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Ciudadanos del mundo en la UNAB

En sede Concepción-Talcahuano trabajan colaboradores y profesionales extranjeros de países como Venezuela, Colombia, España, Rusia, Estados Unidos y Cuba, entre otros.

Texto: Colomba Boero Gasparini

 

Nos declaramos una universidad pluralista. Ocupamos el segundo lugar en internacionalización en el Ranking América Economía y esto no sólo se evidencia en la movilidad estudiantil, en los más 200 convenios con instituciones extranjeras, también en nuestro espíritu de formar universidad con personas con distintas religiones, pensamiento político y por cierto de distintas culturas.

En sede Concepción-Talcahuano trabajan colaboradores y profesionales extranjeros en distintas áreas y de países como Venezuela, Colombia, España, Rusia, Estados Unidos y Cuba, entre otros.

En general, la búsqueda de una mejor calidad de vida, las crisis económicas, humanitarias o políticas en sus países o seguir el amor, hacen que muchos decidan migrar lejos de casa.

Una de nuestras docentes e investigadora de la carrera de Nutrición, Lissé Angarita Dávila llegó hace ya casi 3 años desde Venezuela a Chile junto a su marido y su pequeña hija. Ya su hermano se encontraba en Santiago, pero partió con el dolor de dejar a sus padres y gran parte de su familia.

“Yo no quería migrar, no lo veía como una opción. Un día mi marido me dijo, nos vamos o nos vamos, ya no podemos seguir aquí.” Una frase bastante recurrente en los últimos años entre sus compatriotas, de los cuales muchos han llegado a Chile buscando una mejor calidad de vida y sobre todo, tranquilidad y seguridad.

Después de unos meses en Santiago recibieron una oferta laboral en Concepción y así llegó a UNAB, donde asegura haberse sentido muy acogida e integrada, valorando su condición de extranjera por el aporte que esto significa y en especial, por la empatía en general de los chilenos por la compleja situación política que se vive en su país natal.

Se siente feliz, de poder trabajar con un equipo que siente como su familia, sus padres ya están en Chile, el apoyo en su trabajo como investigadora y el interés que muestran los alumnos por la situación que vive Venezuela. “Me dicen profesora vio lo que pasó hoy? Yo estoy al tanto por mi familia, pero trato de no ver tanto las noticias, porque es angustiante ver cómo está lo que dejamos allá”.

Le gustaría volver a su país, lo ve como algo a futuro, confía en que la situación mejorará. Sin embargo, siente que hoy todos somos ciudadanos del mundo, “no es que no seas patriota, pero no tenemos una sola casa, nacemos en un lugar, sin embargo, no sabemos dónde estaremos mañana, por eso el respeto por el que viene de otro país es tan importante”, asegura.

Caribe

Seguimos por El Caribe, Cuba, específicamente Manzanillo, la ciudad natal de Danilo Díaz Vásquez, nuestro Director de Departamento de Ciencias Físicas, cargo que ocupa desde 2009, tras un año en Santiago en programa de Postdoctorado de Fondecyt patrocinado por el Departamento de Ciencias Físicas en Santiago. Fui el primer “postdoc” que llegó al grupo de Altas Energías y Gravitación.

Desde pequeño que estudia Física de forma intensiva: “primero todas las semanas con mi profesora de secundaria y después en un liceo en Santiago de Cuba especializado en Ciencias Exactas. De ahí ingresé a Licenciatura en Física Nuclear. Como recién graduado trabajé dos años en el Centro de Neurociencias de Cuba hasta que me fui a estudiar el Magíster en el grupo de Física de Altas Energías de la Universidad Simón Bolívar en Caracas, Venezuela”, recuerda.

Continuó sus estudios de Doctorado en la Universidad Humboldt de Berlín, Alemania, donde se graduó el año 2007. Un año más tarde lleguó a Chile a través del programa Postdoctorado de Fondecyt patrocinado por el Departamento de Ciencias Físicas en Santiago. Al término de esta estadía, comenzó a estar a cargo del Departamento de Ciencias Físicas en la nueva sede en Concepción combinando labores de investigación, docencia y administración.

Pero no todo es Física. Le gusta el fútbol, juega un par de veces a la semana, aunque también tiene en casa pelotas y guantes de béisbol, por si se da la ocasión.  “En ping-pong soy “reguleque” y del ajedrez soy un seguidor y entusiasta, pero pésimo jugador.  Escucho casi cualquier tipo de música, aunque cuando los cálculos de un paper de Física se ponen difíciles, siempre recurro a Pink Floyd”.

Para Danilo, lo difícil de la distancia es que se extraña a la familia y a los amigos de “toda la vida” y lo mejor de vivir en Chile es tener la fortuna de “poder vivir de la Física y para la Física, como decía el papá de un viejo amigo”. Siempre me sentí bien recibido tanto en el ambiente de la Universidad como en la calle. Tengo magníficos compañeros de trabajo y estudiantes que son una maravilla.

A Cuba procuro ir tan seguido como puedo, pero después de 20 años, soy un poco extranjero en mi propia tierra. Si los millones de cubanos que andamos desperdigados por todo el mundo tuviésemos la oportunidad de aunar esfuerzos para (re-)construir algo bonito, seguramente me sumaría a esa aventura, sentencia.

Península ibérica

Nos vamos a España para conocer a Roberto Gómez, geólogo, investigador y docente de la carrera de Geología. Para el hombre que ocupa el primer puesto en la sala de profesores de Geología en el tercer piso, tampoco ha sido fácil dejar a la familia a más de 15 mil kilómetros de distancia. Si bien realizó sus estudios en Oviedo, fuera de su ciudad natal, Torrelavega en la región de Cantabria y luego su doctorado en Madrid, la distancia con sus seres queridos ha sido lo más duro de esta aventura en el país más austral del mundo.

Trabajaba en investigación y con la crisis, inmediatamente los recortes afectaron su área de interés, por lo que, tras ver una oportunidad de trabajo, se vino directamente a Concepción y a UNAB hace ya cinco años.

Para Roberto, la gente en Chile es muy cálida con los extranjeros, “incluso más que entre los mismos chilenos, siento. Me tratan muy bien, de hecho, en las tiendas me preguntan de dónde soy y me cuentan que tienen un familiar allá y así comienzan muchas conversaciones”.

El clima de la capital penquista y sus paisajes le resultan familiares y su amor por la naturaleza lo han llevado a viajar por los más variados escenarios de nuestro país. Desde Iquique y el desierto por el norte hasta Punta Arenas y el frío extremo del sur. Asegura que uno de sus pendientes es visitar las Torres del Paine.

Sobre sus proyecciones, en su tono calmado, cuenta que está muy a gusto aquí y que no proyecta irse de Chile, sin embargo, no es de los que hace planes a largo plazo. Confesó que, al venir del área de la investigación, en un inicio fue difícil hacer clases, pero hoy le gusta mucho. “La relación con mis alumnos es muy buena, me hablan, en especial los hombres, mucho de fútbol español y europeo y ahí tenemos conversaciones entretenidas y me sacan pica cuando a mi equipo le va mal”, pero son muy cariños.

De Rusia…

Y en eso coincide Irina Saverskaia, actriz, rusa, y docente del Diploma de Habilidades Laborales desde hace ya 6 años. “Tengo amigos de diferentes nacionalidades, convencida que cuando se trata de amor o amistad, no se trata de su origen”.

Para ella, una de las principales dificultades fue aprender español desde 0, aunque llegó con su marido chileno a quien conoció en Moscú, su ciudad natal.

Hace ya 26 años que vive en Concepción, donde conoció nuestro idioma y modismos. “Eso siempre ha sido motivo de chistes, en especial por mi pronunciación. “En ruso la “doble R” no existe y tengo varias historias, una muy simpática fue cuando me asusté con una perra en el campo de unos amigos: grité Meche: llama a la pera, convencida por supuesto que pronunciaba perfecto. Hoy me doy cuenta que no era tan así”.

Trabajó en varios proyectos, hasta que volvió al mundo profesional de teatro, siendo profesora y posteriormente la Directora de la carrera de Teatro de otra casa de estudios.

Sin duda Irina no pasa desapercibida ni en los pasillos de la universidad, con sus pares y tampoco con sus alumnos, no sólo por su acento, si no por su alegría. En Moscú se despeñaba como docente de la cátedra de Voz y Habla escénica en unas de las Escuelas superiores de Teatro de Moscú y hoy forma parte del staff de docentes del programa de Habilidades, lo que la ha llevado a participar en congresos y en la última jornada de inclusión UNAB.

Para todos ha sido un cambio difícil por dejar familia, amigos y su historia atrás, pero el uso de las tecnologías, la buena recepción de los chilenos y compañeros de trabajo ha permitido que nuestros ciudadanos del mundo se sientan más cerca de casa.

 

Escrito por: Tania Merino