermería de la U. Andrés Bello.

¿Por qué estudió Enfermería?

Al dar la Prueba de Aptitud Académica, no tenía nada claro. El área de la salud era una de las alternativas, al igual que ingeniería. Ingresé a enfermería obstetricia porque me permitía decidir entre las dos carreras y porque se dictaba en la PUC. Yo quería estudiar en San Joaquín. Realizando trabajos de verano, decidí no cambiarme a ingeniería al terminar el primer año, pues en enfermería había muchas áreas y lugares diferentes en los que se podía trabajar. Al salir de la carrera estaba muy segura que quería ser profesora en la universidad y me puse a trabajar en un currículum con experiencia bien variada para poder hacerlo bien.

¿Cómo y cuándo llegó a la UNAB?

Hace 15 años. Cuando regresé con mi familia desde Temuco, busqué trabajo en universidades y la oportunidad de perfeccionarme. La UNAB me recibió como profesor regular y luego como estudiante de postgrado.

¿Cuál es su mejor recuerdo en la UNAB?

Es difícil seleccionar un recuerdo después de trabajar 15 años en la UNAB. Hace muchos años, al inicio, los profesores “nuevos” estábamos en formación y uno de los profesores con mayor experiencia nos revisaba y corregía absolutamente todo. El primer momento más feliz fue cuando no recibí ninguna corrección en el material enviado a revisión. Eso significaba mucho.

¿Cómo nació su gusto por la docencia?

Desde que fui estudiante me preocupaba la forma en la que las enfermeras “participaban” en nuestra formación, algunas eran muy difíciles. También estaba clara de la enorme diferencia que significaba que tuvieras a una u otra profesora para la clase o la experiencia clínica. Eso me llevó a querer ser una profesora diferente. Hubiera iniciado de inmediato la docencia, sin embargo era necesario aprender mucho más y tener experiencia profesional para poder enseñar. Luego, al ejercer como profesional, entendí que muchas de las colegas podrían actuar diferente si hubieran tenido esos profesores con los que la experiencia era más satisfactoria. Y eso reafirmó mi interés en ser profesora de Enfermería.

«Lo más importante fue formarme como profesor, que es lo que deseaba desde que era estudiante. Me continué capacitando, obtuve el grado de magíster y estoy finalizando el doctorado en enfermería. Esto es muy importante para la vida profesional».

¿Cómo es su relación con los estudiantes?

Pienso que tengo una buena relación. Al inicio, mi relación con los estudiantes fue muy cercana, ellos eran poco y nosotros también, por lo que estábamos juntos gran parte de la formación en las experiencias clínicas. Posteriormente, algunas fueron mis colegas y nuestra relación fue muy estrecha y con las que me encuentro siempre, me recuerdan con cariño. En la actualidad, mis clases son teóricas, con grupos más grandes y en los primeros años, la relación no es tan cercana con todos como me gustaría, sin embargo me recuerdan hasta el final de su formación como su profe.

¿Cuáles han sido sus máximos logros en lo profesional?

Desde el inicio tuve la oportunidad de aplicar diferentes metodologías para mejorar el aprendizaje de los estudiantes. La escuela apoyó la incorporación de estas metodologías e inicié mi formación en el área de simulación clínica. Fui coordinadora del laboratorio, secretaria académica por varios años y Directora de la Escuela de Enfermería. En cada uno de esos cargos hubo diversos desafíos y logros. Actualmente, soy Directora de Postgrado y Educación continua de la Facultad de Enfermería.

¿Qué significa para su vida profesional la Facultad de Enfermería de la UNAB?

Lo más importante fue formarme como profesor, que es lo que deseaba desde que era estudiante. Me continué capacitando, obtuve el grado de magíster y estoy finalizando el doctorado en enfermería. Esto es muy importante para la vida profesional.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

Los fines de semana, simplemente, descansar y no hacer nada. Soy feliz viendo televisión y picoteando algo rico. Sola, escucho la música que me gusta, rock. Me gusta ir al cine. Cuando hay más tiempo me gusta conocer y pasear por diferentes lugares y sacar muchas fotos. Siempre me hago un tiempo para leer cualquier libro que no sea de trabajo o estudio.

¿Alguna película que le guste?

Me encantan las películas de acción y suspenso. Hay clásicos que veré mil veces más: El diario de Bridget Jones, Un Lugar en Nothing Hills, todas las Transformer, La era del hielo, Libranos del mal, Pelotón, Los Otros y Sexto Sentido.

¿Un placer culpable?

Helado y chocolate.

¿Qué le pone contenta y qué cosas le enojan?

Me gusta que me regalen cosas de sorpresa, lo que sea, pero en especial estuches, bolsito y lápices, nunca son suficientes. Me enoja la mentira, la impuntualidad y el hacer lo justo y necesario solamente.

¿Su mayor defecto y su mayor virtud?

Defecto: poca paciencia. Virtud: disfrutar con lo que hay.

Si se encontrara con un genio de la lámpara ¿Qué deseo le pediría?

Un año sabático recorriendo el mundo de diferentes maneras y con buena compañía.

Escrito por: Sonia Tamayo