Dr. Luis Barrueto Céspedes: “Trabajaremos en tres pilares fundamentales: estudiantes, académicos y en gestión”
Hace tres semanas que el Dr. Luis Barrueto Céspedes, de 64 años, asumió el cargo de director de la Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello. Dice estar motivado con el nuevo desafío, reconoce que quiere descubrir cada código y detalles del funcionamiento de la Escuela que dirigirá y busca plasmar el sello de […]
Hace tres semanas que el Dr. Luis Barrueto Céspedes, de 64 años, asumió el cargo de director de la Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello. Dice estar motivado con el nuevo desafío, reconoce que quiere descubrir cada código y detalles del funcionamiento de la Escuela que dirigirá y busca plasmar el sello de “saber hacer bien, el bien” en sus estudiantes… Una entrevista imperdible.
Médico cirujano de la Universidad de Chile, especialista en pediatría con la subespecialidad en neumología pediátrica, el Dr. Luis Barrueto tiene una larga trayectoria profesional que lo llevó al Hospital de Molina a ser Médico General de zona y director del hospital; a estar en el Hospital Exequiel González Cortés como médico asistencial y encargado de docencia de la U. de Chile, jefe del servicio de lactantes durante 14 años; médico de la atención primaria en los consultorios de los Servicios de Salud Sur, para luego pasar al programa pediátrico del Servicio de Salud Metropolitano Sur.
En el área de la docencia, el Dr. Barrueto, también fue decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la U. de Santiago y Director de Postgrado de la Finis Terrae. Además, se ha desempeñado en el área de la gestión en servicio de salud, gestión universitaria y en actividades de investigación con publicaciones sobre el asma infantil.
“En la primera conversación que sostuve con el Dr. Jaime Contreras (Decano de la Facultad de Medicina), me interesó el proyecto y me entusiasmó la claridad y mirada que tenía él del proyecto de la Escuela de Medicina, situación que me hizo replantear. Definí que yo podía ser un aporte en este proyecto, considerando algunas experiencias en mi vida y que quería hacer realidad algunas intervenciones que considero pueden ser útiles en la formación de los médicos”, abre el diálogo el flamante Director de la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello.
– ¿Qué le motivó de ese proyecto que le presentaron?
-Que había una estructura, una organización clara y definida en términos de propuesta académica, que había una institución mayor que es la Universidad, la cual se está posicionando en el medio nacional con un fuerte énfasis en lo académico integrado a la investigación. Todos estos elementos son importantes en la formación de cualquier profesional universitario en especial del médico. También, me motivó estar frente a una Universidad abierta y pluralista, por lo tanto, da las facilidades y plataforma para el desarrollo y en lo que se refiere a la Escuela de Medicina como tal, permite una relación docente asistencial con los campos clínicos de proyección.
– ¿Cuál es el sello suyo que le quiere dar a la Escuela?
-El saber hacer bien, el bien. El paradigma anterior de la Educación era el conocimiento, pero el conocimiento es parte de lo que uno requiere en el profesional, ya que se debe contar con habilidades, destrezas y ese es el hacer. Hay que saber hacer bien, lo que significa tratar a los seres humanos, a las personas, rescatarla de la enfermedad, rehabilitarla de las secuelas, promover y promocionar estilos de vida saludables.
–Me imagino que ya viene con algunas ideas ¿Nos podría adelantar algo?
-Tengo unas ideas que van orientadas a este tema, lo que significa trabajar en tres pilares fundamentales como estudiantes, académicos y gestión. Sería presuntuoso decir que comenzaremos ya, cuando recién llevo mi tercera semana de gestión. Me falta ir interiorizándome, saber los códigos, conocer la cultura organizacional, hay todo un tema de conocernos. Pero tengo algunas miradas y orientaciones que me dicen que tendremos que trabajar fuertemente en la gestión, en la estructura, organización funcional, con integración del mundo académico y participen del proyecto, y con los estudiantes que son finalmente nuestro motivo. Los estudiantes tienen que entender que el sello de la U. Andrés Bello es que sean profesionales académica y científicamente muy preparados pero con un componente de humanismo que es la razón fundamental por la que uno elige esta profesión.
Lado B
Comparte su vida con Patricia Abarzúa y con los ya independientes hijos músicos, Luis y Mauricio, quienes junto a Claudia y Macarena completan el círculo íntimo del Dr. Barrueto.
“Mis hijos estudiaron en el Conservatorio y en la Escuela de Música Moderna, uno es percusionista y el otro es guitarrista. Ambos tienen un grupo de música underground y, ocasionalmente tocan con Chico Trujillo. Actualmente uno de ellos está grabando un disco en Turquía”, comenta el doctor.
Por su parte, las hijas trabajan intensamente y con pasión en sus profesiones de diseño gráfico computacional y de ingeniería en medio ambiente.
-¿Cómo fue tener hijos músicos y no médicos, que por lo general siguen la tradición?
-Ellos eligieron su vocación. En su momento dije que mi vocación era la Medicina y mis padres respetaron esa decisión y entiendo que uno tiene que vivir de acuerdo con su vocación. Si ellos querían ser lo que hubieran elegido, yo los habría apoyado, porque para eso estamos los padres: para apoyar los caminos vocacionales de sus hijos. Uno puede intervenir en cosas generales como actitudes, valores, pero las decisiones de vida, son de ellos. Estoy feliz con ellos y con Claudia y Macarena, que también han seguido sus propios caminos vocacionales.
– ¿Vive solo con su señora?
– Sí, los dos solos, y con los perros de ella. Nos fuimos a vivir a una parcela en Talagante, quisimos arrancar de Santiago y ahí tenemos una casa grande para recibir a los hijos cuando quieren ir, las veces que quieran, cada vez es menos, ya que están en sus cosas. Yo me dedico a lo que me gusta: la tierra, a plantar, arreglar o desinfectar.
El Dr. Barrueto relata pormenores de su familia e infancia. “Tengo un hermano que vive en Estados Unidos, que se fue en 1974. En esa época, el Gobierno de Jimmy Carter eligió a un grupo de personas. Yo estuve un año en Estados Unidos, me gané una beca para hacer el cuarto medio allá. Por la calidad de educación, pude postular y viví con una familia con la que tengo contacto hasta ahora”, comenta.
-¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
-Una infancia feliz que me marcó. Tuve una infancia muy protegida, porque lo que los padres hacen por sus hijos es que no vivan lo que ellos pasaron, como salir de la pobreza, el hambre y frío. Mi madre era matrona y mi padre ingeniero comercial y vivíamos en Quinta Normal, donde aún está su casa y sus cenizas. Siempre fuimos muy protegidos.
-¿De dónde viene su veta por el área de la salud?
-En esa época, de niño, los partos era en los domicilios y yo admiraba la labor de mi mamá, quien tenía la consulta en la casa y veía a unas 20 personas esperando en el living o mi mamá salía a las 2 o 3 de la mañana a atender un parto en alguna casa. Ahora se sabe que las experiencias de la primera etapa de la vida te marcan. Creo que por ahí me vino el gusto por el área de la salud.
– ¿Qué le gusta comer?
-Agradezco todo lo que hace mi señora. Me encanta mucho la comida peruana. Por problemas en la columna, tuve que bajar de peso, y hasta agradecí la lechuga. Entonces, no tengo un plato preferido.
-¿Le gusta algún equipo de fútbol?
-El único que hay… La Universidad de Chile. Mi papá era de la Chile y soy del equipo desde siempre. Iba al estadio, pero ya no.
– ¿Y ve la Selección?
-Sí, aunque soy post Bielsa. Sí, le reconozco a Bielsa que puso algo que no había: profesionalismo, disciplina. Es un tipo metódico, científico y hacía falta eso.
-¿Clasifica la Selección?
-Sí, de todas maneras
-¿Tiene algún defecto o virtud?
-Varios, pero no lo puedo decir porque puedo entregar elementos que sean usados en mi contra (risas). En general, me gusta escuchar a la gente, así que diría que tengo paciencia y tengo la necesidad de escuchar.
-¿Qué le molesta?
-El no cumplimiento de compromisos. Si me comprometo con algo, lo cumplo, de lo contrario considero que es una falta de respeto para los demás. Si me comprometo a algo, todos los que están en el proyecto tienen que hacer lo mismo, ya que este trabajo no es un trabajo de oficina, sino que estamos formando a personas. Si exijo puntualidad, no puedo llegar 10 minutos tarde.
-¿Escucha la música de sus hijos?
-Sí, y les hago comentarios y me dicen que soy muy crítico. En lo personal, soy de la época de los Beatles. En este tránsito de la vida uno se marca con la época de la juventud. Soy fiel a los muchachos de Liverpool.
-¿Cómo se ve en 10 años más?
-Escribiendo y paseando con la Patty donde sea. Hay tareas pendientes como hacer un libro con ex decanos, que se llamará “Historia de Decanos”. Me gusta escribir, por ahí tengo unas cosas guardadas y en algún momento voy a publicar un par de poesías y cuentos cortos. Por ahí me surgen cosas, me fluyen emociones. Espero pasar todo esto en una parcelita con un Chardonnay esperándome.
Sonia Tamayo Herrera
stamayo@unab.cl
Escrito por: Sonia Tamayo